Jesús
Rabanal y yo nos conocimos en la Facultad de Derecho hace ahora casi quince
años. Tenemos gustos y aficiones parecidas, entre ellas la montaña, pero pocas
veces hemos coincidido para hacer una actividad interesante. Parece que en
junio de este año todo se ha puesto a punto de caramelo para que podamos
escaparnos el último fin de semana del mes a hacer el Corredor Estasen al
Aneto.
Después
de un invierno nefasto en lo que a nevadas se refiere, la nieve ha llegado
tardía y aunque estemos casi en julio la cantidad y condiciones de la nieve son
perfectas e incluso algún esquiador de travesía se aventura a calzarse los
esquís para subir a la cumbre más alta de los Pirineos por la ruta normal del
Refugio de La Renclusa.
Desde
Benasque se sigue la carretera que en unos seis kilómetros nos deja en el
desvío hacia la derecha, señalizado, hacía el Valle de Vallibierna. Al poco del
comienzo una zona municipal habilitada para la acampada puede ser un buen punto
de partida para esta actividad. Todo depende del estado de la pista que
normalmente en periodo estival se encuentra cerrada por una barrera que impide
el paso de vehículos. Son ocho kilómetros a pie o en el autobús que varias
veces al día hace el trayecto hasta el Refugio de Pescadores del final de la
pista, en el Puente de Coronas (1950 m.), en perfecto estado que todos
deberíamos respetar para que siga así mucho tiempo.
Es
27 de junio de 2008 y la entrada en la pista está permitida hasta el día 28. Un
cartel en la barrera así lo anuncia por lo que seguimos hasta el refugio.
Llegamos a media noche y vamos directos a meternos en el saco haciendo el menor
ruido posible, pues dos personas más ya deben llevar un buen rato dormidas.
Ponemos el despertador a las seis de la mañana para empezar a andar justo al
amanecer.
Tardaremos
entre 3 y 4 horas para llegar a la base del corredor. Detrás del refugio por la
pista andamos unos 300 metros hasta que se convierte en camino hacia el norte y
asciende entre pinos al principio hasta el Embalse y los Ibones de Coronas
(2.750 m.). Desde los ibones, en dirección noreste se asciende por el Glaciar
de Coronas, desde donde ya divisamos claramente el corredor. Abandonamos el
camino hacia la derecha para acercarnos a la base del corredor (3.100 m.). Un
montañero solitario se ha adentrado ya en el corredor y lo lleva bien avanzado
y por detrás de nosotros sólo viene una pareja que ha dormido en furgoneta al
lado del refugio. Hoy no hay nadie más en el Estasen.
Llevamos
puestos los crampones desde prácticamente el comienzo de la nieve, a 2.000 m., porque
está bastante dura, pero el tiempo es perfecto, ni una nube y el día se
presenta caluroso. Son las 10,00 h. y el corredor está en las mejores
condiciones. Cambiamos bastones por piolets y comenzamos la subida atravesando
los restos de un alud. El corredor es ancho y muy estético en la parte
superior. Sencillo, la inclinación nunca supera los 50º y resulta bastante
disfrutón. En la parte superior caben tres alternativas: salida por la
izquierda, la original y la más habitual; salida por la derecha, parece de
dificultad similar pero nos deja más lejos de la cima y obliga a hacer un mayor
trayecto por la cresta de Llosás; por el marcado corredor que vemos en el centro,
conocido como Couloir Petit Black a la Aguja Daviu, entre 50º y 60º de
inclinación máxima, encajonado y muy bonito.
En
ningún momento nos planteamos encordarnos porque no es necesario con lo que, al
no ir atados, cada uno opta por una salida. Txus sigue por el Estasen hacia la
izquierda y yo subo por el Petit Black con la nieve en su punto, clavando
crampones con facilidad y no más de 50º hasta la cresta de Llosás. Atravieso la
Aguja Daviu por detrás, hacia la izquierda según se sale del corredor, para encontrar
a Txus saliendo por el Estasen.
Desde
aquí ya se ve la cima del Aneto pero aún queda recorrer la cresta por terrazas
y terreno descompuesto (II) y un corto tramo de arista afilada que nos pone a
tono para enfilar el Paso de Mahoma a la bajada, más sencillo realmente que
este último tramo.
Estamos
en la cima del Aneto (3.404 m.) más de cuarenta minutos, las vistas no tienen
fin, ni viento ni frio y por fin hemos podido usar los piolos después de un
invierno climatológicamente desastroso. La única pega, tener que compartirlo
con mucha más gente que viene por la normal de La Renclusa, aunque también es
grato compartir unas palabras con montañeros que vienen de todas partes,
aprovechar para que te tiren alguna fotillo y, por supuesto, devolver el favor.
Hemos tardado desde el refugio en total seis horas. Casi a las 14,00 h. nos
toca turno en el Paso de Mahoma y bajamos directamente hasta el Collado de
Coronas, donde hay algunas tiendas. Un sencillo destrepe entre rocas nos lleva
de nuevo a la nieve y en poco menos de tres horas, por el mismo camino de
subida, estamos relajando los pies en las gélidas aguas del Barranco de
Coronas, al lado del refugio, pensando en el próximo invierno.
Un último vistazo al corredor, bajando por el Collado de Coronas |
Datos prácticos:
Aproximación:
a 6 kilómetros de Benasque un desvío a la derecha nos adentra en una pista
transitable (con restricciones y autobús alternativo normalmente en julio y
agosto), que en unos 8 kilómetros nos lleva al Puente de Coronas, donde hay un
refugio libre.
Horarios:
desde el Puente de Coronas hasta la base del corredor, entre 3 y 4 horas. Entre
1 y 2 horas para el corredor y hasta la cima. Unas 3 horas para el descenso
desde la cima hasta el Puente de Coronas.
Desnivel:
1.454 m. de desnivel desde el Puente de Coronas (1950 m.) hasta la cima del
Aneto (3.404 m.). Subida muy mantenida, por lo que pese a no ser difícil, exige
buena forma física.
Dificultad:
la dificultad radica más en el desnivel de la ascensión que en su inexistente
complejidad técnica. El Estasen no presenta inclinaciones superiores a los 50º
y normalmente la inclinación es bastante inferior. El Petit Black no supera los
60º y el día que lo hicimos no creo que llegara siquiera a los 50º.
Material:
con piolet y crampones es suficiente. No obstante, se hace más a gusto con dos
piolets y aunque no existan especiales peligros objetivos (salvo momentos de
alarma por aludes), como caída de piedras, siempre es más que recomendable
llevar el casco. Por si acaso un cordino ligero para encordarnos. Si hiciera
falta asegurar en el Petit Black podrían colocarse seguros en las rocas a ambos
lados del corredor.
Más información:
- Aneto. Guía montañera. Ascensiones, travesías y escaladas, de Alberto Hernández
Gómez y Alberto Martínez Embid. Publicado por Desnivel Ediciones. Págs.
282-283.
- Pirineos. Ascensiones en mixto, nieve y hielo, de Francis Mousel. Publicado por Desnivel Ediciones. Págs. 265-266.
Cordada:
Jesús Rabanal y Pablo Parrón (28 de junio de 2008).