La vista de la
cara oeste del Torreón que podemos
contemplar desde el Refugio Victory
es indiscutiblemente de las más hermosas que presenta el galayar. Parece
mentira que la escalada por esta vertiente no sólo sea posible sino que además
sea realizable por escaladores de nivel medio, pues alguna de sus vías ofrece
grados asequibles a una gran mayoría. Esto sobre el papel, porque la sola
visión de escaladores en el muro vertical del Torreón pone de manifiesto que hace falta algo más que grado para
afrontar el ascenso con garantías suficientes de éxito. Valor y cierto bagaje
en escaladas de autoprotección son indispensables para disfrutar de una
escalada que no nos dejará indiferentes por muy habituados que estemos a esta
clase de fregaos.
La vía Underground, que supera el zócalo
inferior del Torreón fue abierta en
1970 por Carlos Valladolid con varios
compañeros. Aunque la combinación con el Diedro
Malagón es una de las mejores actividades que podemos hacer en los Galayos, la ruta por sí misma no
desmerece en absoluto, ni en dificultad ni en ambiente. La Malagón fue abierta 20 años antes, en 1950, por Bonifacio y Lorenzo Malagón, Antonio Romero y Frutos Sainz, por error, pues realmente se disponían a repetir la Sur Clásica abierta unos años antes. El
hecho de que durante mucho tiempo se pusiera en entredicho su ascensión pone de
manifiesto el compromiso de la ruta, que más de medio siglo después se
mantiene, si bien los medios actuales facilitan muchísimo su repetición.
Desde el Refugio Victory tardamos cinco minutos
en llegar al pié de vía, que tenemos justo enfrente. Aunque el primer largo (III+) admite alguna
variante lo más habitual es comenzar a escalar justo a la derecha de un gran
bloque partido en dos en diagonal, de color más claro que el resto de las
rocas, situado unos metros a la izquierda de la vertical del Diedro Malagón. El
terreno es fácil aunque hay que tener cuidado con las rocas sueltas y debe
seguirse con tendencia a la derecha hasta situarse en una buena repisa casi en
el comienzo de la evidente fisura que parte por su mitad en dos el zócalo del Torreón. En la repisa tendremos que
montar la reunión.
En dirección al comienzo de la fisura, con tendencia a la derecha |
El primer largo visto desde el comienzo de la fisura de la Underground |
El segundo largo (V) se encamina sin
pérdida hacia la fisura que casi al comienzo tiene un resalte notable en el que
se puede proteger bien. Por encima quedan unos diez metros en los que la
dificultad disminuye según se llega a una reunión con dos clavos.
El primer resalte de la fisura Underground, asequible |
Por encima del primer resalte y antes del segundo. Puede montarse reunión en dos clavos. |
El tercer largo (V+) tiene algún clavo
para asegurar hasta que llegamos a la parte final de la fisura, en la que otro
desplome notable, más difícil que el anterior, da paso a la corta trepada –cuarto largo (III)– que termina en la Plataforma de las Flores, a los pies del
Diedro Malagón. El largo se protege
perfectamente y es importante hacerlo bien en el desplome, fuertecillo aunque
con buenos agarres en todo momento. Tanto si paramos al final de la fisura como
si continuamos hasta la base del diedro tendremos que montar la reunión. A la Plataforma de las Flores también puede
llegarse trepando por la canal normal de acceso al Torreón, pero perderse la Underground
no tiene nombre…
Por encima del segundo resalte, desplomado y atlético |
Terreno fácil para llegar a la Plataforma de las Flores |
La vista del
diedro es sencillamente alucinante, pero ya se aprecia bastante más asequible
que desde el Refugio Victory, así que
¡a por el! El quinto largo (V)
supera una placa difícil de proteger en sus primeros metros en la que
progresamos con tendencia a la derecha, hacia la reunión con clavos situada en
la base del diedro. Es algo expuesto pero de dificultad asequible.
Placa expuesta antes de llegar a la base del Diedro Malagón |
Lo siguiente, !el diedro¡ |
El sexto largo (6a o V+/A0) es el tramo
estrella de la vía, no tanto por la dificultad pues aquí todo tiene su puntito,
como por lo estético del mismo. No da tregua desde el principio hasta el final
con muchos metros de quinto mantenido. Al llegar al primer techito hay que dar
un paso a la izquierda nada fácil pero bien asegurado con un clavo con argolla
que veremos en cuanto estiremos un poco el cuello. Lo mejor es utilizar la
fisura horizontal del techito en agarre invertido para salir a la fisura de la
izquierda (6a) donde enseguida podemos volver a proteger bien. Este tramo es
rarillo y mi compi, que lleva gatos nuevos, tiene un resbalón sin consecuencias
que deja el último friend colocado tan duro que casi me desollo la mano para
sacarlo. También puede darse un paso de fe a la izquierda en adherencia para
superar el paso, aunque la fe tiene que ser de verdad de la buena… a pesar de
que el clavo nos protege perfectamente. Largo de antología, difícil de olvidar.
Llegamos a la reunión.
Largo muy mantenido |
Llegando al techito que se supera por la izquierda |
En el paso más apurado de la vía, siempre con buen canto |
A vista de pájaro, nos toman esta imagen los compañeros que escalan en el Pequeño Galayo |
A la izquierda del techito cuya fisura horizontal usamos para agarrarnos, y unos palmos por debajo, el clavo salvador |
Vista hacia abajo, con los compañeros que nos siguen en la Plataforma de las Flores |
Tramo desde el paso clave hasta la reunión en medio del diedro |
El diedro desde la Plataforma de las Flores. Los compañeros en el último largo |
El último largo (V) es más difícil de lo que parece desde la reunión. Empieza con pasos de IV+ hasta llegar a una chimenea en la que lo peor que podemos hacer es emperrarnos en colarnos, aunque en la práctica el cuerpo tire como un imán hacia ella. Conviene meter algún buen cacharro porque en lo que queda ya poco podremos colocar. Una fisura grandecita en la pared de la derecha es perfecta para asegurar con friends medianos-grandes. Si se conoce el largo o se ha visto hacer antes la cosa cambia sin dejar de ser delicadito. Lo ideal es usar la chimenea sólo como apoyo y progresar por las regletas para pies y manos que iremos encontrando en el muro de la derecha, a distancia regular y bien dispuestas, disfrutando del vacío y saboreando la espléndida y aérea cumbre del Torreón, ya al alcance de la mano. Según se abre el cielo sobre nosotros veremos a la derecha la reunión con argollas del último largo de la Sur Clásica pero para nosotros es mejor remontar el lomito de la cima, casi a caballo, para llegar bien colocados a las cadenas del rápel por la cara norte.
La fisura del diedro se va abriendo hasta convertirse en arrastrada chimenea |
Por la placa de la derecha mejor que metiéndose en la chimenea |
Como siempre,
las vistas desde la cumbre quitan el hipo y es que el galayar es montaña seria
y abrupta donde las haya, pero más alucinante es ver desde los riscos cercanos
a los escaladores en la cumbre del Torreón,
como hemos podido comprobar en otros días de trepada memorables.
Recuperando al compañero en los últimos metros de la vía |
A caballo, en la afilada cumbre del Torreón
El descenso más habitual desde la cima del
Torreón se hace rapelando por la cara
norte. Con cuerdas de 60 metros se puede bajar en una sola tirada. Si las
cuerdas son más cortas habrá que doblar el rápel en una reunión intermedia equipada
con argollas. Desde el suelo hay que bajar por la canal que separa el Torreón de la Punta Tonino Ré, donde encontraremos algún paso delicado, y salvar
el tramo final con una travesía hacia la derecha por gradas fáciles (algún
hito).
Actividad
realizada por Luis González y Pablo Parrón, y Cristina Cuesta, Angel Santamaría
y Juanjo Hidalgo, el 12 de septiembre de 2015, con ocasión de la reunión que
organizan Rafael Domenech y Angel Santamaría “El Niño” para amigos de la
Sociedad Española de Alpinismo Peñalara. Nos reunimos más de una veintena de
escaladores y andarines para culminar a la vez un buen puñado de las cumbres de
los Galayos, desde La Mira hasta la Punta María Luisa.
Datos prácticos:
Acceso: desde
Madrid tomamos la A5, carretera
de Extremadura, hasta el kilómetro 91, donde cogemos el desvío hacia Arenas de San Pedro. En Arenas de San Pedro una señal indica
hacia Guisando y El Hornillo. Tenemos que ir a Guisando,
unos tres kilómetros, y desde aquí hasta la plataforma
del Nogal del Barranco (otros tres o cuatro kilómetros), donde dejamos el
coche. En total, casi 160 kilómetros que se hacen en unas dos horas o dos horas
y media.
Desde la plataforma
del Nogal del Barranco (1.240 m.) parte un camino empedrado (“El Carril”) por el que en aproximadamente
dos horas llegamos al Refugio Victory.
Dificultad: III+, V, V+, III, V, 6a
(V+/A0), V. Vía muy mantenida y atlética. El tercer largo supera un desplome
nada desdeñable y ya te deja calentito para el Diedro Malagón. El quinto largo, que lleva de la Plataforma de las Flores al comienzo del
diedro es difícil de proteger. El sexto largo, el central del diedro, es
atlético y no da tregua hasta la reunión. El último largo es expuesto en los
últimos diez metros y puede acabar de extenuarte si tratas de meterte por la
chimenea (¡y pensar que yo fui de cabeza…!). Si te manejas en el quinto grado
en clásica ni te lo pienses, una vía para quedarse bien contento.
Longitud: unos 160 metros. Los largos
de la Underground tienen de media
unos treinta metros, algo más corto el último, la trepada hasta la Plataforma de las Flores. Los de la Malagón son tres largos de 20 metros
cada uno. Con cuerdas de 60 metros puede hacerse toda la escalada en tres
largos, cuidando el rozamiento de las cuerdas.
Horarios: Entre dos y cuatro horas.
Material: un juego de friends y
fisureros. Cordinos para lacear rocas y montar reuniones. Casco, siempre
indispensable, en Galayos no llevarlo es una temeridad imperdonable. Incluso en
verano es aconsejable llevar algo de abrigo.
Más información:
- Escaladas en el sureste de laSierra de Gredos. Riscos de Villarejo, Galayos y Torozo, de Gabriel Martín. Ediciones
Desnivel, 1994. Págs. 36, 38 y 39.
- 100 clásicas de España, deAlfredo Merino y José Luis Rubayo. Ediciones Desnivel, 2010. Pags. 306-309.
- Las 100 mejores escaladas de lazona centro, de Pablo Aguado y David Gómez. Barrabés Editorial, junio 2002.
Pags. 220-222.
- Escaladas en el Sistema Central, de Tino Núñez. Ediciones Desnivel,
julio 2008. Págs. 220-221. Sólo reseña el Diedro Malagón.
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