Reseña versión corta, para quien sólo quiera repetir la vía (a
continuación figura una versión larga, para quien también quiera algo de
literatura sobre la apertura):
Largo 1: la vía comienza trepando unos metros para alcanzar dos
paraboles que protegen unos pasos por una fisura algo ciega hacia la izquierda.
Una vez superado este tramo se toma una fisura a derecha, para terminar
haciendo travesía hasta la primera reunión.
Largo 2: montarse en el canalizo y continuar por él, para por la
derecha buscar la encina con cintajos donde se hace reunión (esta reunión
es común con varias vías).
Largo 3: salir un poco por la derecha a buscar el diedro que
finaliza en las placas de la antecima. Antes de llegar, montarse en la placa de
la derecha e ir a hacer reunión cerca de la última fisura antes de la
canal de la Gatera (esta reunión se puede montar laceando algún bloque o
metiendo algún cacharro).
Largo 4: un parabolt evidente marca el comienzo del cuarto largo,
unos 6 o 7 metros a la izquierda de la vía Gatera. Tras unos primeros pasos con
buen canto para ambas manos se llega al parabolt, en el paso clave del largo.
Una vez superado progresamos por un canalizo a nuestra izquierda que va directo
a un murito dividido por dos fisuras grandes, justo debajo de una gran encina
en la que se monta la última reunión. Optamos por la fisura de la izquierda,
que aunque nos hace sudar y empotrar una pierna para subir, admite la
colocación de algún friend muy grande para proteger.
Queda una sencilla trepada que
nos deja próximos al rápel de bajada por la cara Este.
Algunas imágenes de lo que vas a encontrar, una vía asequible que te
hará sudar en varios pasos, para disfrutar alejados del habitual bullicio del Pico de la Miel |
Reseña versión larga:
El Pajarito o
Cancho Largo se encuentra situado en el extremo occidental de la Sierra de la
Cabrera, a tan sólo 50 minutos de Madrid. A diferencia de la masificación de
las vías más clásicas del Pico de la Miel, aquí será rara la ocasión en que
encontremos más de dos cordadas a la vez.
Luis Martínez me
comentó hace ya algunas semanas, cuando vinimos a hacer la Moraleda, que había
visto una línea que prometía una escalada interesante justo a la derecha de la
Nines, abierta por Julio Marina hace más de treinta años, y nos planteamos
abrir una nueva vía en este interesante risco.
La vía se abre
en dos días, el 20 y el 26 de septiembre de 2009, y resultan cuatro largos y
una corta trepada que esperamos se repitan muchas veces. El equipamiento
necesario en el primer largo y el tono totalmente clásico de los restantes
exigen la utilización de friends y fisureros. La dificultad media y buena
protección, o posibilidad de hacerlo, de los pasos clave, ponen la vía al
alcance de una gran mayoría de escaladores. Si contamos además con la corta,
aunque empinada, aproximación, tenemos la receta para un buen día de escalada.
Los dos días de
la apertura estamos Miriam López, Luis Martínez y Pablo Parrón, además de
algunos amigos que echan una mano probando algún paso y a la vez limpiando un
poco el granito y el buen puñado de bloques que tenemos que arrojar hasta el suelo
para dejar una línea segura, aunque con el paso de más escaladores la roca
quedará mejor.
Un amigo de Luis
del rocódromo, Manu, nos deja un pedazo de taladro eléctrico de batería, y el
día 20 de septiembre, tras analizar y probar otras opciones, decidimos subir
por el diedro del primer largo de la Nines (V), algo sucio, para rodear un
bloque hasta un arbolito. Desde el arbolito aseguro una travesía expuesta de
Luis hasta la repisa en la que queremos montar la primera reunión. Desde la
repisa, podemos ver una estrecha canal, con buen patio por la izquierda, por la
que continuará el segundo largo. A vista parece bastante asequible y con buenas
posibilidades de autoprotección, lo que es una buena noticia pues no habrá que
usar el taladro más de lo razonable.
Como la cosa
tiene buena pinta, Luis taladra rápidamente y coloca el primer parabolt, al que
se asegura mientras coloca el segundo. Posteriormente dejaremos la reunión
equipada con argollas para rapelar. Enseguida me recoge y hago la travesía
hasta la reunión, desde la que rapelamos los dos para, con la cuerda desde
arriba, probar las diversas posibilidades que ofrece el que será el primer
largo. Después de varios intentos lo más factible parece una fisura hacia la
izquierda poco profunda pero suficiente para ir colocando manos y empotrando
algún pie. La fisura te echa hacia afuera y resulta más difícil de lo que
parecía pero permite progresar con las manos y el pie derecho empotrado,
mientras el izquierdo pelea en adherencia con una placa con el granito algo
arenoso y bastante inclinada. Afortunadamente, en la parte superior de la
fisura podemos soltar la mano izquierda para agarrar una buena oreja en la
placa, difícil de ver. Basta con tantear un poco y en cuanto encontramos la
oreja la dificultad decrece y en dos metros estamos al pie de una fisura en
forma de media luna que tiene muy buena pinta.
Con un paso
atlético nos montamos en la fisura, muy estrecha pero suficiente para meter
bien los dedos, por la que se remontan varios metros hasta una evidente
travesía que nos lleva a la reunión. La travesía resulta algo expuesta y
preferimos reducir la exposición colocando un parabolt al inicio.
Primero prueba
el largo Luis y luego yo, los dos a riesgo de pegarnos un buen péndulo con la
cuerda pasada por la reunión, y como parece que sale un largo bastante bonito
volvemos a rapelar para colocar los seguros. Aseguro a Luis mientras se pega la
paliza de ir poniendo las chapas. Quedan colocados dos parabolts en la fisura a
izquierdas del principio (que además, facilitan localizar el comienzo de la
vía), un clavo después del paso atlético que da acceso a la fisura posterior, y
un parabolt al comienzo de la travesía, además de la reunión con argollas para
rapelar.
Por hoy, ya
hemos hecho bastante y recogemos los bártulos con idea de volver el próximo fin
de semana a rematar la faena. Al viernes siguiente a Luis le ha sido imposible
volver a localizar a Manu y no tenemos taladro pero la suerte está con nosotros
y resulta que a José Antonio Sancho, compañero habitual de muchas salidas, le
puede dejar una Hilti nuevecita un familiar que tiene una empresa de
estructuras o algo así. El sábado 26 estamos otra vez a los pies de la cara
oeste del Pajarito Luis, Miriam y yo. También nos acompaña José Antonio.
Hago el primer largo (6a), liberándolo por segunda
vez, pues el fin de semana anterior ya lo liberó un amiguete de Luis del
rocódromo, y me siento genial mientras recupero a Luis desde la reunión. Luis
se pone manos a la obra con el segundo
largo (6a). La salida de la reunión es más difícil de lo que aparentaba,
aunque se protege bien y enseguida da paso a terreno más sencillo. Luis arroja
al vacío algún bloque suelto mientras progresa por la canal y luego gira a la
derecha por una placa fácil hasta una encina en la que se monta la segunda
reunión. Esta reunión es común a la segunda reunión de la Nines y la casualidad
ha querido que el mismo Julio Marina, quien la abriera hace varias décadas,
esté hoy escalándola con su hijo y otro compañero. Nadie mejor para confirmarnos
que la vía que estamos abriendo no coincide con la ya abierta por él mucho
antes.
En las imágenes superiores varios momentos de la apertura del primer largo |
Desde la segunda reunión Luis me descuelga y voy limpiando la vía y dejando pasada la cuerda para que vuelva a recogerme, junto con Miriam y José Antonio y acabar entre los cuatro los últimos largos. Vamos con dos cuerdas de 60 metros y puede descolgarme hasta el suelo. Miriam y José Antonio se encuerdan a las cuerdas con las que me acaba de descolgar Luis y suben una tercera cuerda para luego recogerme a mí. Con tantas subidas la vía va quedando más limpia.
Nada más superar el apretadillo comienzo del segundo largo |
Tercer largo (IV). En este tramo se entrecruzan vías y probablemente se haya subido ya por todas partes pero tratamos de seguir por donde no nos consta ninguna reseña. Seguimos en dos cordadas separadas, Luis y Miriam, y José Antonio y yo. Luis inicia el tercer largo por el terreno más evidente, y al final con tendencia hacia la derecha hasta unas buenas repisas en la primera fisura a la izquierda de la vía Gatera. Es el largo más sencillo (IV). Luego subimos José y yo. La reunión se monta con friends.
Comienzo del largo 3 |
Ultimos metros del largo 3 |
Cuarto largo (6a). Un parabolt evidente
marca el comienzo del cuarto largo, unos 6 o 7 metros a la izquierda de la vía
Gatera. Es el único seguro que colocamos en todo el largo pues el resto se
protege con un algún friend de los grandes. Tras unos primeros pasos con buen
canto para ambas manos se llega al parabolt, en el paso clave del largo. Una
vez superado progresamos por un canalizo a nuestra izquierda que va directo a
un murito dividido por dos fisuras grandes, justo debajo de una gran encina en
la que se monta la última reunión. Optamos por la fisura de la izquierda, que
aunque nos hace sudar y empotrar una pierna para subir, admite la colocación de
algún friend muy grande para proteger.
Precioso, el paso de inicio del último largo |
Y lo que viene después |
A la sombra de
las encinas nos desencordamos y trepamos los últimos bloques hasta localizar el
rapel montado para el descenso.
Normalmente no se sube el bloque cimero, que queda a nuestra derecha. Nos
abrazamos y empieza la divertida tarea de ir buscándole un nombre a la vía,
discusión sobre el grado de cada largo… A nosotros nos parece estupenda pero es
mejor que lo digan otros, ¿o no? Esperamos que a través de esta página
colabores a ajustar el grado, hacer la crítica que se te antoje o
agradecimientos, si fuera el caso. ¡A disfrutar!
Datos prácticos:
¿Cómo llegar a Cancho Largo –o el Pajarito
de la Cabrera–?
Desde Madrid,
tomamos la Nacional I, hasta el kilómetro 57, en el pueblo de La Cabrera.
Seguir las indicaciones al Convento de San Antonio, donde dejamos el coche. Se
trata de un tranquilo monasterio que puede visitarse. Rodear la valla del
monasterio y en unos metros pasamos por una canalización de agua. A la
izquierda sale el camino que asciende hasta el Pajarito, que vemos
perfectamente desde abajo. Entre 20 y 30 minutos de camino bastante empinado.
Dificultad: 6a, 6a, IV, V+/6a. Los dos
primeros largos también pueden ser V/A0 y IV+/A1, respectivamente. En el cuarto
largo también se puede acerar el paso de inicio.
Longitud: 120 metros.
Horarios: entre 20 y 30 minutos de
acceso desde el monasterio, unas dos horas para la vía, 15 minutos para el
descenso hasta pie de vía y otros 20 minutos de vuelta al monasterio.
Material: un juego de friends y otro de
fisureros. Anillos de cinta para reuniones en árboles. Casco. El primer largo
está semiequipado con un clavo y tres parabolts pero hay que llevar algún
friend mediano y pequeño. El resto está completamente desequipado, salvo un
parabolt al comienzo del cuarto largo.
Otra visión de la ruta en la página de Javier Berganzo y Ekaitz Berganzo.
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