Cuarta etapa: ascensión al Similaun (3606 m.), y al Fineilspitze (3516 m.), desde Similaun Hütte: desnivel positivo: 1347 m., desnivel negativo: 1351 m.
El día amanece espléndido, con varios centímetros de nieve recién caída que prometen un divertido descenso. Desayunando en el refugio podemos contemplar desde sus ventanales la totalidad del recorrido a realizar para alcanzar la cima del Similaun (30º, PD-). Aunque al comienzo tenemos un pequeño descenso, es suave y corto, por lo que optamos por empezar con las pieles puestas. Se trata de descender hasta el glaciar Niederjochferner y remontarlo con tendencia hacia la izquierda para evitar su parte más agrietada e inclinada, tras la cual vemos ya el punto en el que hay que cambiar tablas por crampones para iniciar la arista final.
La arista se puede hacer sólo con los crampones y los bastones de esquí, pero llevamos el piolet en la mochila por lo que pudiera venir. Es sencilla y tras atravesar una zona de hielo azul con aspecto de cristal puro supera unos metros escalonados algo más empinados y continúa estrechándose progresivamente hasta llegar a la gran cruz instalada en la cumbre. Las vistas son magníficas pero no estamos mucho tiempo en la cima porque el viento es fuerte y la sensación térmica de muchos grados bajo cero.
Con cuidado descendemos por la arista hasta llegar de nuevo a los esquís y comenzamos una bajada espectacular, por buena nieve que va mejorando cuanto más bajamos hasta que ya no puede ir a más porque es sencillamente perfecta. Todo en un bonito ambiente alpino mientras unos cuantos grupos siguen subiendo encordados por el glaciar. Llegando al refugio la nieve es tan agradecida que cuesta parar y no seguir hacia Martin Busch Hütte para prolongar el descenso todo lo posible, pero no es nuestro objetivo y tras un breve descanso nuestro extenso grupo se divide entre quienes prefieren descansar el resto del día y quienes deciden iniciar el ascenso a otra de las grandes cimas del Ötztal, la Fineilspitze (40º, I).
Hasta aquí hemos hecho 600 metros de desnivel positivos y algo menos de tres horas entre la subida y la bajada. Aún no es mediodía y tenemos tiempo de sobra para intentar otra cumbre. Para seguir hacia la Fineilspitze lo mejor es descender por el camino de venida desde Martin Busch Hütte hasta ver a nuestra izquierda el valle secundario por el que debemos continuar. Cometemos el error de no descender lo suficiente para perder la menor altura posible y giramos a la izquierda antes de tiempo, lo que nos obliga a hacer un flanqueo delicado por pendientes muy cargadas de nieve no demasiado estable, hasta que enlazamos con el valle secundario. La subida nos lleva hacia un collado poco marcado con tendencia general hacia la izquierda. Cuando llegamos podemos apreciar no muy lejos el monumento alzado en honor a Ötzi, el Hombre de Similaun, la momia humana más antigua de Europa descubierta hasta la fecha. No nos acercamos porque el cielo se está cubriendo y no queremos perder un tiempo que podría ser valioso si queremos hacer nuestra segunda cima del día.
Pasado el monumento a Ötzi, que dejamos a nuestra izquierda, foqueamos las últimas rampas que nos llevan al collado Hauslabjoch (2379 m.), por el que mañana cruzaremos en dirección al refugio Hochjoch Hospiz. Hoy no hay que cruzarlo, sólo alcanzarlo y seguir hacia la izquierda del collado hasta otro pequeño colladito que queda justo al pie del comienzo de la arista noreste de la Fineilspitze (40º, I). Cuando llegamos, el tiempo ha empeorado hasta el punto de que la visibilidad es muy reducida y el fuerte viento que ha comenzado a soplar nos hace dudar de la posibilidad de hacer cima. Sin pensarlo mucho anclamos los esquís en la nieve, nos equipamos con piolet y crampones y empezamos a abrir huella por la arista, más larga de lo que parece, cada vez más estrecha y sensiblemente más empinada que la del Similaun que hemos recorrido hace unas horas. Casi sin darnos cuenta llegamos a la cruz cimera, nos hacemos las fotos de rigor y iniciamos el descenso un poco tensos por la fuerza del viento, aunque luego resulta más sencillo de lo que parecía y no tardamos mucho en volver hasta los esquís. Sólo queda disfrutar de la bajada hasta el Similaun Hütte, aunque la niebla y la nieve que también ha empezado a caer nos despistan en algún momento. Cuando llegamos otra vez al glaciar Niederjochferner tenemos que volver a poner pieles y remontar los 150 metros de desnivel que quedan hasta el refugio, completando así una jornada de esquí-alpinismo memorable.
La
etapa al final, con las ascensiones al Similaun y la Fineilspitze, nos ha
llevado unas siete horas (tres para el Similaun y cuatro para la Fineilspitze)
y un desnivel positivo acumulado de unos 1400 metros, 600 para el Similaun, y
750 para la Fineilspitze.
