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GAME (Punta Tonino Re) y GAME (Agujas Gemelas) - Galayos

En plena ola de calor no queda más remedio que alejarse de la capital en busca de algún lugar en el que la temperatura asfixiante no impida conciliar el sueño y podamos disfrutar de los siempre bienvenidos beneficios de un sueño reparador. Parece mentira que a poco más de dos horas de casa podamos encontrar un lugar en el que el saco de dormir sea imprescindible para conciliar el sueño y a primera hora tengamos incluso que vestir manga larga para evitar que el cuerpo tirite con las brisas que envuelven las torres de granito de la serranía de Gredos.

Este lugar no es otro que el irrepetible Galayar, escuela de escalada imprescindible para los que disfrutamos con el cacharreo más que un niño con una piruleta. En Los Galayos, el terreno es idóneo para la escalada de autoprotección, y conviene elegir rutas que no nos pongan al límite sino se quiere sufrir más de la cuenta, aunque también buscar el límite es con frecuencia la razón de ser de este deporte que tanto nos devuelve…

Pues bien, escapando de los calores, y después de haber pasado una noche estupenda a la luz de la luna llena en la plataforma del Nogal del Barranco, punto de partida para adentrarnos en Los Galayos, a las seis y cuarto nos levantamos, desayunamos algunas galletas y batidos, y a las siete estamos subiendo por el “carril” que lleva al Refugio Victory. La subida es dura pero aún no da el sol y se hace llevadera. Al llegar al comienzo de la Apretura encontramos una señal del parque, de instalación reciente, que avisa del peligro de seguir por el camino que siempre hemos utilizado, fundamentalmente por el riesgo de desprendimientos. Tomamos las zetas cuyo trazado es evidente hacia la izquierda, que además hacen la subida más llevadera, y poco antes de las nueve estamos en la plataforma del refugio poniéndonos el arnés y ordenando el material de escalada.

Vista desde el Refugio Victory

En cinco minutos, dejando a la izquierda el Pequeño Galayo, estamos al pie de la Punta Tonino Re, donde queremos escalar la vía GAME. Por su orientación oeste tenemos que ponernos un forrito, ¡que no nos abandonará hasta el descenso! La vía comienza justo en las gradas por las que se sube al pie del Torreón, en una canal chimenea evidente. El primer largo (V) sube por la canal unos quince metros hasta que la dificultad aconseja girar unos metros a la izquierda para retomarla más arriba. Son 40 metros hasta la reunión (dos clavos que conviene reforzar con algún friend).

Comenzando a escalar la via GAME a la Punta Tonino Re
Mientras, las cabras escalan el Pequeño Galayo
En la parte superior del primer largo (V)

La segunda tirada (IV) sube por el terreno más evidente remontando gradas hacia la derecha. Podemos encontrar algún pasito más complicado pero es un largo sencillo y fácil de proteger. A unos treinta metros de cuerda llegamos a una repisa con buenos bloques para montar la reunión pero es mejor seguir por el fácil canalizo que se nos presenta durante unos diez metros hasta el pie de la placa del tercer largo. La reunión se monta con friends a menos que sucumbamos a la tentación de lacear un bloque a nuestra izquierda, poco recomendable porque se mueve ligeramente. En este punto podría enlazarse con los dos últimos largos de la Benavides Serna, de hecho así recordamos haberlo hecho hace unos años, por error, si continuamos rodeando la aguja hacia la derecha, pero supondría perdernos los largos que siguen, absolutamente recomendables.

El tercer largo (V-) es una preciosa placa vertical con fisuras en la que el patio ya va siendo de rigor. Pasa a través de dos pequeños enebros aferrados a la roca y va directo hasta la base de los techos, bien visibles, que sortearemos en el último largo. La reunión no es muy cómoda pero al menos encontraremos tres clavos que facilitan su montaje. Unos 20 metros.

Preciosa la placa del tercer largo (V-).
Por arriba se aprecia a los compañeros saliendo
de la reunión hacia los techos del último largo

El último largo (V) no defraudará a nadie. En los primeros metros nos acompañará la verticalidad extrema propia de las mejores vías de Los Galayos, unida a una dificultad asequible teniendo siempre en cuenta que los quintos de esta escuela no son moco de pavo. Desde la reunión salimos por lo más fácil, hacia la izquierda, para salvar los pocos metros que nos dejan debajo de los techos, que debemos sortear hacia la derecha. El paso más difícil aparece al meternos en los techos pero afortunadamente están clavados, lo que en buena manera facilita el aseguramiento. Tras cuatro clavos llegamos a la salida de los techos que superamos protegiendo con un friend grande. El resto, sin ser difícil (IV) exige precaución pues las posibilidades de proteger son más precarias. Así, cabalgando por el bonito filo que forma la parte final de la aguja, llegamos a la cima de la Punta Tonino Re, y montamos reunión en los parabolts con argollas que también servirán para el rapel de descenso. 40 metros. 

Mirada abajo, recién pasada la zona de techos

El descenso de la Punta Tonino Re es factible destrepando en dirección este hasta la brecha que forma con la Punta Don Servando y luego por la canal del Torreón pero no es nada fácil por lo que es prudente rapelar hacia la canal en un rapel de 60 metros, o partirlo desde un bloque laceado a mitad de camino.

Como el día es muy bueno y uno siempre se queda con ganas, aprovechando que el rapel desde la Punta Tonino Re nos deja al pie de las Puntas Gemelas y que hoy venimos con Rafa Domenech, expresidente y miembro de la Sociedad Peñalara además de gran conocedor de la zona y buen amigo, seguimos los pasos de la cordada que forma con José Luis e iniciamos la escalada de la vía GAME a las Puntas Gemelas, más concretamente a la situada más al este (la de la izquierda si las vemos desde el Refugio Victory). Se trata de una vía corta pero intensa que no puede faltar en la lista del galayero asiduo.

El primer largo (IV) sale de la misma canal del Torreón, por terreno que parece fácil pero exige extremar las precauciones. Se nota enseguida que no es de las rutas más concurridas de la zona y el riesgo de caída de piedras empujadas por el primero o arrastradas por las cuerdas es muy elevado. Subimos en cordada de tres y aún ya avisados por Luis desde la reunión del peligro, resulta inevitable desprender alguna roca. Afortunadamente, cuando oigo a Miriam gritar “¡cuidadoooo!”, me encuentro sólo unos cuatro metros por debajo y mirándome el ombligo… No me da tiempo ni a respirar cuando oigo el chasquido del casco e inmediatamente veo caer por mi izquierda una roca plana del tamaño de un libro de Ken Follet. Ni me he enterado y eso que si llego a mirar me hubiera reventado la cara. Luego no me quité el casco hasta un buen rato después de llegar al refugio… Son unos treinta metros y la reunión se monta con un lazo en buenos bloques.

Por la canal del Torreón llegamos a la base de
las Puntas Gemelas. Luis en el primer largo de la GAME

El segundo largo (V) es tan bonito como el último de la GAME anterior aunque exige navegar bien por la placa y templar los nervios, sobre todo después de haber visto a los compañeros subir mientras rapelábamos de la Punta Tonino Re. A pesar de la temible apariencia el grado es quinto de Galayos, eso sí, bastante mantenido. De la reunión hay que salir hacia la izquierda, ascender unos tres metros hasta llegar a una repisa para los pies que permite hacer una pequeña travesía de pocos metros hacia la derecha hasta unas fisuras que nos harán dudar sobre cuál será la más apta para continuar. Si subimos por la de más a la derecha unos metros veremos un clavo que nos sacará de dudas. Seguimos recto hacia unos techos que cortan el paso. Unos siete u ocho metros antes de llegar a ellos hay que ir buscando el mejor camino hacia la izquierda hasta encontrar el mejor paso para superarlos. Por encima, volvemos a navegar con tendencia a la derecha hasta situarnos junto a dos fisuras justo a la derecha de la cima. Las dos fisuras están suficientemente juntas para subir entre ambas aprovechando los mejores agarres de cada una hasta el fin de las dificultades. La reunión se monta en un bloque con un lazo grande. Unos 40 metros.

El compañero Rafa en el segundo largo de la GAME. Vista soberbia desde la Punta Tonino Re.

El descenso es delicado. Desde la reunión hay que ir hacia el este (izquierda en el sentido de subida), destrepando tres metros (parece muy difícil pero hay buenos apoyos para los pies). Luego ya es sencillo, seguimos hacia el este unos pasos y veremos las argollas del rapel. Con las cuerdas de sesenta metros llegamos al suelo de sobra pero hay que colocarlas muy bien para que no den problemas al recuperarlas. Sólo queda destrepar por la canal del Torreón, con varios pasos delicados, hasta las gradas finales que nos dejan al pie de la Punta Tonino Re y a cinco minutos del refugio.

 Ojo con el rapel, puede dar problemas con las cuerdas

 Actividad realizada por Miriam López, Luis Martínez y Pablo Parrón el 4 de julio de 2015.

Datos prácticos: 

Acceso: desde Madrid tomamos la A5, carretera de Extremadura, hasta el kilómetro 91, donde cogemos el desvío hacia Arenas de San Pedro. En Arenas de San Pedro una señal indica hacia Guisando y El Hornillo. Tenemos que ir a Guisando, unos tres kilómetros, y desde aquí hasta la plataforma del Nogal del Barranco (otros tres o cuatro kilómetros), donde dejamos el coche. En total, casi 180 kilómetros que se hacen en unas dos horas o dos horas y media.

Desde la plataforma del Nogal del Barranco (1.240 m.) parte un camino empedrado (“El Carril”) por el que en aproximadamente dos horas llegamos al Refugio Victory.

Dificultad:

-          GAME a la Punta Tonino Re: V, IV, V-, V.
-          GAME a las Puntas Gemelas: IV, V.

Longitud: unos 150 metros y unos 70 metros respectivamente.

Horarios: La GAME se hace en un par de horas y la GAME a las Gemelas en una hora. Si contamos la aproximación desde el coche y la vuelta en el día, con algún descanso calcular entre 7 y 10 horas.

Material: un juego de friends y fisureros. Cordinos para lacear rocas y montar reuniones. Casco, siempre indispensable, en Galayos no llevarlo es una temeridad imperdonable. Incluso en verano es aconsejable llevar algo de abrigo.

Bibliografía:

- De la GAME a las Puntas Gemelas no hemos encontrado reseñas destacables.

ESPOLÓN GABRIEL MARTÍN – PUNTA AMPARO y EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS – PUNTA SOLEDAD - VILLAREJO

A pesar de la anunciada ola de calor que barre la península estos días, ­una vez más optamos por madrugar y probar suerte, eso sí, con cabeza. Elegimos una vía con aproximación corta, altura razonable para soportar los cuarenta grados de temperatura que da la previsión, y longitud adecuada para que la duración de la escalada no sea excesiva.

El Espolón Gabriel Martín a la Punta Amparo en Villarejo reúne todos los requisitos y a las siete salimos de Madrid. A pesar de su orientación sureste encontramos la pared aún a la sombra a las diez y media de la mañana, y finalmente, a pesar de hacer mucho calor, la temperatura es tan soportable que incluso una vez terminada la escalada nos metemos en otra ruta cortita, El príncipe de las tinieblas, en la Punta Soledad.


Desde la curva cerrada en la que dejamos el coche, sale un caminito con hitos que en treinta minutos nos deja a pie de vía, además de no haber casi desnivel en la aproximación, lo que se agradece cuando el calor llega incluso a derretir la brea de la carretera. Justo en el punto en el que el camino comienza a bajar, ya enfrente de las paredes, hay que continuar por los hitos que marcan, hacia la derecha, el conocido como “cruce del zaguán”, en el que habrá que usar las manos, que da paso a la Canal de los Morenos y en tres minutos nos sitúa al pie de las Puntas Amparo (a la izquierda) y Soledad (a la derecha).

El Espolón Gabriel Martín fue abierto en el invierno de 1993 por Miguel Castilla y Gabriel Martín. Se trata de una escalada muy agradecida, sencilla y fácilmente protegible con friends y fisureros, en definitiva, escalada placer en la que la única pena es que no tenga más que cien metros de longitud…


Adam empieza el primer largo (IV+) por el centro del espolón. Se trata de terreno sencillo, fácil de proteger y que admite las variantes que queramos en función de lo que nos apetezca complicarnos, pero que en ningún caso tiene porqué superar el cuarto grado. Nos salen unos cincuenta metros hasta la reunión, que encontramos montada con dos cáncamos y un vetusto clavo con argolla entre ambos que si queremos también podemos utilizar.



Primer largo, bonito y fácil

El segundo largo (V) es cosa de Luis. La dificultad se encuentra concentrada en la fisura que hay que superar nada más salir de la reunión. Se protege sin problemas y es un quinto fácil, que da paso a terreno similar al del largo precedente. Superadas un par de terrazas, unos treinta metros, encontramos la reunión con dos buenos cáncamos.

En el segundo largo, el V está nada más salir de la reunión (arriba),
y una vez superado (abajo)
 

 El V del segundo largo, visto desde arriba

El tercer largo (V+) es cortito, unos quince metros, y concentra la dificultad nada más salir de la reunión. Buscando los agarres vuelve a ser un quinto fácil, y además perfectamente protegido con dos parabolts relucientes. Unos metros más arriba encontramos otro parabolt y poco después la última reunión, nuevamente montada con dos cáncamos.

Llegando a la cima de la Punta Amparo

El descenso es evidente destrepando unos metrillos hasta un caminito con hitos hacia la derecha que pasa por detrás de la Punta Soledad y llega a la Canal de los Morenos, por la que ya podemos bajar sin problemas y llegar a las mochilas en diez minutos.

Como el calor no es tan fiero como parecía y corre una brisa agradable, además de que venir desde los madriles al precio que está el gasoil sólo para los tres largos que hemos hecho se nos antoja un poco cutre nos ponemos con otra vía corta en la Punta Soledad, El príncipe de las tinieblas, abierta en la primavera de 1993 por Gabriel Martín, Carlos Cuesta, Javier Casavilla y José Carlos Ramírez.


El primer largo (IV+) sigue con la tónica de las vías de la vecina Punta Amparo, permitiendo escoger el itinerario en función de lo que queramos complicarnos, con muy buenas posibilidades para proteger y ambiente de montaña sin excesiva dificultad; vamos, clásico de lo más. El largo empieza a la izquierda de las chorreras negras con musgo que descienden por el centro de la pared. Son unos cuarenta metros hasta el pie del diedro situado en la parte izquierda de la pared final, que desde abajo se presenta desplomada y bastante más tremenda de lo que finalmente resulta ser. Reunión en dos cáncamos.

Abajo, la Canal de los Morenos, por la que luego se desciende

El segundo largo (V) empieza con unos pasos en placa fácil hasta el diedro, que sube hacia la izquierda y resulta ser muy agradecido, fácil de proteger y estético. Puro disfrute con sorpresa agradable pues, acabado el diedro, aparecen unos bloques y chimeneas no visibles desde la reunión que sin ser difíciles constituyen la parte más bonita de la vía. Ambiente alpino garantizado. Al final encontramos la reunión con dos cáncamos, como es habitual en esta escuela de escalada.

Saliendo de reunión
Los últimos metros de la via, muy galayeros

27 de junio de 2015, Luis Martínez, Adam Tipluica y Pablo Parrón.

Datos prácticos:

Acceso: se puede ir por Avila, por la Carretera de los Pantanos o por la Carretera de Extremadura. En cualquier caso hay que ir hacia Arenas de San Pedro, Monbeltrán y San Esteban del Valle. Subir hacia el Puerto de Serranillos y casi al final, en una curva pronunciada a la derecha dejamos el coche. Hay un cartel que anuncia la entrada al Parque Natural. El cómodo camino asciende al principio y luego va casi recto y en ligero descenso hasta la Torre de Villarejo, en 30 minutos.

Dificultad: la dificultad de ambas vías ronda el cuarto grado con pasos puntuales de V, en todo caso sencillos y fácilmente protegibles.

Longitud: 100 metros aproximadamente para el Espolón Gabriel Martín y unos 70 metros para El príncipe de las tinieblas.

Horarios: la aproximación desde la carretera se hace en media hora y lo mismo para la vuelta. Son vías cortas que se pueden hacer bastante rápido.

Material: Un juego de friends y fisureros. Alguna cinta expres larga. Cuerdas de 60 metros. Casco.

Bibliografía:

- Escaladas en el sureste de la Sierra de Gredos. Riscos de Villarejo,Galayos y Torozo, de Gabriel Martín. Desnivel Ediciones, págs. 133-135. La primera edición de esta guía es del año 1994. Gabriel Martín y Chema Mancebo han publicado recientemente una nueva guía que está muy trabajada y es el referente indispensable para escalar en Villarejo.

MARI CARMEN – PEÑA SIRIO – LA PEDRIZA

Después de haber pasado un invierno muy duro en el Refugio Enol, en los Picos de Europa, el cuerpo no está acostumbrado a los rigores veraniegos, menos aún cuando estos alcanzan el cuerpo sin transición entre los dos edredones y la manta imprescindibles para dormir confortablemente en el búnquer de nieve y hielo del refugio, y los 25 grados de media que soportamos en Madrid desde finales de abril.

Con estos calores, escalar una vía de largos en La Pedriza puede convertirse en una pequeña proeza de resultado incierto, aunque a Adam no le cuesta convencerme bajo la promesa de tratarse de una cara norte en la que el sol brilla por su ausencia, lo que unido al deseo de volver a trepar “en casa”, después de un año de ausencia, me anima a echarme otra vez la cuerda a la chepa y… ¡tó pa adelante!

La vía Mari Carmen es una clásica poco frecuentada, probablemente debido a su orientación norte, lo que asegura escalar acompañados por el musgo, poco acorde con la mentalidad imperante del escalador deportivo, a la empinada aproximación y al desconocimiento del reequipamiento que hace algunos años mejoró notablemente los tramos de artificial.




Tras un abandono a pie de vía hace poco más de una semana, al encontrar la pared totalmente empapada, el domingo 21 de junio de 2015 volvemos a dejar el coche en Cantocochino y comenzamos la aproximación siguiendo la autopista de La Pedriza en dirección al Refugio Giner, para abandonarla hacia la derecha a la altura de la Charca Kindelán, cruzando el Arroyo de la Majadilla y remontando el empinado caminito, difícil de seguir en algún tramo, que pasando por el Risco del Euro nos lleva a la cara norte de Peña Sirio. Nos llevará una hora desde el aparcamiento, con buena cuesta gran parte del camino.

Una gran laja en la zona derecha de la cara norte, que cuando se golpea llega incluso a vibrar, facilita localizar el comienzo de la vía. Unos veinte metros más arriba son visibles los parabolts de otra ruta, La cepillade de mon ami (7a+).

Después de ponernos el arnés Adam comienza el primer largo (V, A1) escalando la laja hasta un clavo con cordino, a unos cinco metros del suelo, que chapa para realizar una travesía hacia la derecha no excesivamente difícil (IV) pero con musgo que exige prestar atención al lugar donde colocamos los pies. Se llega a un resalte difícil protegido con un primer parabolt que puede acerarse (antiguamente se daba con un paso de hombros). Por encima, unos metros en los que puede asegurarse con algún friend mediano hasta llegar a la ya visible línea de parabolts del primer tramo de artificial (A1), que se hace sin mayor complicación, los últimos metros en libre (V) hasta la primera reunión, montada con tres clavos en una fisura justo encima de la cabeza que sirve de vivienda a los murciélagos. Es aconsejable reforzar con algún friend. Treinta metros justos.

En la laja que identifica el comienzo de la escalada

Con los estribos, en el primer largo (V, A1)

El segundo largo (V+) nos depara un paisaje de escalada poco habitual. Se trata de un diedro que permite buena protección con friends grandes dominado por un techo que permite apoyar la espalda y encontrar presas perfectas para las manos, y una placa con buenos apoyos para los pies aunque traicionera; resbala más de lo normal sin estar “lavada” por el paso de escaladores ya que es el cauce habitual de las chorreras en esta cara norte. Son unos quince metros hasta un bloque en el que encontramos dos lazos con maillón para hacer la reunión. Es imprescindible revisar bien el estado de los lazos y cambiarlos si es preciso. Quince metros de largo.

Desde la reunión, el curioso largo que sigue
Apretando, entre suelo y techo

El tercer largo (III) no puede siquiera adivinarse desde el suelo ni marcarse adecuadamente en las reseñas. Es algo tortuoso y exige dejar las cuerdas muy bien colocadas para que no se enganchen y evitar problemas al recuperar al segundo. Nada más salir de la reunión hay que girar a la derecha y se presenta a la vista un pasillo fácil (I) en el que la única dificultad viene marcada por la estrechez de las paredes. Es importante no llevar nada a la espalda y estar dispuesto a pegarse una buena arrastrada y encoger la barriga para no quedar empotrados… Al final del pasillo unos bloques fáciles (III) nos sacan del entuerto y podemos volver a ensanchar los hombros. No es mala idea montar reunión en este punto para evitar problemas con las cuerdas. Seguimos a la izquierda por una sencilla y tumbada placa (II) en la que hay que andar con ojo por el musgo, en dirección a una pequeña encina en la que montamos reunión. La única dificultad está al final (IV), al remontar el murito que nos separa de la encina (más fácil cuanta más altura cojamos por la placa). Unos veinticinco metros.
 
Arriba y abajo, la claustrofóbica
chimenea del tercer largo y saliendo de la misma
 


El cuarto y último largo (A1, 6a+) es realmente bonito y en caso de ir justos con el grado puede hacerse con estribos hasta el final de la parte dura. Prácticamente desde la misma reunión se alcanza un cordino pasado por un puente de roca desde el que es fácil alcanzar el primer parabolt del tramo de artificial (A1). El desplome de los primeros metros da paso a una fisura genial (6a+) que hay que proteger con friends grandes. Para que queden bien es necesaria cierta delicadeza, vamos que ¡no es de esas fisuras en las que tiras el friend y queda a cañón! Entre el siempre difícil cambio de escalada artificial a libre, el granito arenoso de la fisura y que ésta es ligeramente ciega, no hay que dudar en seguir con los estribos los siete u ocho metros que restan hasta que la verticalidad disminuye (IV, III). Aunque podría montarse reunión con friends, es preferible seguir hasta el fin de las dificultades donde encontraremos otra pequeña encina para montar la última reunión. Treinta metros aproximadamente.

El desplome con el que comienza el artificial del último largo
La fisura que sigue al artificial, que también
puede hacerse tirando de friends (arriba y abajo)


Dado que la vía no llega hasta el punto más alto de Peña Sirio no hay que hacer el rapel volado característico del risco. Para el descenso seguir en dirección este intuyendo el mejor camino hasta alcanzar el suelo y tomar el camino que hacia la izquierda nos lleva nuevamente al pie de vía. La zona es realmente alucinante, un auténtico laberinto pedricero de extrema belleza que nos recuerda la necesidad de proteger un paraje único. En todo caso, el destrepe, aunque perfectamente posible, es delicado y es fácil que demos con alguna instalación de rapel usada anteriormente por alguna otra “cabra” de las que pasamos por aquí



21 de junio de 2015, Adam Tipluica y Pablo Parrón.


Datos prácticos:

Acceso: desde Madrid lo mejor es salir por el norte para tomar la carretera de Colmenar Viejo y seguir las indicaciones hasta Manzanares el Real. Según salimos del pueblo veremos el cartel que indica la entrada a la Pedriza. Para llegar al parking de Cantocochino en fines de semana la barrera suele estar abierta hasta las nueve de la mañana. Hay que recordar que el número de coches está limitado y una vez superado el cupo sólo se puede entrar cuando salga alguno. Desde hace un par de años en verano y fines de semana un autobús gratuito hace el recorrido.

Dificultad: V/A1, V+, III, A1/IV+ (o A1 y 6a+). Se trata de una clásica que exige cierta experiencia pues hay que montar todas las reuniones, salvo la primera que conviene reforzar, y manejarse bien con las cuerdas. Los tramos de artificial están reequipados con parabolts.

Longitud: 100 metros aprox.

Horarios: una hora de aproximación, 2/3 horas para la vía y unos quince minutos para el descenso hasta el pie de vía. El horario para la vía es muy variable, en función de la habilidad con el artificial y para elegir bien las reuniones y evitar problemas con las cuerdas.

Material: Un juego de friends. Son imprescindibles los friends grandes, incluso alguno repetido. Doce cintas exprés, recomendable que en el juego vayan varias largas. Estribos. Casco.


Bibliografía:



- Escaladas en La Pedriza, de Darío Rodríguez y José Ignacio Luján. Ediciones Desnivel, junio 1992, págs. 94-95. Es una de las guías antiguas de La Pedriza, en la actualidad muy difícil de encontrar. En la más moderna guía de Barrabés de José Ignacio Luján y David A. Zapata, no se reseña ninguna vía en la cara norte de Peña Sirio.
- El mejor croquis en www.viaclasica.com.
 


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