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SUBTERRÁNEA – ASPE – PIRINEOS

En el año 2011, Luis Royo y Julio Benedé, la conocida cordada Sendero Límite, terminan de equipar su vía Subterránea en el pilar sur del Aspe (2640 m.). La ruta, tanto por su calidad como por su equipamiento, se ha convertido en poco tiempo en la clásica más repetida de la pared, y es que méritos no le faltan. Pasos variados y difíciles, que si se quieren superar en libre exigen dominar el sexto grado superior, un primer largo como no recuerdo ninguno parecido, una cueva en toda regla que da un carácter muy original a la escalada y del que deriva el nombre de la vía, un diedro en la parte superior  de antología, y un descenso por la vía normal del Aspe que atraviesa un laberinto cárstico de gran belleza.


En definitiva, una pirenaica indispensable. Y que no se equivoque quien lea por ahí que se trata de una vía hiperequipada al alcance de cualquiera. Si bien es indudable que el equipamiento facilita la escalada y la orientación en esta gran pared, no debe olvidarse que estamos en terreno de alta montaña escalando una ruta de longitud considerable (300 metros), con una aproximación inclinada y una salida de vía en cresta que requiere instinto para llegar a la cumbre de la montaña.

Conscientes del trabajo que supone abrir una vía como la Subterránea, volvemos a agradecer desde aquí a los aperturistas la buena ristra de rutas que han preparado en los últimos años y les animamos a seguir haciendo lo que les gusta. Y sin más, vamos al tajo, que lo que aquí nos gusta a tod@s es escalar.

Desde el aparcamiento de 15 plazas que hay al final de la pista que sale del pueblo de Aisa, unos seis kilómetros en muy buen estado, casi equiparables a una pequeña carretera, y que termina en una valla con una portezuela, sale una senda paralela al Rio Estarrón. Estamos a 1480 metros y no hay más que seguir la senda, que de momento es una pista, hasta la señal del Refugio de Saleras, que dejamos a sólo 300 metros. Un par de minutos más andando y vemos a nuestra derecha un par de bonitos charcos y cascadas del Barranco de Igüer, que tenemos que cruzar para seguir por la Senda de Aisa en dirección al Aspe. Comienza una subida por la loma que debemos continuar hasta que veamos la mejor posibilidad para salir hacia la derecha, perdiendo algo de altura, en dirección a unos prados evidentes que se aproximan hacia los Mallos de Lecherín y el Pico Riguelo. En todo caso no debemos subir más allá del cruce con el GR11.1. Seguimos por los prados dejando a la derecha el esbelto Pico Riguelo desde donde ya podemos ver la cara sur del Aspe y la cueva en la que comienza la escalada. Queda una empinada subida por una incómoda pedrera, que hay que tomar lo más a la derecha posible, pues por el centro es poco menos que imposible. Llegamos así en unas dos horas al pie de la cueva.


Al principio de la cueva hay un cáncamo que podemos utilizar como reunión, aunque conviene colocarse el material antes de llegar al comienzo de la escalada ya que el terreno no es cómodo y hay que superar un resalte que ya exige el uso de las manos antes del inicio del primer largo (6a). El camino es evidente para adentrarse en la cavidad. La dificultad puede variar sensiblemente según el grado de humedad que encontremos pero en todo caso es V+ mantenido, en un ambiente magnífico (en nuestro caso con algunas gotitas cayendo que generan un ambiente de espeleo total). A mitad del largo hay una reunión preparada con un parabolt con chapa y otro con dos eslabones de cadena, aunque no es necesaria y lo mejor es colocar una express y seguir hacia la parte final del largo. Un paso difícil bien protegido antes del punto más estrecho puede obligar a quitarse la mochila si es que la llevamos abultada. Por encima unos metros más sencillos hasta la reunión, justo a la salida de la cavidad (40 metros). Para empezar, el largo nos coge algo fríos, los agarres no son malos pero la roca es en general lisa y resbaladiza, con lo que ya llegamos calentitos para el siguiente largo, que tampoco va a ser nada fácil. El segundo largo (II) reseñado son realmente unos 5 metros de transición para cambiarnos a una reunión en mejor posición para continuar la escalada.


El tercer largo (V+) lo normal será unirlo con el cuarto (V+/Ae). Un primer parabolt para dar unos pasos raros hacia la derecha hasta otro seguro y por encima un clavo tras el cual está la reunión, que chapamos para seguir hacia los techos que tenemos por encima. Comienza el tramo de artificial equipado, que en libre parece ronda el 6b+. Dado que de la fisura para las manos que recorre los techos chorrea agua y en la placa por la que van los pies los apoyos son casi nulos ni nos planteamos darle un tiento y recurrimos al socorrido artificial. Conviene señalar que no son dos pasos sin más para los que baste un tironcito de las cintas, sino unos cinco seguros en más de diez metros por lo que aunque no sean necesarios los estribos sí es aconsejable llevar al menos tres cintas largas en las que poder meter el pie para no acabar reventado cuando aún tenemos por delante casi toda la vía. El largo es precioso y como suele pasar al salir del artificial requiere temple en los últimos metros hasta llegar a la reunión, que queda ligeramente a la izquierda del último resalte (en total sumando los dos largos unos 40 metros).


El quinto largo (V) también puede empalmarse con el sexto (IV), con lo que rebajaremos el tiempo total de estancia en la pared. En los primeros metros hace una fácil travesía a la derecha, hacia un cordino visible en un puente de roca al comienzo de un diedro. Afortunadamente, aunque no se ve desde la reunión, en cuanto damos unos pasos a la derecha aparece el primer seguro fijo del largo, antes del citado puente de roca. A lo largo del diedro encontraremos bastantes cordinos lazados, síntoma evidente del paso de cada vez más cordadas. Es un largo de auténtico disfrute aunque la roca, las típicas esquirlas fracturadas de alta montaña, no da una seguridad absoluta. A pesar de ello y aunque hay que tantear con cuidado, la roca luego se muestra más sólida de lo que aparenta. El diedro termina en una cueva por lo que en los últimos metros hay que salir, siguiendo los parabolts, hacia la izquierda resolviendo pasos entretenidos en placa hasta la reunión (parabolt y cáncamo), que chapamos y empalmamos con el sexto largo (IV). En este punto apreciaremos claramente como comienza la segunda mitad de la vía, al cambiar la roca de caliza dura a otra de color anaranjado y arenosa, como veremos de excelente tacto y adherencia. El largo asciende hacia la derecha y tras superar algún pequeño resalte más difícil (IV) sigue por terreno muy fácil (II) aunque herboso y por tanto resbaladizo para los pies de gato hasta la reunión (dos parabolts y un cordino con un eslabón en un pequeño puente de roca). La longitud total de los dos largos es de casi unos 60 metros.


El séptimo largo (IV+) es también de los de disfrutar y sólo requiere cierta atención para seguir los seguros pues entramos en el típico terreno en el que crees poder subir por cualquier parte. La tendencia es hacia la derecha y en unos 35 metros llegamos a la reunión, bajo un bloque que oculta el diedro de la siguiente tirada.


El octavo largo (V+) es espectacular, vertical, con buenos agarres, de esos que no quieres que acaben nunca. Un diedro digno de estar al lado de los buenos de las escaladas en la península. Empieza saliendo a la izquierda de la reunión para superar un bloque y entrar en el diedro propiamente dicho. Los seguros fijos son menos que en los largos precedentes pero hay tantos cordinos en puentes de roca que casi no es necesario colocar friends, aunque si lo deseamos o es preciso los buenos emplazamientos no faltan. Agarres generosos hasta el final, cuando hay que dar unos pasos a la izquierda para superar el bloque que tapona el diedro. Paso raro que mi compañero supera sin problemas. Yo no lo veo tan claro y no se si será porque la mochila tira o la cuerda por arriba obliga a dar el paso más directo pero me veo forzado a tirar de la cinta como un condenado (menos mal que hay un buen parabolt en el sitio adecuado). Y casi llorando porque acaba el diedro llegamos a la reunión (35 metros).


Quedan dos largos para terminar la vía y como también es posible empalmarlos lo hacemos sin dudarlo. El noveno largo (V) sale hacia la derecha de la reunión, en busca de un parabolt del que curiosamente cuelga un delgado cordino rojo. Cuando intentas alcanzarlo lo entiendes… es un paso difícil, o que no localizo bien, tanto que me parece mejor pasar del seguro y tirar recto hacia arriba, para por terreno más sencillo llegar al siguiente. Luego la dificultad decrece (IV+) pero hay que ir buscando bien, con tendencia a la derecha, pues el terreno vuelve a ser del que invita a subir por cualquier parte. De hecho, cuando llegamos a la reunión, al pie de los dos parabolts una flecha pintada en la roca con el nombre de la vía nos avisa de que debemos continuar hacia la derecha. De lo contrario, la tendencia sería meternos recto en las fisuras del último largo de la vía Anaya. Seguimos pues a la derecha por el décimo y último largo (V), para ir corrigiendo la trayectoria en los últimos metros del mismo hacia la izquierda, debiendo superar varios resaltes puntuales pero apretadillos, vamos V clásico. La longitud total de los dos largos empalmados es de unos 55 metros, en los que hay que navegar bien por la roca para no embarcarse o acabar en otra vía. Un cordino en un puente de roca, que deberemos revisar, sirve para montar la última reunión.


Para llegar a la cima aún queda algo de chicha y como somos de los que gustan de hacer cumbre cresteamos hacia la derecha, con algún que otro ir y venir y alguna trepada que recuerda que la escalada no ha acabado, hasta superar por la izquierda el último tramo de rocas que dan paso a las campas verdes previas a la cima del Aspe (2640 m.). También es posible intentar destrepar hacia la canal sur del Aspe sin hacer cima pero es expuesto y delicado de encontrar.


Las vistas desde el Aspe son como siempre magníficas, además acompañadas con un mar de nubes parcial en algunos valles que le dan un encanto particular, como el de la vía Subterránea que acabamos de terminar. El Midi d’Ossau, los Infiernos, los Mallos de Lecherin y tantas otras montañas deleitan nuestra vista mientras reponemos fuerzas para iniciar el descenso por la vía normal, muy bonito hasta el final y en el que tenemos que esforzarnos para seguir el camino correcto, pues ninguno lo conocemos en época estival, hasta que atraviesa nuevamente el GR11.1 y cierra el círculo que iniciamos en el ascenso, para llevarnos ya por el mismo camino de subida hasta las refrescantes pozas del Rio Estarrión en las que nos quitamos el sudor y quedamos como nuevos, a sólo unos minutos antes de llegar al aparcamiento. 



Actividad realizada por Luis Martínez  y Pablo Parrón, el 24 de junio de 2017.

Datos prácticos:

Acceso: a Aisa podemos llegar desde Jaca por la N330 y tomando el desvío a la izquierda que hay entre Castiello de Jaca y Villanua, o quizás mejor directamente desde Jaca, entrando en la ciudad y cogiendo la A2605. En una curva cerrada una señal indica hacia la pequeña población de Jasa. Abandonamos la carretera por la pista que sale a la derecha y en unos 6 kilómetros lleva al aparcamiento donde comienza la senda de ascenso al Aspe.

Dificultad:

Primera mitad de la vía: 6a, II, V+, V+/Ae, V.
Segunda mitad de la vía: IV, IV+, V+, V, V.

(Variamos ligeramente la dificultad propuesta por los aperturistas por parecernos más adecuada aunque sobre grados ya se sabe… como los gustos. El tramo de Ae quien lo ha hecho en libre dice que puede ser entre 6b y 6c).

Longitud: 300 metros aproximadamente. Es posible empalmar los largos 1 y 2, 3 y 4, 5 y 6, y 9 y 10, con lo que nos saldrían un total de 6 largos.

Horarios: hasta el pie de vía desde al aparcamiento calcular unas dos horas. El horario para la vía dada su longitud y la posibilidad de empalmar algunos largos puede variar. Nosotros tardamos 4 horas hasta la misma cima del Aspe dándosenos todo como la seda. Más equilibrado sería calcular entre 5 y 6 horas hasta la cima del Aspe. Hay que tener en cuenta que desde que acaba la vía, el cresteo hasta la cumbre nos puede llevar como poco 15 minutos y fácilmente media hora. El descenso por la vía normal de la sur del Aspe nos llevará un par de horas. Una buena actividad que rondará en torno a las diez horas en total.

Material: vía semiequipada con parabolts de 8 mm en los largos y de 11 mm en las reuniones. Como hay además multitud de cordinos en puentes de roca, no son necesarias más que 12 cintas express. Esto sobre el papel, en la práctica si vamos a empalmar largos calcular 15 cintas. Además es muy aconsejable llevar al menos tres o cuatro friends de tallas medianas y pequeñas por si acaso, cordinos para reemplazar si fuera necesario, varias cintas largas para usar como pedales en el tramo de artificial, cuerdas dobles y, por supuesto, casco. La primera mitad de la vía tiene más seguros fijos. A partir de la faja en la que comienza la segunda parte, los seguros fijos distancian más. Si vamos en un día oscuro, en el largo de la cueva puede ser útil llevar frontal.

Más información: en el blog de los aperturistas, Sendero Límite.

SONJANNIKA – MORRO FALQUÍ – BENITATXEL - ALICANTE

Muy cerca del archiconocido Peñón de Ifach encontramos otras paredes para escalar en las que la calidad del paisaje y de la roca no tienen nada que envidiar, y además cuentan con el aliciente de no estar tan frecuentadas, algo que el montañero además de escalador suele valorar tanto como otras cualidades de las vías en las que desfoga ese gusanillo que quien esté leyendo estas líneas seguramente ya conocerá.

La vía Sonjannika, en el Morro Falquí, así llamado por haber sido antiguamente refugio de halcones, es uno de estos mágicos rincones que encontramos en la Costa Blanca, poco frecuentados y con escaladas de excelente calidad. Además, si escalamos en época de calor, aunque no sea lo mejor, tenemos la recompensa de una pequeña cala casi a pie de vía y preciosa, en la que refrescarnos y pasar el resto del día, la Cala dels Testos. En fin, no sabemos si será la solitud habitual o simplemente, y es que todo hay que decirlo, los treinta grados que pegan de lleno en la pared, pero cuando en junio de 2017 escalamos la vía, no hay ni un alma más en la pared. No tenemos datos de los aperturistas pero tampoco queremos dejar pasar la ocasión de agradecerles el equipamiento de esta excelente ruta.

http://elev-arte.com/index.php/escuelas-de-escalada/com-valenciana/alicante/111-escalada-morro-falqui-benitaxtell-alicante/673-sonjannika-170-m-6a-morro-falqui-benitaxtell

Aunque no es imprescindible sí es aconsejable colocarse el material de escalada cuando la senda de acceso llega al mar, pues al pie del primer largo (IV+) el emplazamiento no es excesivamente cómodo y es sólo un minuto antes. Esta primera tirada es una placa tumbada y muy fracturada por la acción del mar con excelentes agarres para pies y manos (nada que ver con las placas pedriceras que frecuentamos quienes vivimos por la zona centro), en la que no hay más que seguir los químicos ascendiendo hacia la derecha, con dos resaltitos algo más verticales justo antes de llegar a la reunión (40 metros). Cuidado en los primeros metros de no tirar a la izquierda pues es la vía Silberruecken (marcado en la roca como “Sil”) sino a la derecha (marcado como “Son”, de Sonjannika).


El segundo largo (V) es ya más vertical y empieza con un diedro muy divertido del que sólo escalamos los primeros metros para luego seguir por placa hacia la izquierda buscando los químicos hasta la reunión. Es muy cortito y disfrutón (15 metros).


El tercer largo (V+) ya va poniéndose más interesante y hay que afinar tanto a la salida como a la mitad y en los últimos metros. Vamos, que ni un solo palmo tiene desperdicio. La salida de la reunión es una travesía hacia la derecha con el primer químico algo distanciado si pensamos en esas cosas del factor dos y tal… aunque se hace bien. Los siguientes metros asciende recto, aunque la tendencia pueda ser ir un poco a la derecha de los químicos, por donde un diedro en el que la roca parece algo suelta pero fácil es muy tentador para llegar a la cueva donde está la reunión. Sin embargo, hay que irse, buscando los seguros, hacia la izquierda, en unos metros de V+ sin paliativos, para finalmente hacer una travesía hacia la derecha y dar un paso de pensar, más que nada por el ambientazo, para entrar en la cueva, bien protegido con un puente de roca. La reunión de la cueva son dos químicos sin cadena que los una. Las vistas inmejorables, sombra asegurada y a poco que no nos meneemos fijo ganas de echar una cabezada (30 metros).


El cuarto largo (V+) sale de la cueva por la derecha. La salida, con un vacío espectacular bajo los pies, no la regalan pero la protección es perfecta y los agarres también. Al primer seguro se llega casi desde la cueva y aunque el siguiente no se ve, en cuanto nos aupamos está al alcance. De hecho los metros que siguen, aunque algo más sencillos (V) son los que ponen el punto psicológico al largo ya que parece mejor seguir recto, que irse un poco a la izquierda en busca de la reunión. Nosotros tiramos recto hasta llegar a terreno fácil, de andar, para luego descender un poquito y acceder a la reunión, aunque no sea lo más aconsejable (25 metros).


Desde aquí es posible saltarse el quinto largo (6a+) por la izquierda para acceder a la penúltima reunión, pero sería una pena. También es posible salir de la vía por una vira evidente con caminito hacia la izquierda, en la que hay que tener cuidado, y que pasa al pie de algunas vías de deportiva. Lo normal será sin embargo andar unos metros hacia arriba hasta un bloque característico al que hay que subirse para llegar a la reunión (dos químicos sin cadena que hay que unir con una cinta larga). El largo empieza por un diedro-chimenea con buen agarre interior (6a), por el que subimos pocos metros para luego buscar los seguros hacia la derecha, por una laja excelente para las manos. Es mantenidilla la cosa y por encima ya vemos un muro vertical de agarres que es el tramo más difícil de la vía (6a+). Está bien protegido con dos químicos y un puente de roca pero es obligado. Con el calor que hace, el sudor de las manos y los metros que ya llevamos a la espalda, le doy un tiento y casi lo consigo pero al final tengo que tirar de la cinta para superar el paso (¡mierda!). Bueno, por lo menos llegamos a la reunión en una repisa súper cómoda (el que no se consuela es porque no quiere, je, je). 25 metros.


Queda el último largo (6a), y como veremos el pescao no está vendido hasta el final. La primera mitad supera una zona escalonada sencilla y agradecida (IV+) hasta llegar a la base de un diedro poco definido donde la pared se pone otra vez vertical. Vamos siguiendo los químicos ligeramente a la derecha en lo que es un V+ de los de antaño, para al final hacer una travesía hacia la izquierda con un patio tremendo hasta enganchar el último seguro antes de la reunión, un puente de roca con un cordino delgadito que quien vaya fino igual prefiere reforzar. Como la reunión nos obliga a seguir colgados del arnés es muy aconsejable seguir unos metros y montarla laceando alguno de los bloques que tenemos a disposición, con lo que podemos asegurar al compañero con el trasero cómodamente apoyado en el suelo (35 metrazos).


El descenso nos llevará una media hora. Sólo hay que seguir un sendero poco definido, con algún hito y punto rojo, que se dirige hacia las casas que tenemos enfrente. A llegar al asfalto seguir recto por la calle hasta un stop en un cruce de calles con el nombre de Plaza De Klerk. A la izquierda, casi en dirección opuesta a la que traemos, seguir por la calle con el chalet numerado 2F, que va haciendo una curva hasta llegar a la calle principal (se distingue porque tiene una acera roja en uno de sus lados). Tomarla hacia la izquierda y en unos minutos estamos en el aparcamiento, donde podemos dejar los hierros y si el tiempo y las ganas lo permiten bajar a la Cala dels Testos a pegarnos un bañito.

Actividad realizada por Beatriz Peña  y Pablo Parrón, el 18 de junio de 2017.

Datos prácticos:

Acceso: llegar al pueblo de Poble Nou de Benitatxel y seguir las indicaciones hacia la Cala Moraig. Una carretera con muchas curvas que pasa por un parque forestal y la urbanización Cumbre del Sol nos lleva hasta un parking justo antes de comenzar la bajada hasta la cala. Unos metros antes del parking hay un cartel de la Ruta dels Testos, que lleva por un bonito barranco sin posibilidad de pérdida hasta la Cala dels Testos. Nada más pasar la segunda soga de ayuda a la bajada, veremos a la izquierda una cuerda que sube a la Cova dels Arcs. Seguir la senda que va hacia el mar hasta que baja unos metros y gira hacia la izquierda. Enseguida veremos en la roca unos puntos rojos que llevan al primer químico de la vía.


Dificultad: IV+, V, V+, V+, 6a+, 6a.

Longitud: 170 metros.

Horarios: la aproximación se hace en una media hora, igual que la vuelta al aparcamiento, aunque por distinto camino. Para la vía entre 3 y 4 horas.

Material: toda la vía está equipada con químicos inoxidables y las reuniones con dos químicos inoxidables, en casi todas unidos con una cadena, lo que facilita mucho montarlas con sólo un mosquetón de seguro. En las reuniones cuarta y quinta hace falta una cinta para unir los químicos y para la última es más cómodo lacear algún bloque que usar la reunión montada para no tener que seguir colgados del arnés. Aunque no hacen falta más que doce cintas express, algunas largas, hay que tener en cuenta que los seguros están colocados para escalar en libre toda la vía, lo que no impide agarrar alguna cinta si algún paso nos da miedo. A lo largo de la vía hay varios puentes de roca ya lazados. Casco y recomendable doble cuerda.

Más información: elev-arte.com.

SENECTUD TOTAL y DIEDRO JJ/EXTASIS – RISCO DEL FRAILE – LA CABRERA

Aperturistas incombustibles siguen dejando un legado de vías dignas de quitarse el sombrero. Es el caso de Senectud Total, abierta en 2011 por Julio Marina, Pedro Pablo Gómez –Pancho- y Narciso de Dios. Ya le habrían echado el ojo a la zona porque Julio ya participó en la apertura del Diedro JJ, que transcurre a la izquierda, hacía casi treinta añitos, que no es ná… Tenemos así cerca de la capital otra buena línea en la que pasar una mañana apartados del bullicio habitual del Pico de la Miel (aunque en los tiempos que corren no sea comparable al de las últimas décadas).

El camino de aproximación parece más pisado que otras veces aunque sigue siendo recomendable el pantalón largo para no acabar con las piernas hechas un cristo, regla que con el calor abrasador que castiga a todo el país ya a primeros de junio no cumplimos, y así pasa lo que pasa…

Desde el Convento de San Antonio sale el caminito que nos lleva al collado que separa el Cancho Gordo (o Risco del Pajarito), del Cancho del Camino (o Risco del Fraile). A buen paso son veinte minutos de fatigosa cuesta en la que perder un poquito de grasa y en un pis pas estamos al pie de la pared, con muy buena orientación para días de calor pues el sol tarda en pegar algo más que en otras vías de la zona.


El primer largo (6a) empieza por una placa musgosa unos metros por debajo de un gran roble que aporta sombra al asegurador y a las mochilas que dejemos al pie de vía. Los primeros metros son fáciles y se pueden proteger con algún friend mediano, hasta llegar al primer parabolt, y enseguida, a un clavo bien amarrado en una buena laja (V, V+). Más arriba otro clavo y toca separarse del tentador diedro que tenemos a la izquierda, el Diedro JJ. Comienza una travesía ascendente hacia la derecha protegida con tres parabolts que da el grado al largo (6a), y se llega a la reunión (dos parabolts con maillón).


El segundo largo (6a+) sale por la izquierda de la reunión obligando a apretar hasta el primer seguro, a unos tres metros y sin posibilidad de meter nada (6a). En cuanto tenemos los pies por encima de este primer parabolt alcanzamos una buena laja que permite remontar el paso y seguir por placa más agradecida (V) hasta un resalte en el que toca volver a apretar. Justo antes del resalte hay un parabolt y un metro por encima un clavo. Como no lo veo del todo claro acero del parabolt para chapar el clavo y, ahora sí, forzar el paso, que se deja a pesar de que el pie izquierdo tantea a diestro y siniestro sin encontrar ninguna regletilla salvadora. Sigue otra placa con algún clavo y parabolt pero de dificultad obligada, con regletas colocadas por la naturaleza en perfecta disposición para progresar hasta la reunión (dos parabolts, uno con maillón y otro con argolla). Esta segunda parte del largo ronda el 6a mantenido y es una auténtica gozada, con los seguros muy bien colocados para disfrutar obligado.


El tercer largo (6b) sale hacia la derecha por bloques fáciles (IV+) hacia un roble pequeñito a cuya derecha comienza una bonita fisura. Lo más difícil probablemente esté al comienzo (6b), buscar una rebaba muy pequeña pero que adhiere fenomenal para el pie izquierdo, y está protegida con un par de parabolts y otros tantos clavos aunque requiere también protección con friends, alguno grande al principio. Es un sexto que no debemos temer porque se puede proteger muy bien, a las malas se puede hacer algo de artifo y no es comparable a otros 6b de la escuela. Al salir de la fisura aparece la reunión, como todas con dos parabolts y maillón.


El descenso es posible hacerlo rapelando hasta la primera reunión y desde esta hasta el suelo, si no hay gente subiendo, aunque los maillones son finos y si lo hacemos mucho durarán poco. Saliendo hacia la izquierda en busca del caminito que desciende entre el Risco del Pajarito y el Risco del Fraile seguramente tardaremos menos.

Como al llegar a las mochilas la sombra del roble nos espabila y venimos con ganas no dejamos para otro día el Diedro JJ y nos ponemos con él. Se trata de una vía de corte clásico estupenda y tan recomendable como cualquiera de las de este paño, en la que además seguro que nos sale alguna foto de esas que todos queremos tener. Si además la aderezamos saliendo por el último largo de la vía Extasis tenemos todos los ingredientes de una clásica como dios manda. Muy recomendable. El Diedro JJ lo abrieron Julio Marina y Javier Pérez en 1974. Al año siguiente la misma cordada abrió Extasis.

El primer largo (V+) empieza igual que Senectud Total, hasta alcanzar su primer parabolt, desde el que directamente nos pasamos a la izquierda para coger el diedro. Hacerlo directamente desde abajo puede ser complicado por la abundancia de matojos que viven en los primeros metros de esta bonita vía. Luego sólo queda seguir por el diedro, en el que iremos encontrando clavos a la vez que intercalamos algún friend. En la parte superior del largo un parabolt protege el paso más delicado, en el que la  ligereza que da ir de segundo me hace patinar y quedar colgado como un chorizo sin mayores consecuencias. Encima está la reunión (dos parabolts), justo antes de los techos en los que acaba el diedro.


Con cuerdas de 60 metros empalmamos sin problema el segundo largo (6a), aprovechando la estupenda fisura que hay al pie de los techos para sortearlos por la derecha, con pasos muy bonitos. Justo al dejar la fisura de los techos está lo más duro de este largo, V+ apretón. Lo que queda hasta la reunión, que coincide con la segunda de Senectud Total y de Extasis, es placa con lajas y buenos agarres, disfrutona (IV+).


Desde este punto puede salirse por la izquierda (IV+) y vía original, por la fisura que hay a la derecha del pequeño roble que vemos desde la reunión (6b asequible) que corresponde a la última tirada de Senectud  Total, o bien tirar por la mitad, justo a la izquierda del roble, por el diedrito y la fisura desplomada que sale a su derecha, último largo de Extasis (6b o 6a/A2). Tomamos esta última opción y nos metemos en el diedrito, que desde el principio exige ir protegiendo con friends y va subiendo progresivamente la dificultad hasta 6a al pie de la fisura desplomada. Aunque la fisura tiene en la parte superior una laja muy buena para agarrarse y colocar algún cacharro, llevar al menos un par de aliens, el esfuerzo me pasa factura y al final tengo que salir poniendo una cinta larga a modo de pedal. Aunque no se ve desde abajo, un rurp que suele tener lazado un cordino largo permite salir de la fisura bien asegurado, a pesar  de que la cabeza siga un poco confundida al volver a pasar al libre, con la mieditis consiguiente, hasta que alcanzo la reunión.


El descenso se hace igual que en Senectud Total.

Actividad realizada por Luis Martínez, José Luis Santamarta y Pablo Parrón, el 11 de junio de 2017.

Datos prácticos:

Acceso: desde el pueblo de La Cabrera, a 60 kilómetros de Madrid por la A1, no tendremos problema si seguimos los carteles que indican la subida al Convento de San Antonio, donde comienza el camino y encontraremos una fuente. Debemos seguir la valla de piedra del Convento, que dejamos a nuestra derecha, hasta que termina y desde este punto girar a la izquierda y seguir el caminito que sin pérdida se acerca a los Riscos del Fraile y del Pajarito.

Dificultad:

Senectud Total: 6a, 6a+, 6b. Dado que se trata de una vía moderna el grado se irá asentando pero en general se puede decir que es agradecido, aunque eso sí con los seguros sólo donde no cabe otra cosa y en general obligado (salvo en el último largo).

Diedro JJ con salida por Extasis: V+, 6a, 6a/A2 (o 6b). Grados más clásicos y totalmente asentados, aunque el 6a del segundo largo es más un V+ clasicorro, igual que el V+ del primero, que tiene sólo un parabolt, justo en el paso más apurado, aunque la dificultad es mantenida.

Longitud: ambas vías tienen unos 100 metros, con una distancia de largos de algo menos de 30 metros aproximadamente.

Horarios: actividad buena para echar una mañana, unas 4 o 5 horas, incluida la vuelta hasta el vehículo.

Material: las dos vías están semiequipadas pero es imprescindible un juego de friends. El artificial del último largo de Extasis no requiere estribos a poco que estemos acostumbrados a acerar algún paso de vez en cuando, y lógicamente menos si somos capaces de sacarlo en libre. De casi todas las reuniones se puede rapelar aunque es mejor bajar andando. Casco.

Más información:

- El mejor croquis que circula por la red, en Via Clásica.

PAN CON MEMBRILLO – EL TOROZO

A pesar de la predicción meteorológica algo incierta y poco habitual, tormentas sin gran probabilidad de precipitaciones, las ganas de hacer alguna escalada larga después del paréntesis invernal, nos llevan en volandas al pie de una de las mejores paredes de granito de la península, el Torozo, en la Sierra de Gredos.

Algo más tarde de las diez llegamos al Puerto del Pico y tras repartirnos el material empezamos a andar por el camino que sube hasta refugio libre del Tío Manteca con una fuente ideal para llenar la cantimplora y echar un trago antes de continuar hacia la base la pared. Desde este punto cambiamos de dirección ya enfilando hacia la Albujea y el Torozo. Un caminito baja hasta un riachuelo que atravesamos y, tras una corta pendiente nos acerca a la Albujea. Siguiendo los hitos, por camino poco marcado pero siempre evidente a media ladera, dejamos atrás las imponentes placas de granito de la Albujea y enseguida estamos ante las aún más imponentes paredes del Torozo. Aquí conviene dejar las mochilas para luego recogerlas a la bajada porque el descenso se realiza por la canal que tenemos a nuestra izquierda y nos lleva aproximadamente hacia esta zona. La Pan con Membrillo, abierta en junio de 1980 por Anastasio Viejo y José Manuel Vilches, es de las primeras vías que encontramos al llegar a las paredes, que en realidad corresponden al falso Torozo, por el que transcurren la inmensa mayoría de las escaladas.


Primer largo (IV+): no resulta difícil localizar el principio de la vía si tomamos dos puntos de referencia claros. Por una parte, la grieta más evidente que divide la pared de arriba abajo. A su pie, unos metros a la derecha, un techo que desciende de izquierda a derecha según nos aproximamos, casi en el suelo, es la referencia más clara. Por otra parte, una vez al pie de este techo, dos parabolts protegen la placa en dirección a la fisura que lo rompe por su lado izquierdo. Son los primeros metros de la Pan con Membrillo. La profusión de croquis, algunos editados en publicaciones de gran tirada, con el trazado mal marcado, dificultan entrar a la vía correctamente, aunque el error tampoco sea para tirarse de los pelos. De hecho, si se quiere evitar subir por la grieta que divide el techo, un 6a, que aunque puede protegerse bien, también puede pillarnos algo fríos nada más empezar a trepar, es posible dar unos pasos a la izquierda para chapar un seguro de la vía Cada Vez que Ladras Cobras (escrito en la chapa), un IV+ serrano. Tanto si subimos directos por el techo, como si remontamos por su izquierda, por encima encontraremos placas de adherencia muy buena protegidas con parabolts bien distanciados hasta la reunión (dos cáncamos).


Segundo largo (IV+): optamos por no parar en la primera reunión, pues la distancia de cuerda que llevamos desplegada no se acerca a los 50 metros que hemos leído en alguna reseña, y continuamos por placas de adherencia hasta agotar cuerda (60 metros) sin que mi compañero sea capaz de llegar a los dos cáncamos de la segunda reunión, viéndose obligado a montarla unos metros antes a pesar de haber comenzado yo los primeros metros de la vía en ensamble, una jarana que aconsejaría evitar… La segunda reunión está montada con cáncamos en una pequeña praderita en la que podríamos dormir cómodamente, pero la escasa altura y considerable velocidad de las nubes que pasan sobre nuestras cabezas aconsejan no demorarnos demasiado y tras pasarme el compañero los cacharros, empiezo mi turno de primero.


Tercer largo (IV+): los parabolts nos marcan el camino por la placa que tenemos por encima, aunque un tentador canalizo por la izquierda ofrece una ayuda considerable tanto física como psicológica para superar el largo hasta la reunión, montada con dos cáncamos bajo un techito triangular que marca el comienzo de la parte más inclinada de la pared.


Cuarto largo (V+): sin duda el más bonito de la vía. De la reunión hay que salir por la inclinada canal de la derecha, evitando la que sale del techito hacia la izquierda pues no corresponde con el trazado que llevamos en mente. Los seguros fijos desaparecen a partir de aquí, con lo que el carácter de la escalada deviene totalmente clásico. Cuando termina la canal, desde la reunión deja de verse al compañero, que ha de remontar con tendencia hacia la derecha por varios pasos de esos en los que hay que pensar con calma para seguir avanzando. Lo más difícil está protegido con un clavo que además da la alegría de confirmar el buen camino. La reunión hay que montarla con cuidado en un pequeño caos de bloques sueltos por un desprendimiento que al parecer se produjo en la pared en 2012.


El quinto largo (V), puede hacerse por la vistosa fisura que sale por la izquierda, que corresponde con el trazado original y que la mayoría gradúa como un 6a peleón, con lo que esto implica en escalada clásica, o por la derecha en busca de una bonita chimenea, como parece ser moneda común en los últimos tiempos. Aunque alguna destacada reseña gradúa este largo por la chimenea como un sexto, dicha dificultad luego no aparece por ningún lado con lo que de tomarse esta opción podemos completar una ruta bastante larga con una dificultad asequible a una gran mayoría. La salida de la reunión conviene hacerla decididamente hacia la derecha para evitar las zarzas que normalmente brotan al principio de la fisura, para luego remontar un par de metros hacia arriba y volver a tirar hacia la derecha para meterse en la chimenea, donde el compañero que asegura dejará de vernos. La chimenea es muy bonita, de típico ambiente galayero, y ofrece su mayor resistencia nada más empezar, con un bloque empotrado que hay que superar, y justo a la salida, con otro bloque empotrado. Ambos pueden protegerse muy bien rodeándolos con una cinta larga, lo que permite darse los pasos con tranquilidad. Por encima del segundo bloque llegaremos a la reunión, dos cáncamos muy distanciados, por lo que deberemos tener una cinta muy larga o hacer la reunión con la propia cuerda.


El sexto largo (V+), nos prepara la sorpresa a la salida, una placa peleona con agarres romos que hay que darse con calma tanto por la cercanía de la reunión como por los seguros que podremos poner, algún friend pequeño de esos que no quedan mal pero tampoco te dejan muy convencido. Lo bueno es que son sólo unos pocos metros y por encima ya sólo quedan pasos aislados hasta el tope de cuerda, donde habrá que montar reunión (en algún momento la hubo pero estamos en tierra castigada por los justicieros de seguros…).


Quedan unos cien metros de trepada que eligiendo bien el camino no deben superar el II-III, y que pueden hacerse ya desencordados con las debidas precauciones. Al llegar a la cumbre vemos por detrás la cima del auténtico Torozo, nos tiramos alguna foto, y sin quitarnos los pies de gato buscamos el siempre delicado zigzag que nos permite llegar a la canal de bajada. Si el descenso hasta la canal no nos convence podemos buscar las anillas del rapel de unos 30 metros que hay instaladas, imperativo si la roca está mojada. Para encontrarlas podemos guiarnos aproximadamente hacia las diez, en el sentido de llegada a la cima.


Actividad realizada por Luis Martínez y Pablo Parrón, el 27 de mayo de 2017.

Datos prácticos:

¿Cómo llegar al Torozo?

Desde Madrid hay que coger la Nacional V hasta el desvío a la N502, hacia Arenas de San Pedro. Hay que llegar al pueblo de San Esteban del Valle y el Puerto del Pico. Desde aquí necesitaremos aproximadamente una hora para llegar a pie de vía.

Dificultad: IV+, IV+, IV+, V+, V, V+.

Longitud: Unos 280 metros, más los 100 metros de trepada finales.

Material: Un juego de friends, y quince cintas (mejor largas). En los tres primeros largos hay bastantes parabolts, aunque alejan. En el cuarto largo únicamente encontraremos un clavo. Para el quinto largo es recomendable llevar dos cintas largas para lazear los bloques de la chimenea, y otra muy larga para montar la reunión. En principio salvo las reuniones cuarta y sexta las demás están montadas con cáncamos aunque lamentablemente no puede controlarse que a alguien le de por “dejarlo a su gusto”. Casco.

Más información:

- Revista Altitud nº 29, reseña de Tiño Núñez, editada por la Federación Madrileña de Montaña, págs. 36-38.
- Escaladas en el Sistema Central, de Tino Núñez, editado por Desnivel, págs. 212-213.
- Escaladas en el sureste de la Sierra de Gredos. Riscos de Villarejo, Galayos y Torozo, de Gabriel Martín, editado por Desnivel, págs. 170-171.
- Albujea y Torozo. Vías de escalada en roca en la Sierra de Gredos, de Chema Mancebo y Gabriel Martín, autoedición. La mejor que existe al día de la fecha.

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