El Picu Urriello
o Naranjo de Bulnes es una montaña que enseguida atrae la atención de todo el
que se acerque a ella. Incluso desde lejos, ya se intuye una gigantesca mole de
roca caliza de inigualable adherencia. Por ninguna de sus vertientes es posible
acceder a la cima sin escalar, si bien ofrece dificultades muy diferentes para
satisfacer a todo tipo de escaladores.
La Directa de
los Hermanos Martínez (V) de la cara sur pasa por ser la más asequible y
repetida, además de ser la que normalmente se utiliza como ruta de bajada en la
mayoría de las ocasiones, pues está equipada con una serie de rápeles paralelos
que coinciden con las reuniones de la vía.
La primera
ascensión al Picu la realizaron Pedro Pidal y Gregorio Pérez, el Cainejo, el 5
de agosto de 1904, con los medios de la época, es decir… prácticamente ninguno,
y destrepando por el mismo itinerario de subida. Imposible ya verlo para
creerlo, pero así dicen que fue, lo que da idea de la genial talla de
alpinistas que fueron estos dos elementos. Alucinante.
La idea de
escalar la Norte o Pidal/Cainejo me ronda por la cabeza desde que leí el famoso
relato de la primera ascensión escrito por el mismo Pedro Pidal, en un
suplemento de la revista Desnivel. El lenguaje utilizado, lógicamente el de la
época, retrocede al lector cien años atrás y realza el hito histórico que para
la escalada supuso esta ascensión, en los inicios del alpinismo en nuestro país.
Pero de vuelta al mundo real, el trabajo no da lugar a disfrutar de esta
escalada con el reposo que merecería y un fin de semana es todo lo que tenemos
para escalar el Naranjo.
Después de
dormir al raso cerca de Sotres nos levantamos a las siete de la mañana y tras
un rápido desayuno enfilamos la pista en la que se deja el coche al pie del
camino al Refugio de Uriellu. Es sábado, 17 de julio de 2010, y hacemos cordada
Miriam López, Luis Martínez y Pablo Parrón. Ha amanecido totalmente nublado,
con nubes bajas cargadas de humedad y, aunque no llueve, está todo empapado.
Como tampoco podemos hacer gran cosa decidimos preparar el material y subir al
refugio con la esperanza de que en las dos horas de camino despeje y podamos
escalar la Norte del Picu.
Al llegar al refugio todo sigue igual pero el ambiente es más seco y al poco de empezar a subir por la Canal de la Celada aparece el sol y dejamos por debajo un mar de nubes espectacular que permanecerá así todo el día. La cuestión es que por encima el tiempo es perfecto y está todo totalmente seco. Para ser un día de verano nos sorprende que sólo haya unas pocas cordadas por la zona. En la Norte no hay nadie y no tardamos en localizar la terraza en la que comienza la vía. Desde el refugio al pie de vía tardaremos poco menos de una hora.
Al llegar al refugio todo sigue igual pero el ambiente es más seco y al poco de empezar a subir por la Canal de la Celada aparece el sol y dejamos por debajo un mar de nubes espectacular que permanecerá así todo el día. La cuestión es que por encima el tiempo es perfecto y está todo totalmente seco. Para ser un día de verano nos sorprende que sólo haya unas pocas cordadas por la zona. En la Norte no hay nadie y no tardamos en localizar la terraza en la que comienza la vía. Desde el refugio al pie de vía tardaremos poco menos de una hora.
Al final de la
Canal de la Celada nos dirigimos hacia la derecha, en dirección a la Y evidente
que forma un espolón en la pared este del Naranjo. Pasamos por debajo de la Y y
unos metros más abajo vemos una placa en la pared en honor a los aperturistas.
En una terraza unos metros por debajo de la placa dejamos las mochilas, salvo
una con algo de agua y comida y empiezo el primer largo (IV-), una travesía
hacia la derecha de 60 metros hasta una pequeña cueva. Algún clavo en el largo
y otro al pie de la cueva para montar reunión.
Luis inicia el
segundo largo (IV+), a la derecha de la cueva por una plaquita lisa y poco
inclinada conocida como la Llambrialina, y luego hacia arriba por terreno poco
definido y que da pie a los embarques. De hecho, nos embarcamos y tiramos muy
hacia arriba, cuando la vía va más en travesía a la derecha. No somos los
primeros y nos lo recuerda algún cordino en puentes de roca.
Dudoso, empiezo
el tercer largo (IV) por bloques fáciles hasta un diedro que tenemos de frente
de apariencia fácil. Unos metros de III+ y al final un cordino rojo en un
pequeño puente de roca donde el diedro se empina. En travesía fácil a la
derecha unos quince metros y luego hacia arriba por bloques fáciles hasta
montar reunión donde podamos casi agotando las cuerdas de 60 metros. Aunque en
algún momento pienso destrepar, porque ya es evidente que vamos mal, el terreno
es sencillo y veo en el croquis que si seguimos recto enlazamos con la travesía
de la vía Schulze. A la derecha tenemos el espolón de la cara norte, por donde
pasa la Pidal-Cainejo.
Hasta llegar a
la travesía de la Schulze tenemos un cuarto largo (II) fácil, que hacemos en
ensamble de unos 40 metros. Montamos reunión para hacer el quinto largo (II), la
travesía que se acerca a la canal-chimenea de la cara norte. Travesía fácil de
unos 30 metros pero en el centro del Naranjo, con una altura ya ganada bastante
respetable.
El sexto largo
(V+) se ve precioso desde la reunión. Una fisura desplomada que podemos hacer
entera o abandonar a la derecha tras los primeros metros para superar una placa
con fisuras protegida con cuatro clavos. Optamos por hacer la fisura entera,
que puede protegerse sin problemas con friends. Por encima la inclinación
disminuye hasta una reunión en dos clavos. 30 metros.
Desde la reunión
se ve perfectamente un paso que parece desplomado taponando la canal-chimenea.
Es la primera panza de burra y se supera con más facilidad de la que parece.
Luis inicia el séptimo largo (V), y opta por sortear la panza por la derecha,
por placas que se pueden proteger con algún fisurero. Otros 30 metros.
El octavo largo
(V) sigue por la canal hasta la segunda panza de burra, vista desde arriba
queda clara la similitud con la panza de este animal. El paso parece difícil
aunque en teoría es V y se puede superar directamente por la placa, pero
también se puede sortear fácilmente por la derecha donde hay muy buenos
agarres. Encima de la panza volvemos a la canal que ya se va ensanchando hasta
unos clavos. La reunión es muy cómoda y la vista hacia la canal estupenda, más
cuando los compañeros suben por la panza. 50 metros.
El noveno largo
(IV) es ya sencillo, III en general. Transcurre por la canal con tendencia
hacia la izquierda en 60 metros de trepada. El último largo (III) sigue la
misma tónica en otros 60 metros que llevan hasta la arista desde la que se ven
el anfiteatro sur y la cima del Naranjo. También vemos a nuestra izquierda a
una cordada saliendo por el agujero de la Cepeda. Una última trepada de II nos
lleva en pocos minutos a la cumbre.
Con un mar de
nubes impresionante cubriendo los valles, la visión de las escarpadas cumbres
de Picos nos tiene boquiabiertos mientras tomamos unos sándwiches, bebemos y
tiramos fotos a diestro y siniestro antes de iniciar el descenso. Hay que bajar
por el camino de subida hasta un hito en la arista que marca el inicio de la
canal de descenso por la cara sur. Con cuidado de no tirar piedras destrepamos
la canal (III) hasta ver la brillante cadena del primer rápel de la cara sur.
Con cuerdas de sesenta metros podemos hacer un primer rápel hasta la siguiente
instalación, donde montamos el segundo rápel sin parar en la siguiente reunión
porque da de sobra para llegar hasta la siguiente reunión. Un último rapel de
60 metros nos deja al pie de la cara sur del Picu. En un breve descenso y
retorno por la cara norte llegamos a las mochilas.
Desde que
empezamos la jornada, a las 8 de la mañana, llevamos más de once horas de
actividad y queda bajar de nuevo al coche. Sin necesidad de pasar por el
refugio bajamos por la Canal de la Celada sorteando neveros que todavía
resisten al sol, en pleno mes de julio, y enlazamos con el camino de subida
mientras volvemos a adentrarnos en la niebla que todavía persiste en un mar de
nubes que aún se resiste a disiparse. En una hora y media aproximadamente, y a
muy buen ritmo, hacemos el camino de vuelta, pasando por el Refugio de la Tenerosa y los prados que preceden a la pista donde están los coches y una
horchata del tiempo.
Datos prácticos:
Acceso: Desde Arenas de Cabrales sale
la carretera que lleva a Sotres y Tresviso. Pasa por la estación del funicular
que sube a Bulnes y unos kilómetros antes de llegar a Sotres sale una pista de
tierra a la derecha que señala dirección Urriellu. En unos kilómetros tomamos
el desvío a la derecha y sólo queda seguir hasta llegar a una valla. Desde aquí
sale el camino al refugio.
Dificultad: IV-, IV+, IV, II, II, V+,
V, V, IV, III. En los primeros largos es fácil embarcarse y, en general,
también salir del embarque. Conviene fijarse bien en el croquis de la ruta antes
de salir. Una vez en la canal-chimenea no hay pérdida posible, si bien la
mayoría de los pasos difíciles se pueden sortear por la derecha. En los dos
últimos largos la canal es más abierta y es preferible ir con tendencia a la
izquierda.
Longitud: 500 metros.
Horarios: Dos horas desde el coche
hasta el refugio. Una hora hasta el pie de vía por la Canal de la Celada. Cinco
horas para la vía. Una hora el descenso por los rápeles de la cara sur. Una
hora y media de vuelta al coche. En conjunto, con descansos y paradas, unas
doce horas.
Material: en una vía clásica como
ninguna es normal que el único equipamiento que encontremos sean algunos clavos
en los largos y alguna reunión también montada con clavos. Están todos en muy
buen estado y se nota que han sido colocados reemplazando los viejos. No creo
que a nadie le apetezca rapelar del clavo que utilizó Schulze en el primer
rápel que se hizo en España en 1906, así que bien por un reequipamiento
necesario. Hay que llevar unas doce cintas, un juego de friends y fisureros,
cintas para reuniones y casco.
Más información:
- 100 Clásicas de España. Escaladas imprescindibles, de
Alfredo Merino y José Luis Rubayo. Publicado por Desnivel Ediciones. Pág. 19.
- Desnivel nº 287, mayo 2010. Págs. 46-47. Reseña del
libro 100 Clásicas de España. Escaladas Imprescindibles, de Alfredo Merino y
José Luis Rubayo.
- Desnivel nº 214, agosto 2004. Especial Naranjo, 100
años.
- Desnivel nº 132, septiembre 1997. Especial el Picu,
Naranjo de Bulnes.
- Escaladas selectas en la Cordillera Cantábrica, de
Miguel Angel Adrados.
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