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DIEDRO UBSA – PEÑÓN DE IFACH – CALPE


El fin de semana se presenta completito. El domingo 7 de noviembre de 2010 se celebra el III Kilómetro Vertical al Puig Campana, una carrera muy bonita y bien organizada que bien vale una visita a la Comunidad Valenciana. Si además aprovechamos el sábado para escalar en alguna de las muchas paredes que tenemos en pocos kilómetros a la redonda el viaje nos dejará el cuerpo satisfecho para unas cuantas jornadas.

En esta ocasión hacemos cordada Rafael Domenech y Pablo Parrón para subir al Peñón de Ifach, en la localidad alicantina de Calpe, por el Diedro UBSA, mientras Luis Martínez y Miriam López forman otra cordada para hacer el mismo itinerario. Muy acertadamente, en algunas reseñas esta escalada se define como la más difícil de las fáciles y a la vez la más fácil de las rutas difíciles del Peñón, lo que nos da una idea muy aproximada del carácter de la ruta. El Diedro UBSA fue abierto en 1977 por José Guerrero, Pedro Oliva y Luis Rodríguez.

 

El comienzo de la vía se alcanza en pocos minutos ascendiendo por el caminito que sale a la izquierda, al final del paseo marítimo, y que recorre por su base el Peñón, por donde no está de más llevar ya puesto el casco ante posibles caídas de piedras.


El primer largo (III+) comienza unos veinte metros a la izquierda de la vertical del diedro, justo en la plataforma desde la que sale la Vía de los Valencianos. Se trata de un largo fácil por bloques con bastantes matojos que asciende hacia la derecha hasta unos tres metros antes de la vertical del diedro, donde encontramos la reunión. Aunque es muy fácil y habrá quien haga este largo desencordado, siempre es aconsejable primar la seguridad. El largo está limpio de seguros fijos.

El segundo largo (V+) se inicia desde la reunión con unos tres metros en travesía hacia la derecha para meternos de lleno en el diedro, por el que se continua recto y sin posibilidad de pérdida unos 35 metros hasta la reunión, en un nicho grande. Es un largo atlético, vertical y mantenido en el V grado. La reunión está montada con parabolts con argolla, como todas las demás de la vía, y también hay parabolts suficientes, como en el resto de los largos, para no tener que usar más que cintas. De todas formas, las chapas alejan bastante y es recomendable llevar un juego de friends.

El tercer largo (V+) tiene un paso técnico al principio, con los agarres muy gastados, que nos hará sudar. Se trata de un movimiento hacia la derecha sobre cantos claros pero muy lavados en los que el pie puede patinar a la mínima. A más altura del escalador, antes llegará a un agarre alto para la mano derecha que no es un buzón pero tampoco es malo, y que facilita mucho superar el paso (V+ durillo), tras el cual volvemos a encontrar el diedro en la misma tónica que el largo anterior (V), descendiendo la dificultad según ascendemos hasta llegar por terreno fácil hasta la reunión. En total unos 40 metros. Ojo en el paso de salida, porque aunque estemos al lado de la reunión la caída sería un factor dos, y por razones obvias mejor evitarlo.

El cuarto largo (V+) son 30 metros más de diedro atlético asegurado con parabolts que alejan, buenas presas y vistas cada vez mejores del Mediterráneo a nuestros pies y perdiéndose en el horizonte. Encontraremos la reunión al pie de la chimenea que forma el gendarme que queda a nuestra izquierda.


El quinto largo (V) empieza por una placa con buenos agarres hacia la derecha de la reunión, hasta un viejo clavo que no vemos hasta que lo tenemos encima (IV+). Desde el clavo unos pasos en travesía fácil pero delicada hacia la izquierda hasta chapar un parabolt y el resto por la amplia chimenea que se forma por detrás del gendarme. La chimenea se supera en equis (IV mantenido), hasta un bloque que la tapona y se supera con un paso atlético (V). Tras el bloque se llega a un colladito por el que viene la vía Costa Blanca (por el otro lado del gendarme). Unos tres metros más arriba, casi en la punta del gendarme pero en la pared de la derecha, encontramos la reunión. Unos 35 metros.


Sexto largo (V+): desde la reunión vemos la bóveda- cueva a la que hay que llegar para hacer el rapel pendular característico de la vía. Aunque no lo vemos, justo en la vertical de la reunión tenemos un clavo a un metro y medio para asegurarnos nada más salir. Se trata de un paso muy atlético que en muchas escuelas de escalada sería un buen 6a, que se puede hacer recto, más difícil, o intentar sortear por un poco a la izquierda o a la derecha, aunque no deja de ser durillo. También es posible meter una cinta en la reunión y superar el paso en artificial. Seguimos por placa con muchos agarres (IV+) chapando dos parabolts y luego hacia la derecha para coger una canal que sube directa a la bóveda-cueva, que alcanzamos por su lado derecho. Desde el segundo parabolt que chapamos también se puede continuar recto por una línea de chapas pero la dificultad es 6b y no es el trazado original. En la parte izquierda de la bóveda-cueva está la reunión. Unos 40 metros.

En este punto toca hacer un rapel pendular de unos veinte metros hacia la izquierda para alcanzar una plataforma con dos reuniones. La nuestra es la que está más a la izquierda porque la otra corresponde a la vía Costa Blanca, aunque si no hay gente cualquiera nos vale. Como escalamos con dos cuerdas de sesenta utilizamos una para hacer el rapel y permanecemos encordados a la otra para hacer la maniobra doblemente asegurados. Conviene que el primero dirija el rapel del segundo y tener cuidado en no rapelar más de la cuenta para evitar tener que remontar, operación siempre tediosa y delicada, vamos que no es para ir a lo loco… Unos metros a la izquierda de la reunión está el montaje del rapel (parabolts con argollas), aunque hay que asomarse para verlo porque la pared de la cueva nos lo tapa.

El séptimo largo (IV+) hace una travesía ascendente hacia la izquierda hasta un jardín de palmitos que atravesamos por la izquierda, ayudados por buenas fisuras para las manos. En unos 30 metros llegamos a la reunión.

El octavo largo (V) se presenta imponente desde la reunión. Unos primeros pasos fáciles hasta que el muro se va poniendo cada vez más vertical para llegar al primer parabolt, visible desde la reunión. Un techito triangular que debemos superar supone el último paso importante de esta gran clásica del Peñón de Ifach. El techito se puede superar por arriba o por debajo, por una chimenea muy estrecha, opción poco aconsejable a menos que queramos correr el riesgo de quedar taponados. Aunque desde la reunión no se ve, afortunadamente al llegar al techo encontramos un parabolt puesto en el lugar idóneo para proteger el paso. 20 metros.


 Aquí damos por terminada la escalada y podemos desencordarnos para trepar los últimos metros (III) y seguir hasta la misma cumbre del Peñón.

Descenso: desde la cima se ve el caminito de descenso, normalmente con gente porque es la ruta normal de subida para turistas y caminantes. En unos 20 minutos estaremos otra vez en el puerto de Calpe.


 Datos prácticos:

Acceso: a Calpe se llega por la autopista de peaje A7 o por la N-332. Enseguida veremos las señales que indican hacia el Parque Natural del Peñón de Ifach. Caminando por el puerto hasta el final del paseo llegaremos al caminito a la izquierda que en pocos minutos nos deja en el pie de vía.

Dificultad: III, V+, V+, V+, V, V+, IV+, V. La dificultad en general ronda el V mantenido y todos los largos tienen ese puntito de dificultad en el límite del disfrute para la mayoría de escaladores. La salida de los largos tercero y sexto son V+ duros. El rapel pendular conviene que lo prepare alguien que se maneje bien con las cuerdas.

Longitud: unos 250 metros.

Horarios: entre 3 y 4 horas.

Material: las reuniones están todas bien equipadas con parabolts con argolla y son cómodas. Los largos están equipados con parabolts y algún clavo y puente de roca. Aunque la protección es suficiente para hacer la vía sólo con cintas express, los seguros alejan y conviene llevar un juego de friends para asegurar algún paso.

Más información: 

- 100 Clásicas de España. Escaladas imprescindibles, de José Luis Rubayo y Alfredo Merino. Desnivel Ediciones, mayo de 2010. Págs. 343-348.

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