Escalar en Peña
Blanca significa revivir la época de los pioneros de la escalada en España.
Aquí se abrió el que probablemente sea el primer 6a en nuestro país en el
lejano 1933. Casi no puede ni imaginarse pensando en los medios de la época.
Figuras como Teógenes Díaz, Bonifacio Malagón, Enrique Herreros, Ignacio Lucas
y muchos más abrieron vías con el irrepetible corte de los primeros tiempos…
El entorno, en
medio de los bosques de Pinares Llanos, resulta además francamente agradable
para escapar del verano de Madrid, quizá hasta demasiado fresquito. El 15 de
agosto de 2012, tras un acogedor vivac con el cielo estrellado como techo
infinito, nos levantamos con la fresca a eso de las 8 de la mañana para repetir
el genial trazado que Roberto Cuñat, Enrique Herreros y Candela abrieron en
1933. La Enrique
Herreros o Normal de Peñablanca, de dificultad moderada,
exige buen manejo de las cuerdas y maniobras poco habituales por lo que debe
ser acometida con cierta experiencia.
Aunque parezca
increíble estamos a 14 grados, con el cielo cubierto y una niebla que moja más
que el chirimiri, pero alegres por no estar sudando como pollos en la capital
emprendemos la escalada con una ilusión inusitada, la historia hace mella.
Bea empieza el
primer largo (IV+) por un trepadero fácil (III+) en la cara sur, justo debajo
de un bloque gigante en cuyo techo veremos un par de parabolts. Al llegar al
final veremos una línea de viejos buriles, alguno con argolla. Hay que ir a la
derecha y bajar de cara a la pared a una repisa en la que encontraremos la
reunión (IV+), preparada con argollas y cadena por si decidimos rapelar el
segundo largo.
El segundo largo
(V) puede destreparse o hacerse mediante un rapel pendular, opción que tomamos
porque la roca está húmeda y además se ve bastante potente. Al final del rapel
hay que hacer péndulo hacia la derecha para agarrar unas setas y subirnos a la
plataforma en la que está la segunda reunión. Hacia mitad del rapel encontraremos
un clavo desde el que podemos encauzar un poco la línea a seguir y reducir el
péndulo pasando una cinta express. Cuando baje el segundo no hay que soltar las
cuerdas para poder asistirle y dirigirle el rapel en caso necesario.
El tercer largo
(V-) sube hacia la derecha para alcanzar una chimenea con un paso arrastradillo
que luego sale a un lomito a la izquierda y unas setas a la derecha hasta una
canalilla con agarres romos pero fácil y estupenda adherencia en la salida a
cima. Antes de la chimenea hay una antigua reunión opcional, aunque hoy no es
necesaria.
Para descender
lo mejor es hacer el rapel preparado en la cara oeste, que en 25 metros nos deja justo
en el punto de salida. Al final hemos dado una estupenda vuelta por casi todas
las caras de la Peña
Blanca.
15 de agosto de
2012, Beatriz Peña y Pablo Parrón.
Datos prácticos:
Acceso: desde Madrid lo mejor es
dirigirse por la N-VI
al Puerto de Guadarrama o Alto del León y justo en el puerto tomar la pista que
sale a la izquierda dejando a la derecha unas antenas y puesto militar. En unos
7 kilómetros
hay un cartel que indica “Canto Herradero”. A la izquierda hay una explanadita
para dejar el coche. Esta pista es todavía perfectamente factible para
cualquier coche pero cada vez está en peor estado. Otra opción es ir hasta El
Escorial, seguir hasta el Puerto de la Cruz Verde, Santa María de la Alameda, Peguerinos y
continuar hasta la explanadita citada, que tendremos a nuestra derecha. Desde
aquí sale el camino, una cuesta que en 20 minutos nos lleva al pie de Peña
Blanca.
Dificultad: IV+, V (o rapel pendular),
V-.
Longitud: 60 metros. El sinuoso
trazado exige tres largos cortitos.
Horarios: 20 minutos para llegar a pie
de vía, y una hora para escalar. Como tendremos tiempo para enredar por la zona
aconsejamos las vías equipadas con parabolts que encontraremos en los
callejones que llevan a Peña Blanca, especialmente las que hay en las placas
del callejón que va hacia el norte.
Material: Encontraremos las reuniones
equipadas para rapelar, algún clavo y alguna chapa. Llevar algunos friends
variados y cuerda de al menos 50
metros para el descenso. Algún cordino para asegurarnos
con prusik en el rapel pendular del segundo largo. Casco.
Más información:
- Escaladas en el Sistema Central
de Tino Núñez, editado por Desnivel Ediciones, págs. 132-133. Muy buena guía
con muchas zonas tranquilas para escalar en la zona centro.
- Escaladas en la Comunidad de Madrid y alrededores, Tino Núñez, editado por Desnivel Ediciones, págs. 184-189. Otra
buena guía, en la misma tónica de Tino.
Fue la primera vez que escale en noviembre del 1977 y todavia me acuerdo, fuimos en los Todos los Santos los dos años siguientes y no he vuelto, un sitio que no he olvidado.
ResponderEliminarMe alegra que te traiga buenos recuerdos. Es un lugar inolvidable para cualquier escalador, probablemente donde se superó el primer sexto grado de la historia de la escalada en la Península Ibérica.
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