Aperturistas
incombustibles siguen dejando un legado de vías dignas de quitarse el sombrero.
Es el caso de Senectud Total, abierta en 2011 por Julio Marina, Pedro Pablo
Gómez –Pancho- y Narciso de Dios. Ya le habrían echado el ojo a la zona porque
Julio ya participó en la apertura del Diedro JJ, que transcurre a la izquierda,
hacía casi treinta añitos, que no es ná… Tenemos así cerca de la capital otra
buena línea en la que pasar una mañana apartados del bullicio habitual del Pico
de la Miel
(aunque en los tiempos que corren no sea comparable al de las últimas décadas).
El camino de
aproximación parece más pisado que otras veces aunque sigue siendo recomendable
el pantalón largo para no acabar con las piernas hechas un cristo, regla que con el calor abrasador que castiga a todo el
país ya a primeros de junio no cumplimos, y así pasa lo que pasa…
Desde el Convento de San Antonio sale el caminito
que nos lleva al collado que separa el Cancho Gordo (o Risco del Pajarito), del
Cancho del Camino (o Risco del Fraile). A buen paso son veinte minutos de
fatigosa cuesta en la que perder un poquito de grasa y en un pis pas estamos al
pie de la pared, con muy buena orientación para días de calor pues el sol tarda
en pegar algo más que en otras vías de la zona.
El primer largo
(6a) empieza por una placa musgosa unos metros por debajo de un gran roble que
aporta sombra al asegurador y a las mochilas que dejemos al pie de vía. Los
primeros metros son fáciles y se pueden proteger con algún friend mediano,
hasta llegar al primer parabolt, y enseguida, a un clavo bien amarrado en una
buena laja (V, V+). Más arriba otro clavo y toca separarse del tentador diedro
que tenemos a la izquierda, el Diedro JJ. Comienza una travesía ascendente
hacia la derecha protegida con tres parabolts que da el grado al largo (6a), y
se llega a la reunión (dos parabolts con maillón).
El segundo largo
(6a+) sale por la izquierda de la reunión obligando a apretar hasta el primer
seguro, a unos tres metros y sin posibilidad de meter nada (6a). En cuanto
tenemos los pies por encima de este primer parabolt alcanzamos una buena laja
que permite remontar el paso y seguir por placa más agradecida (V) hasta un resalte
en el que toca volver a apretar. Justo antes del resalte hay un parabolt y un
metro por encima un clavo. Como no lo veo del todo claro acero del parabolt
para chapar el clavo y, ahora sí, forzar el paso, que se deja a pesar de que el
pie izquierdo tantea a diestro y siniestro sin encontrar ninguna regletilla
salvadora. Sigue otra placa con algún clavo y parabolt pero de dificultad
obligada, con regletas colocadas por la naturaleza en perfecta disposición para
progresar hasta la reunión (dos parabolts, uno con maillón y otro con argolla).
Esta segunda parte del largo ronda el 6a mantenido y es una auténtica gozada,
con los seguros muy bien colocados para disfrutar obligado.
El tercer largo
(6b) sale hacia la derecha por bloques fáciles (IV+) hacia un roble pequeñito a
cuya derecha comienza una bonita fisura. Lo más difícil probablemente esté al
comienzo (6b), buscar una rebaba muy pequeña pero que adhiere fenomenal para el pie
izquierdo, y está protegida con un par de parabolts y otros tantos clavos
aunque requiere también protección con friends, alguno grande al principio. Es
un sexto que no debemos temer porque se puede proteger muy bien, a las malas se
puede hacer algo de artifo y no es comparable a otros 6b de la escuela. Al
salir de la fisura aparece la reunión, como todas con dos parabolts y maillón.
El descenso es
posible hacerlo rapelando hasta la primera reunión y desde esta hasta el suelo,
si no hay gente subiendo, aunque los maillones son finos y si lo hacemos mucho
durarán poco. Saliendo hacia la izquierda en busca del caminito que desciende
entre el Risco del Pajarito y el Risco del Fraile seguramente tardaremos menos.
Como al llegar a
las mochilas la sombra del roble nos espabila y venimos con ganas no dejamos
para otro día el Diedro JJ y nos ponemos con él. Se trata de una vía de corte
clásico estupenda y tan recomendable como cualquiera de las de este paño, en la
que además seguro que nos sale alguna foto de esas que todos queremos tener. Si
además la aderezamos saliendo por el último largo de la vía Extasis tenemos todos
los ingredientes de una clásica como dios manda. Muy recomendable. El Diedro JJ
lo abrieron Julio Marina y Javier Pérez en 1974. Al año siguiente la misma
cordada abrió Extasis.
El primer largo
(V+) empieza igual que Senectud Total, hasta alcanzar su primer parabolt, desde
el que directamente nos pasamos a la izquierda para coger el diedro. Hacerlo
directamente desde abajo puede ser complicado por la abundancia de matojos que
viven en los primeros metros de esta bonita vía. Luego sólo queda seguir por el
diedro, en el que iremos encontrando clavos a la vez que intercalamos algún friend.
En la parte superior del largo un parabolt protege el paso más delicado, en el
que la ligereza que da ir de segundo me
hace patinar y quedar colgado como un chorizo sin mayores consecuencias. Encima
está la reunión (dos parabolts), justo antes de los techos en los que acaba el
diedro.
Con cuerdas de 60 metros empalmamos sin
problema el segundo largo (6a), aprovechando la estupenda fisura que hay al pie
de los techos para sortearlos por la derecha, con pasos muy bonitos. Justo al
dejar la fisura de los techos está lo más duro de este largo, V+ apretón. Lo
que queda hasta la reunión, que coincide con la segunda de Senectud Total y de
Extasis, es placa con lajas y buenos agarres, disfrutona (IV+).
Desde este punto
puede salirse por la izquierda (IV+) y vía original, por la fisura que hay a la
derecha del pequeño roble que vemos desde la reunión (6b asequible) que
corresponde a la última tirada de Senectud Total, o bien tirar por la mitad, justo a la
izquierda del roble, por el diedrito y la fisura desplomada que sale a su
derecha, último largo de Extasis (6b o 6a/A2). Tomamos esta última opción y nos
metemos en el diedrito, que desde el principio exige ir protegiendo con friends
y va subiendo progresivamente la dificultad hasta 6a al pie de la fisura
desplomada. Aunque la fisura tiene en la parte superior una laja muy buena para
agarrarse y colocar algún cacharro, llevar al menos un par de aliens, el
esfuerzo me pasa factura y al final tengo que salir poniendo una cinta larga a
modo de pedal. Aunque no se ve desde abajo, un rurp que suele tener lazado un
cordino largo permite salir de la fisura bien asegurado, a pesar de que la cabeza siga un poco confundida al
volver a pasar al libre, con la mieditis consiguiente, hasta que alcanzo la
reunión.
El descenso se
hace igual que en Senectud Total.
Actividad
realizada por Luis Martínez, José Luis Santamarta y Pablo Parrón, el 11 de
junio de 2017.
Datos prácticos:
Acceso: desde el pueblo de La
Cabrera, a 60 kilómetros de Madrid por la A1,
no tendremos problema si seguimos los carteles que indican la subida al Convento de San Antonio, donde comienza
el camino y encontraremos una fuente. Debemos seguir la valla de piedra del
Convento, que dejamos a nuestra derecha, hasta que termina y desde este punto
girar a la izquierda y seguir el caminito que sin pérdida se acerca a los
Riscos del Fraile y del Pajarito.
Dificultad:
Senectud Total: 6a, 6a+, 6b. Dado
que se trata de una vía moderna el grado se irá asentando pero en general se
puede decir que es agradecido, aunque eso sí con los seguros sólo donde no cabe
otra cosa y en general obligado (salvo en el último largo).
Diedro JJ con
salida por Extasis: V+, 6a, 6a/A2 (o 6b). Grados más clásicos y totalmente
asentados, aunque el 6a del segundo largo es más un V+ clasicorro, igual que el
V+ del primero, que tiene sólo un parabolt, justo en el paso más apurado,
aunque la dificultad es mantenida.
Longitud: ambas vías tienen unos 100 metros, con una
distancia de largos de algo menos de 30 metros aproximadamente.
Horarios: actividad buena para echar
una mañana, unas 4 o 5 horas, incluida la vuelta hasta el vehículo.
Material: las dos vías están
semiequipadas pero es imprescindible un juego de friends. El artificial del
último largo de Extasis no requiere estribos a poco que estemos acostumbrados a
acerar algún paso de vez en cuando, y lógicamente menos si somos capaces de
sacarlo en libre. De casi todas las reuniones se puede rapelar aunque es mejor
bajar andando. Casco.
Más información:
- El mejor
croquis que circula por la red, en Via Clásica.
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