El otoño del año
2009 está siendo uno de los más calurosos de las últimas décadas y nos brinda
un día perfecto para escalar una de las rutas más clásicas de La Pedriza, la Este
al Pájaro, también llamada Pedro Ramos, abierta en 1959 por Miguel Angel
Herreros, César Pérez de Tudela y el propio Pedro Ramos, quien falleció dos
semanas después de la apertura a consecuencia de la micoulceración de estómago
que le produjo la deshidratación que sufrió en las 12 horas que estuvieron
escalando un caluroso día de verano.
A pesar de su
grado asequible, la aureola de exposición que gira en torno a esta ruta, unida
a la indeseable actitud de quienes creen poseer un derecho absoluto sobre su
grado de equipamiento, o mejor dicho, de desequipamiento sistemático, han hecho
que hayamos retrasado esta escalada hasta hoy, 22 de noviembre de 2009. Ya es
habitual encontrar advertencias en la bibliografía más utilizada a que en la
Columna de Hércules la caída no está permitida y que debido a la actividad de
los justicieros de la llave inglesa nunca podremos conocer el equipamiento de
la vía. Conviene recordar a los “defensores de la ética” y, en consecuencia,
del carácter inapelable de la opinión del aperturista que el propio Pérez de
Tudela ha manifestado, refiriéndose a los “dos o tres parabolts” con que ahora
se salva el paso atlético del primer largo (y por tanto admitiendo que no los
colocaron los aperturistas, cuando ni siquiera existían estos artilugios), que
no sabe “si los equipadores o desequipadores los habrán respetado. Este sí que
es un tema discutible. Yo creo que hasta cometen actos delictivos cuando quitan
seguros; y muchas veces podrían ser objeto de responsabilidad civil”.
Pero es una ruta
que cualquier asiduo de La Pedriza quiere tachar de su lista particular, y
además de una calidad indiscutible. Hace un par de semanas ya vinimos a darle
un tiento pero las lluvias de la noche anterior nos hicieron desistir porque la
roca no presentaba las mejores condiciones para este “fregao” pero finalmente
nos juntamos Fernando Blas, Esteban y Pablo Parrón con la firme decisión de ir
a por todas a por ese M2 de espanto que, otras fuentes muy fidedignas, nos
aseguran que no es para tanto (en la escala de exposición de las vías de La
Pedriza un M2 implica una “ruta escasamente protegida o difícil de proteger,
con probabilidades de hacerse daño en caso de caída y en la que más vale ir
sobrado de nivel”).
Desde el parking
de Cantocochino tomamos el camino que nos lleva al Refugio Giner, que dejamos a
nuestra derecha, y, sin cruzar el puente que nos lleva al refugio, seguimos de
frente hasta un desvío a la derecha (normalmente marcado con un hito difícil de
ver si no se va atento) que nos hace cruzar el río y sigue por el escarpado
bosque que nos lleva hasta la base del risco del Pájaro (aproximadamente una
hora y media). Como vamos a la cara este, subimos por la canal que rodea la
base del Pájaro por la derecha, con algún paso delicadillo entre bloques, hasta
un árbol a la izquierda tras el cual encontramos la plataforma en la que
comienza la escalada.
Debido a su
orientación el sol enseguida ilumina la pared y mientras nos colocamos el arnés
miramos con recelo el primer largo, un 6b que también se puede hacer en
artificial, para lo que será útil llevar un estribo. Desde el pie de vía se ven
perfectamente dos cáncamos desde los que parece que debemos montar reunión para
iniciar el largo. Para llegar a ellos, hay que escalar a pelo unos diez metros
por donde nos parezca más sencillo, probablemente por una fisura a la derecha
que evita tener que ir por placa en adherencia pura y dura y que incluso
podríamos asegurar con algún friend.
Desde la reunión
aseguro a Fernando, que pasa muy rápido con los estribos las dos chapas que aseguran
el paso más duro, aunque lo que viene luego tampoco es moco de pavo. Rodeamos
unos techitos por su izquierda con algún paso de V+ apuradillo y enseguida
vemos, hacia la derecha, los parabolts de la reunión. Encontramos algún clavo y
más chapas en el largo pero también habrá que colocar algún otro seguro
intermedio. Lo más duro de la vía pero bien protegido.
Mirada hacia el suelo por encima del 6b del primer largo |
Desde la misma
reunión podemos alcanzar un clavo, que inicia el segundo largo (V+) y atraviesa
el paso conocido como la Columna de Hércules. Si bien a efectos de protección
el clavo es testimonial permite atenuar una posible caída de factor dos. Inicio
el largo por una travesía de unos cuatro metros con agarres muy romos para las
manos hasta alcanzar la columna. Existe posibilidad de proteger con algún
friend o fisurero muy pequeños. Con algún paso de decisión al comienzo y
agarres para las manos que van siendo progresivamente más abundantes vamos
superando la columna. Un espárrago sin chapa da fe del paso de algún justiciero
de la llave inglesa y poco más arriba alcanzamos la reunión. Se trata de un
largo excepcional, con un granito excelente y con ciertas posibilidades de
autoprotección.
Fernando se pone
con el tercer largo (IV), que sale recto por un muro vertical de setas en el
que sólo encontraremos un parabolt bien visible desde la reunión. Es el típico
largo disfrutón que bien valdría la pena repetir unas cuantas veces. Nos lleva
hasta el característico arbolito en la cola del Pájaro en el que confluyen más
vías de la cara este, como la Rivas-Acuña.
Con un paso
atlético (V) nos montamos en la cola del Pájaro. Desde aquí sólo quedan dos
largos sencillos (III+) en los que se puede lacear alguna seta. No conviene
tener la tentación de unir los dos largos, siendo preferible parar en la
reunión con argollas que hay montada en el cuello del Pájaro. Ya lo intentamos
hace tiempo viniendo de la Rivas-Acuña y con cuerdas de sesenta te quedas corto
por sólo unos metros, con el consiguiente tinglao…
Abrazos, fotos y
la satisfacción de haber escalado una de las vías más emblemáticas de nuestra querida
Pedriza, imposible volver a casa con mejores sensaciones.
Para el descenso
primero hay que rapelar desde la cabeza del Pájaro hasta el callejón, unos
veinte metros, y luego tenemos dos opciones, el callejón norte o mejor en este
caso, la normal de la cara este, que desciende entre bloques por donde nos
parezca más evidente hasta el pie de vía.
Datos prácticos:
¿Cómo llegar a La Pedriza?
Desde Madrid lo
mejor es salir por el norte para tomar la carretera de Colmenar Viejo y seguir
las indicaciones hasta Manzanares el Real. Según salimos del pueblo veremos el
cartel que indica la entrada a la Pedriza. Para llegar al parking de
Cantocochino en fines de semana la barrera suele estar abierta hasta las nueve
de la mañana. Hay que recordar que el número de coches está limitado y una vez
superado el cupo sólo se puede entrar cuando salga alguno. Desde hace un par de
años en verano y fines de semana un autobús gratuito hace el recorrido.
Dificultad: 6b (V+/A0), V+, IV, III,
IV. En el primer largo se puede hacer en
artificial el paso más duro, protegido con dos parabolts, y la protección es
buena. En el segundo la protección es delicada y conviene estar habituado a las
peculiaridades de la escalada en adherencia de La Pedriza, aunque no es
difícil.
Longitud: 130 metros.
Material: un juego de friends y otro de
fisureros (para la columna vendrán muy bien micros y piezas pequeñas). Algún
anillo de cinta. Casco.
Más información:
- La Pedriza - Guía de Escalada, de
J.Ignacio Luján y David A. Zapata, editada por Barrabés Editorial, págs.
412-413.
- Las 100 mejores escaladas de la zona centro, de Pablo Aguado y David Gómez, editado por Barrabés Editorial,
págs. 36-37 (ver también la pág. 26).