Cando
escaladores tan experimentados y conocedores de multitud de rincones de nuestra
geografía como José Luis Rubayo y Alfredo Merino comienzan su libro de las 100
escaladas clásicas imprescindibles de España con la Sur Directa a Peña
Santa de Castilla (2596 m.),
sobran las palabras… Acceder a Peña Santa es ya de por sí una buena actividad,
con paisajes increíbles y muy variados en toda la larga aproximación (4 horas
indica el cartel que hay llegando al cómodo Refugio de Vegabaño). Además
encontraremos de la mejor roca caliza de los Picos con trece largos y 680 metros de recorrido
para dejar a gusto hasta al más animal. Fue abierta el 19 de agosto de 1947 por
José González Folliot, Florencio Fuentes y Antonio Rojas, enderezando la salida
actual Teógenes Díaz y Carletto Re en agosto de 1952. Todos eran miembros de la Sociedad Española
de Alpinismo Peñalara.
Después de
varios días enredando por los Picos decidimos subir a Vega Huerta, al pie de la
sur de Peña Santa la tarde del 9 de agosto de 2012, sólo con lo imprescindible
para la escalada, algo de comida, el saco de dormir y el aislante, lo que ya
supone un buen peso para nuestros fatigados cuerpos. La aproximación comienza
en el pueblo leonés de Soto de Sajambre. Al final del pueblo sale una pista
hacia la izquierda no apta para vehículos normales y muy, muy empinada. A la
derecha sale otra pista por la que se puede transitar durante 6 kilómetros hasta una
valla en la que hay que dejar el coche. De este modo ahorramos cierto desnivel
y una hora de pateo. Tras dos kilómetros por la pista llegamos al Refugio de
Vegabaño, desde el que rodeamos la valla de madera y espino que desciende hacia
el río y seguimos el camino con hitos por un bosque alegre de hayas, robles,
arándanos, que va ascendiendo, pasa junto a un gran roblón que inevitablemente
desvía la mirada y llega al final de los árboles. El camino sigue remontando
entre matorrales hasta el collado conocido como Horcada de Sajambre desde el
que se divisa el bien conservado Refugio del Frade (hasta aquí unas dos horas).
No es necesario
acercarse al refugio y seguimos el camino hasta el final de la loma, donde gira
a la izquierda hacia la Canal
del Perro que se sube pasando por tres colladitos hasta el Collado del Burro
(grandes hitos a ambos lados) desde el que ya se ve bien la cara sur de la Peña Santa. El camino
va sorteando el mar de piedra que queda hasta llegar a Vega Huerta donde un
pequeño refugio no guardado para unas seis personas nos está esperando sin
nadie que lo ocupe (cuatro horas desde Vega Baño). En caso de necesidad también
encontraremos una cueva a unos doscientos metros por encima de la pradera que
puede acoger otras cinco o seis personas,
El 10 de agosto
nos levantamos a las 7 y a las 8 salimos hacia el pie de vía, evidente por
camino con hitos y una esforzada pedrera final (unos 40 minutos desde el
refugio). A las 9 estamos listos para empezar a escalar.
La vía comienza
justo a la derecha de la vertical de la Aguja José del Prado. Desde lejos se ve una gran
fisura horizontal con un techo a la derecha, punto exacto en el que empieza el
recorrido. Para llegar habrá que subir unos primeros metros fáciles por placas
de II-III y empieza el primer largo (IV+), por un diedro hasta que termina y
tomamos el murito que tiene a la derecha en un paso que nos pareció de V grado.
Encima está la reunión con puentes de roca.
El segundo largo
(V+) se inicia recto, por la vía original, por un diedro, aunque también se
puede evitar por un par de opciones más sencillas saliendo hacia la izquierda.
Más allá del diedro por terreno fácil (III) se llega a la reunión.
El tercer largo
(III+) es sencillo y remonta por las placas hasta un resalte más vertical.
Reunión también en puentes de roca.
El cuarto largo
(IV+) y el quinto (IV+) van con tendencia a la izquierda por placas y canalizos
muy agradecidos, hasta llegar al nevero intermedio colgado en la pared.
El sexto largo
lo hacemos en ensamble para superar por su parte izquierda la pedrera del
nevero (II-III). En unos 70
metros llegamos al pie de un diedro tumbado y retomamos
la escalada con el séptimo largo (III) ascendiendo todo el diedro hasta unos
metros horizontales que nos dejan al pie de una chimenea con muy mal aspecto en
cuya base hay una gran cavidad que se hunde por dentro de la Peña Santa. Tan mal
aspecto se nos antoja que tiene la chimenea que nos embarcamos subiendo al
colladito que forma la
Aguja José del Prado, hacia la izquierda, aunque enseguida
reparamos en el error y rapelamos al inicio de la chimenea desde un cordino de
un probable embarque anterior. Este pequeño contratiempo nos supone una hora de
esfuerzo suplementario.
El octavo largo
(V+) recorre la chimenea, fácil al principio y bastante jodida al final, cuando
tira por la variante izquierda. A mitad de la chimenea hay un clavo y existe la
posibilidad de salirse por la derecha hasta una chapa (la única que veremos en
los 680 metros
de escalada) para evitar la parte final, ligeramente más fácil. Otro clavo más
arriba asegura los metros finales antes de la reunión.
El noveno largo
(IV) atraviesa hacia la derecha para alcanzar un gran bloque adosado a la pared
que se pasa por la izquierda, se destrepan unos metros y se alcanza la gran
rampa de canalizos hacia la izquierda por la que van los últimos largos. Aquí
rozan las cuerdas y habrá que elegir bien el lugar para la reunión. A unos diez
metros, ya en la rampa de canalizos hay clavos para montar reunión y subimos en
un cortito décimo largo (IV) para iniciar más cómodamente la escalada.
El undécimo
largo (IV) supera la rampa de canalizos por la derecha del diedro. Podemos
proteger con friends medianos según nos convenga. La adherencia es perfecta y
no deberíamos superar pasos más allá del IV grado pues la dificultad es bastante
similar a ambos lados. Largo para disfrutar que apuramos casi a tope de cuerda
hasta una reunión que se monta en tres clavos.
El duodécimo
largo (IV) es similar al anterior, en grado, equipamiento y adherencia. Otro
largo para disfrutar que apuramos a casi 50 metros hasta otra
reunión con dos clavos.
El último largo
(V) sigue la rampa haciendo unos metros hacia la derecha para alcanzar unos
cordinos. Se pone muy vertical pero con buenos agarres y excelente adherencia
hasta que empieza a tumbar y nos deja a escasos metros del hito de cumbre de la Peña Santa.
Probablemente uno de los mejores largos de las escaladas clásicas de España.
Vistas bestiales de Torrecerredo, Peña Vieja, el Refugio de Vega Huerta, Vega
Baño y Soto. Por la cara norte el bajadón hacia Bulnes… material de sobra para
disfrutar de las vistas un buen rato y sólo después empezar a pensar en la
bajada.
El descenso de la Peña Santa es delicado,
comprometido y muy peligroso si se nos hace de noche por lo que conviene ir
bien informado. Aunque en teoría no hay más que seguir unas marcas de pintura
amarilla, en la práctica están muy borradas y hay que ir muy atentos o se
pierden a la mínima. Desde la cumbre lo más habitual es destrepar hacia el este
siguiendo las marcas de pintura para enseguida bajar hacia el norte y girar
hacia el oeste siguiendo destrepes por placas delicadas por debajo de la arista
oeste y subiendo ligeramente hasta alcanzarla. Encontraremos un par de rápels
hasta llegar a una primera brecha desde la que parece que se puede bajar tanto
al norte como al sur. Pero no es la buena, hay que seguir las marcas de pintura
por unas placas a la izquierda hasta llegar a otra brecha, la Brecha Norte, desde
la que destrepamos hacia el norte hasta ir encontrando los rápels. Hay cuatro
montados con parabolts y argollas, todos de unos 30 metros con pequeños
destrepes de uno a otro.
Al llegar al
final hay que remontar hacia la izquierda por una pesada pedrera que seguro
tendrá algún nevero hasta llegar a la Forcadona desde la que pasamos de valle y por
otra incómoda pedrera vamos descendiendo y girando para rodear la Peña Santa hasta volver
a dar con el valle de Vega Huerta. Para la bajada hay que calcular unas tres
horas.
Sobre las siete
de la tarde, casi once horas después volvemos al Refugio de Vega Huerta donde
nos espera un deseado ataque a toda la comida que nos queda y otra genial noche
en un entorno inigualable. A la mañana siguiente bajamos tranquilamente de
nuevo a Soto de Sajambre en unas tres horas con la sensación de que por aquí
quedan todavía muchas aventuras.
10 de agosto de
2012, Luis González, Oscar Cañizares y Pablo Parrón.
Datos prácticos:
Acceso: A Soto de Sajambre se llega por
la N-621, que
une Riaño y Cangas de Onís pasando por el Puerto del Pontón. Luego hay que
seguir durante 6
kilómetros la pista citada en el texto.
Dificultad: IV+, V+, III+, IV+, IV+,
II-III, III, V+, IV, IV, IV, IV, V.
Longitud: Unos 680 metros. Los largos
tienen una media de 40
metros y la mayoría de las reuniones se montan sobre
puentes de roca o clavos aunque también podemos montar donde nos convenga.
Horarios: Unos 45 minutos desde el
refugio hasta el comienzo de la vía. Unas siete horas de escalada para una
cordada de tres y otras 3 para el descenso y vuelta al refugio. Hay que madrugar
y evitar que se nos haga de noche en el descenso, totalmente indispensable si
no lo conocemos.
Material: equipamiento totalmente
clásico. Sólo encontraremos puentes de roca con cordinos y algunos clavos.
Cuerdas de 60 metros,
algunos friends variados. Los fisureros no van nada mal. Casco.
Más información:
- Desnivel nº 263, junio 2008. Peñasanta,
vías con historia. Cara Sur. Págs. 62 y siguientes.
- Cordillera Cantábrica. Escaladas selectas en roca, de Miguel Angel Adrados. Adrados Ediciones. Págs. 166-169.
- Desnivel nº 76, septiembre 1992.
Cien años de Torre Santa de Castilla. Págs. 62 y siguientes.
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