Después de haber
pasado un invierno muy duro en el Refugio Enol, en los Picos de Europa, el
cuerpo no está acostumbrado a los rigores veraniegos, menos aún cuando estos
alcanzan el cuerpo sin transición entre los dos edredones y la manta
imprescindibles para dormir confortablemente en el búnquer de nieve y hielo del
refugio, y los 25 grados de media que soportamos en Madrid desde finales de
abril.
Con estos
calores, escalar una vía de largos en La Pedriza puede convertirse en una
pequeña proeza de resultado incierto, aunque a Adam no le cuesta convencerme
bajo la promesa de tratarse de una cara norte en la que el sol brilla por su
ausencia, lo que unido al deseo de volver a trepar “en casa”, después de un año
de ausencia, me anima a echarme otra vez la cuerda a la chepa y… ¡tó pa adelante!
La vía Mari
Carmen es una clásica poco frecuentada, probablemente debido a su orientación
norte, lo que asegura escalar acompañados por el musgo, poco acorde con la
mentalidad imperante del escalador deportivo, a la empinada aproximación y al
desconocimiento del reequipamiento que hace algunos años mejoró notablemente
los tramos de artificial.
Tras un abandono
a pie de vía hace poco más de una semana, al encontrar la pared totalmente
empapada, el domingo 21 de junio de 2015 volvemos a dejar el coche en
Cantocochino y comenzamos la aproximación siguiendo la autopista de La Pedriza
en dirección al Refugio Giner, para abandonarla hacia la derecha a la altura de
la Charca Kindelán, cruzando el Arroyo de la Majadilla y remontando el empinado
caminito, difícil de seguir en algún tramo, que pasando por el Risco del Euro
nos lleva a la cara norte de Peña Sirio. Nos llevará una hora desde el
aparcamiento, con buena cuesta gran parte del camino.
Una gran laja en
la zona derecha de la cara norte, que cuando se golpea llega incluso a vibrar,
facilita localizar el comienzo de la vía. Unos veinte metros más arriba son
visibles los parabolts de otra ruta, La cepillade de mon ami (7a+).
Después de
ponernos el arnés Adam comienza el primer largo (V, A1) escalando la laja hasta
un clavo con cordino, a unos cinco metros del suelo, que chapa para realizar
una travesía hacia la derecha no excesivamente difícil (IV) pero con musgo que
exige prestar atención al lugar donde colocamos los pies. Se llega a un resalte
difícil protegido con un primer parabolt que puede acerarse (antiguamente se
daba con un paso de hombros). Por encima, unos metros en los que puede
asegurarse con algún friend mediano hasta llegar a la ya visible línea de
parabolts del primer tramo de artificial (A1), que se hace sin mayor
complicación, los últimos metros en libre (V) hasta la primera reunión, montada
con tres clavos en una fisura justo encima de la cabeza que sirve de vivienda a
los murciélagos. Es aconsejable reforzar con algún friend. Treinta metros
justos.
En la laja que identifica el comienzo de la escalada |
Con los estribos, en el primer largo (V, A1) |
El segundo largo
(V+) nos depara un paisaje de escalada poco habitual. Se trata de un diedro que
permite buena protección con friends grandes dominado por un techo que permite
apoyar la espalda y encontrar presas perfectas para las manos, y una placa con
buenos apoyos para los pies aunque traicionera; resbala más de lo normal sin
estar “lavada” por el paso de escaladores ya que es el cauce habitual de las
chorreras en esta cara norte. Son unos quince metros hasta un bloque en el que
encontramos dos lazos con maillón para hacer la reunión. Es imprescindible
revisar bien el estado de los lazos y cambiarlos si es preciso. Quince metros
de largo.
Desde la reunión, el curioso largo que sigue |
Apretando, entre suelo y techo |
El tercer largo
(III) no puede siquiera adivinarse desde el suelo ni marcarse adecuadamente en
las reseñas. Es algo tortuoso y exige dejar las cuerdas muy bien colocadas para
que no se enganchen y evitar problemas al recuperar al segundo. Nada más salir
de la reunión hay que girar a la derecha y se presenta a la vista un pasillo
fácil (I) en el que la única dificultad viene marcada por la estrechez de las
paredes. Es importante no llevar nada a la espalda y estar dispuesto a pegarse
una buena arrastrada y encoger la barriga para no quedar empotrados… Al final
del pasillo unos bloques fáciles (III) nos sacan del entuerto y podemos volver
a ensanchar los hombros. No es mala idea montar reunión en este punto para
evitar problemas con las cuerdas. Seguimos a la izquierda por una sencilla y
tumbada placa (II) en la que hay que andar con ojo por el musgo, en dirección a
una pequeña encina en la que montamos reunión. La única dificultad está al
final (IV), al remontar el murito que nos separa de la encina (más fácil cuanta
más altura cojamos por la placa). Unos veinticinco metros.
Arriba y abajo, la claustrofóbica chimenea del tercer largo y saliendo de la misma |
El cuarto y
último largo (A1, 6a+) es realmente bonito y en caso de ir justos con el grado
puede hacerse con estribos hasta el final de la parte dura. Prácticamente desde
la misma reunión se alcanza un cordino pasado por un puente de roca desde el
que es fácil alcanzar el primer parabolt del tramo de artificial (A1). El
desplome de los primeros metros da paso a una fisura genial (6a+) que hay que
proteger con friends grandes. Para que queden bien es necesaria cierta delicadeza,
vamos que ¡no es de esas fisuras en las que tiras el friend y queda a cañón!
Entre el siempre difícil cambio de escalada artificial a libre, el granito
arenoso de la fisura y que ésta es ligeramente ciega, no hay que dudar en
seguir con los estribos los siete u ocho metros que restan hasta que la
verticalidad disminuye (IV, III). Aunque podría montarse reunión con friends,
es preferible seguir hasta el fin de las dificultades donde encontraremos otra
pequeña encina para montar la última reunión. Treinta metros aproximadamente.
El desplome con el que comienza el artificial del último largo |
La fisura que sigue al artificial, que también puede hacerse tirando de friends (arriba y abajo) |
Dado que la vía
no llega hasta el punto más alto de Peña Sirio no hay que hacer el rapel volado
característico del risco. Para el descenso seguir en dirección este intuyendo
el mejor camino hasta alcanzar el suelo y tomar el camino que hacia la
izquierda nos lleva nuevamente al pie de vía. La zona es realmente alucinante,
un auténtico laberinto pedricero de extrema belleza que nos recuerda la
necesidad de proteger un paraje único. En todo caso, el destrepe, aunque
perfectamente posible, es delicado y es fácil que demos con alguna instalación
de rapel usada anteriormente por alguna otra “cabra” de las que pasamos por
aquí
21 de junio de
2015, Adam Tipluica y Pablo Parrón.
Datos prácticos:
Acceso: desde Madrid lo mejor es salir
por el norte para tomar la carretera de Colmenar Viejo y seguir las
indicaciones hasta Manzanares el Real. Según salimos del pueblo veremos el
cartel que indica la entrada a la Pedriza. Para llegar al parking de
Cantocochino en fines de semana la barrera suele estar abierta hasta las nueve
de la mañana. Hay que recordar que el número de coches está limitado y una vez
superado el cupo sólo se puede entrar cuando salga alguno. Desde hace un par de
años en verano y fines de semana un autobús gratuito hace el recorrido.
Dificultad: V/A1, V+, III, A1/IV+ (o A1
y 6a+). Se trata de una clásica que exige cierta experiencia pues hay que
montar todas las reuniones, salvo la primera que conviene reforzar, y manejarse
bien con las cuerdas. Los tramos de artificial están reequipados con parabolts.
Longitud: 100 metros aprox.
Horarios: una hora de aproximación, 2/3
horas para la vía y unos quince minutos para el descenso hasta el pie de vía.
El horario para la vía es muy variable, en función de la habilidad con el artificial
y para elegir bien las reuniones y evitar problemas con las cuerdas.
Material: Un juego de friends. Son
imprescindibles los friends grandes, incluso alguno repetido. Doce cintas
exprés, recomendable que en el juego vayan varias largas. Estribos. Casco.
- Escaladas en La Pedriza, de Darío
Rodríguez y José Ignacio Luján. Ediciones Desnivel, junio 1992, págs. 94-95. Es
una de las guías antiguas de La Pedriza, en la actualidad muy difícil de
encontrar. En la más moderna guía de Barrabés de José Ignacio Luján y David A.
Zapata, no se reseña ninguna vía en la cara norte de Peña Sirio.
- El mejor croquis en www.viaclasica.com.