Desde
hacía más de un mes teníamos reservadas cuatro plazas la noche del 12 de
octubre de 2007 en el Refugio de Respumoso (o Respomuso, al gusto), con idea de
ascender el tres mil más occidental de la cadena pirenaica, el Balaitús (3.144
m.). Pese a tratarse de una ruta normal de ascensión a la montaña, la subida
por la Brecha Latour no es apta para todos los públicos.
Para acceder al Refugio de Respumoso llegamos con el coche hasta el Embalse de La Sarra (1.425 m.), a escasa distancia de Sallent de Gállego. Al final del embalse hay una central hidroeléctrica que dejamos a la derecha hasta el final del asfalto. Un bar y zona muy agradable para iniciar numerosas excursiones.
El camino nos lleva directos al Refugio de Respumoso (2h. 30’), a 2.208 m. Hemos subido hasta aquí, Jose Porro, Miriam Díez, y David y Pablo Parrón. El camino desde La Sarra transcurre primero por un hayedo que en octubre estaba precioso, y luego va ascendiendo suavemente hasta la presa de Respumoso. En todo momento es muy entrenido por las estupendas vistas que brinda a cada paso. Al comienzo de la presa vemos una ermita y seguimos el camino, que se empina unos metros para superar el barranco de Respumoso y llegar al refugio. Siguiendo el camino unos 15 minutos se encuentra el antiguo refugio, que no debe estar en muy buenas condiciones.
El camino al refugio es por sí misma una buena actividad pirenaica |
Llegando al refugio, visible al fondo |
El refugio ofrece todos los servicios con una calidad excelente en todos los sentidos. Está perfectamente gestionado. Cuenta con baños con duchas y agua caliente, algunos en las propias habitaciones. Nosotros estuvimos en una con literas para ocho personas y baño, de la que nos costó un buen sacrificio salir a las 7,30 h. del día siguiente para pegarnos una de esas palizas que ya conocemos por otras excursiones. Conviene reservar.
Salimos
de Respumoso sobre las ocho de la mañana, cuando ya está amaneciendo y no hace
falta utilizar el frontal y afrontamos la subida hacia el norte, marcada en una
señal, que nos indica que estamos a 3h. 40’ de la cima del Balaitús. El
desnivel desde el refugio es de 936 m. y la dificultad alta, según la guía que
acompaña al mapa de la Editorial Alpina de Panticosa-Formigal. Aunque la
dificultad no es mucha, la subida de la Brecha Latour es muy alpina, vertical,
con buen patio y exige varios rápeles para descender. A principios de octubre
ya ha nevado en Pirineos y encontramos una subida en mixto por el corredor
(PD+, II+). El Balaitús no es difícil pero es de entre todos los picos de más
de 3000 metros de Los Pirineos el menos fácil de ascender.
En
unos 50 minutos llegamos a una pequeña pradera en la que hay montadas un par de
tiendas. No parece que haya sitio para muchas más y el terreno es bastante
accidentado pero puede ser una solución si no hay plaza en el refugio o apetece
probar el saco nuevo, o simplemente disfrutar de un vivac en alta montaña. Aquí
se gira hacia la izquierda y la vista empieza ya a ser impresionante. Con la
arista Bondidier a nuestra izquierda y el Ibón de Esclusera a nuestra derecha,
seguimos el camino a media ladera por hitos entre grandes pedreras. Ya empieza
a haber bastante nieve y el hielo complica el paso pero el día deja claro desde
el principio que va a darnos un baño de sol, el primero que tenemos así a esta
altura desde hace al menos un par de años.
La arista Bondidier, en el camino al Balaitús |
En
unas tres horas desde el refugio estamos al pie de la Brecha Latour. Desde
luego no somos los primeros y ya vemos a dos personas en una zona rocosa a
bastante altura, que desde aquí parece imposible. Varias más están subiendo el
corredor. Descansamos un poco y aprovechamos para ponernos el arnés, los
crampones y sacar el piolet.
La
brecha no tiene mucha inclinación pero presenta dos resaltes de roca. El
primero (II+) se sube sin mucho problema, pero una vez arriba no invita a
destreparlo para nada. El siguiente es más fácil (II) y enseguida vemos a
nuestra derecha las estacas de metal por las que continúa la subida. No cogemos
las estacas hasta que el corredor nos aleja definitivamente de ellas.
Normalmente se cogerán antes o después según las condiciones de la nieve. Las
dos primeras son bastante verticales. Luego la inclinación se modera y se
acaban las estacas. Se sigue trepando por terreno descompuesto con más roca que
nieve hasta la arista, desde donde ya se puede ver a lo lejos la cima del
Balaitús. Conviene ir fijándose en las instalaciones de rápel que vamos viendo
porque a la bajada costará más localizarlas. La nueva vertiente de la montaña
que vemos ahora da a los embalses de Arriel. Todavía nos quedan unos 40 minutos
hasta la cima. Ya vamos cansadillos y aunque es fácil hay que tener precaución
porque un resbalón aquí podría tener malas consecuencias.
La brecha se abandona al llegar a las estacas |
Trepando por terreno descompuesto hasta la arista |
Lo que queda hasta la cima, ya andando hasta lo más alto |
Desde
la cima del Balaitús (3.144 m.) las vistas son estupendas. La Arista de Costerillou,
la Cresta del Diablo, la Arista de Frondellas, y más lejos visión perfecta del
Midi d’Ossau, el macizo del Vignemale, la Norte del Taillon, Peña Telera (mejor
subirse el mapa y la brújula porque sino seguro que te pierdes). Hemos tardado
cinco horas desde el refugio pero el día es tan bueno que nos lo tomamos con
calma, unas barritas por aquí, unos frutos secos por allá, unas cuantas fotos y
media hora más tarde toca bajar.
Al llegar a la Brecha Latour toca pedir la vez para bajar por los rápeles. Aunque los dos primeros se pueden destrepar, el terreno está muy descompuesto y no parece aconsejable. Realmente también podrían destreparse los dos últimos pero las condiciones de la nieve y nuestro cansancio acumulado no hacen ni siquiera que nos lo planteemos (y creo que aunque hubiéramos estados fuertes como un toro y con las mejores condiciones posibles tampoco nos hubiera dado por destrepar). Tenemos un grupo de cuatro personas por delante y otro de cinco por detrás y al final tardamos como hora y media en bajar. Según el material haremos más o menos rápeles pero en general es necesario poder hacer rápeles de al menos 20 metros. Nosotros vimos cinco instalaciones de rápel y bajamos en cuatro tiradas con una cuerda de 60 metros.
Volvemos
por el mismo trayecto de subida hacia el Refugio de Respumoso en unas dos horas
con lo que en total hemos tardado unas nueve horas.
Ya
sólo queda recoger las taquillas del refugio, devolver la llave y bajar hasta
el Embalse de La Sarra, donde nos espera el coche, un breve viajecito hasta el
Camping Escarra, en Escarrilla, y una agradable noche en la tienda que nos
permite recuperar fuerzas para visitar al día siguiente el pueblo de Lanuza,
llenar la panza en Sallent de Gállego y volver a Madrid con las pilas puestas para
poder sobrellevar lo mejor posible la agitada vida laboral en la ciudad, hasta
el siguiente fin de semana, como mucho.
Datos prácticos:
Aproximación:
al Refugio de Respumoso se llega desde el Embalse de La Sarra. Al embalse se
llega por una carretera estrecha que sale de Sallent de Gállego. En invierno
conviene informarse previamente del riesgo de aludes.
Horarios:
desde el Embalse de La Sarra al Refugio de Respuso, 2h. 30’. Del refugio a la
cima entre cuatro y cinco horas.
Desnivel:
desde el Embalse de La Sarra al Refugio de Respumoso, unos 750 m. Del refugio a
la cima, 936 m.
Dificultad:
depende mucho de las condiciones. En invierno puede ser más fácil porque se
trata de una canal de 50o máximo, aunque será más complicado
localizar los rápeles a la bajada. Sin nieve es una trepada en roca (II+). En
todo caso la zona de las estacas siempre será muy vertical y con un buen patio.
Nosotros lo hicimos con las primeras nevadas de la temporada y la dificultad
nos pareció PD+, II+.
Material:
arnés, cuerda que permita hacer rápeles de al menos 20 metros y, por supuesto,
casco. Al subir normalmente no es necesario encordarse. Dicen que se puede
destrepar pero es muy aconsejable llevar la cuerda.
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