Cada primavera
suele celebrarse una reunión de escaladores de la SEA Peñalara en la Comunidad
Valenciana que sirve para iniciar la temporada de roca escalando a tope durante
un fin de semana. Aparte de escalar, la reunión es una fiesta acompañada de una
buena barbacoa y granizados de limones recién recogidos en la que quien no se
lo pasa pipa es porque no quiere.
Con campamento
base en la localidad alicantina de Villajoyosa, la idea es escalar los días 15
y 16 de mayo de 2010 en las numerosas paredes que crecen como setas a tiro de
piedra. Cabeço d’Or, Peñón de Ifach, Toix, Puig Campana, Ponoig, o incluso la
Pared Negra de Orihuela, en Murcia, entre otras, son las candidatas.
Rafa Domenech,
Angel Santamaría, Elisa Mayor, Julio Marina, Manolo y Eva, Luis Martínez y
Miriam López, Pablo Parrón y otros cuantos hacemos nuestras cordadas habituales
y elegimos destino. Me dirijo con Luis y Miriam al Cabeço d’Or para hacer la
Vía GENE, la primera abierta en la pared, mientras otro grupito va a hacer el
Espolón Paiju. La vía GENE fue abierta por P.J. Notario y G. Llobet en
noviembre de 1974.
El coche se deja
al final de una rampa muy pendiente, si encontramos alguno de los escasos
huecos, o antes de la rampa. Hay que seguir la pista que recorre todo el Cabeço
d’Or hasta una casa desde la que sale un camino a la derecha que va directo a
la pared. Unos cuarenta minutos hasta el pie de vía.
Primer largo (V): enseguida podemos tocar la buena roca de la pared y buscamos el comienzo, una
fisura herbosa que se aproxima a un diedro equipado con tres clavos. Por
encima, alcanzamos un árbol y en travesía a la derecha la reunión. En general
es todo IV+ con un paso de V en el diedro.
Primer largo |
El segundo largo
(IV+) sigue en travesía poco evidente, un clavo que no vemos desde la reunión
marca el buen camino, hasta una preciosa chimenea que nos lleva a la reunión.
Segundo largo |
El tercer largo
(IV+) empieza por placa con buenos agarres y tendencia a la derecha hasta un
resalte muy bonito salpicado con los agujeritos típicos de la caliza, en el que
hay que apretar antes de llegar a la reunión.
El tercer largo visto desde la tercera reunión |
Para iniciar el
cuarto largo (V), antes hay que hacer una travesía ascendente hacia la
izquierda de unos cincuenta metros, que se hace andando, hasta llegar a un diedro
en el que retomamos la escalada. El inicio del largo lo marcan unas manchas
negras de estratos de hierro en la pared. A lo largo del diedro veremos algún
clavo. Al principio muy disfrutón (IV+) y luego algún paso de V. Hacia la mitad
del diedro podemos montarnos a la izquierda y seguir por un bonito espolón
hasta la reunión.
El quinto largo
(V) comienza con el paso fuerte de frente, un quinto durillo bien protegido con
tres clavos. Luego suaviza mucho y sigue hasta el final de la pared, una cresta
aérea que tendremos que seguir hacia la derecha hasta localizar, en un
colladito de la pared, un cable para rapelar por el lado opuesto a la escalada.
Este tramo se puede hacer desencordado o en ensamble, sobre todo si hace
viento. También se puede rapelar por el lado derecho pero optamos por lo más
habitual y en dos rápeles de 40 metros, el segundo desde un cable en un árbol,
estamos en el suelo.
Una tremenda
pedrera, mejor subir las zapatillas, rodea el Cabeço y nos devuelve en 25
minutos a las mochilas.
Datos prácticos:
Acceso: Desde Villajoyosa nos separan
30 kilómetros de Bussot, donde tomamos la carretera que conduce a las Cuevas de
Canelobre, y unos metros antes de llegar una pista que sale de la curva a la
izquierda. Podemos aparcar al comienzo de la pista o unos metros más arriba,
después de una fuerte pendiente, aunque sólo hay espacio para unos pocos
vehículos.
Dificultad: V, IV+, IV+, V, V, más el
tramito de cresta hasta los rápeles (II).
Longitud: 300 metros.
Horarios: unos 40 minutos hasta el pie
de vía, 3 horas de escalada y otra hora para la bajada.
Material: juego de fisureros y friends,
diez o doce cintas (los largos tienen una media de 40 metros), cuerdas dobles
de 60 metros, casco.
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