El Pico de la Miel ha pasado, como tantas otras paredes de
nuestra geografía, por épocas de máximo esplendor, en lo que al interés de la
comunidad escaladora se refiere, y por otras de menor entusiasmo, como parece
ser la actual, en la que ya no está incluida en el top ten de las “paredes de
moda”. No por ello desmerece su granito, más al contrario adquiere mayor
atractivo para el escalador que busca los rincones más selectos para desarrollar
su danza vertical ajeno a factores propios del adoctrinamiento mercantil al que
el “desarrollo moderno” pretende circunscribirle. La combinación que hoy
proponemos es claro manifiesto del embrollo conceptual que precede… Dicho de
otro modo, el Pico de la Miel sigue siendo exponente ejemplar de lo más granado
de la escalada en granito a nivel peninsular y la línea que a continuación
reseñamos obra maestra de transición entre la época clásica y la concepción
moderna de la escalada que aun impera en la actualidad, candidata indiscutible
a cualquier recopilación de las mejores escaladas de España.
En el centro del Pico de la Miel, en el paño que delimita el
Espolón Manolín y la vía Piloto (idóneas ambas para la primera toma de contacto
en esta escuela), tres líneas paralelas de cierto compromiso y dificultad no ya
al alcance de cualquier escalador, permiten varias combinaciones a cada cual
más apetitosa. Nos referimos, de izquierda a derecha, a la Esteban Altieri, la
Alaiz, y el Diedro Loquillo. Cada una tiene su historia pero es especialmente
novelesca, a la vez que triste, la relativa a la primera, abierta por amigos de
Esteban Altieri en homenaje al mismo tras fallecer en el dramático alud
desencadenado un 15 de abril de 1979 en la Apretura de los Galayos junto a
otros seis infortunados escaladores. Por su parte, la Alaiz se la debemos a
Julio Marina, prolífico escalador que ha dejado otros interesantes itinerarios
en el mismo Pico de la Miel y sigue dando guerra sin que se atisbe, y esto lo
atestiguará quien quiera que lo conozca, decaimiento alguno en su voluntad
aperturista.
La combinación que reseñamos es con toda seguridad una de las
mejores actividades a realizar en el Pico de la Miel, con lo que esto significa
pues prácticamente cualquier escalada en esta pared es siempre muy gratificante.
En todo caso, si no es la que más te motiva o prefieres adaptarla a tu nivel de
escalada podrás hacerlo ya sea tanto para incrementar como para disminuir la
dificultad sin perder un ápice de interés cualquiera que sea la combinación
elegida. No tienes más que estudiar los croquis publicados de las tres vías
citadas. En este artículo proponemos hacer los dos primeros largos de la Alaiz
(6b y 6a+), y los dos últimos de la Altieri (6a y V).
La aproximación al Pico de la Miel parece evidente desde el pueblo de La Cabrera, y de hecho lo es, aunque no han sido pocas las veces que
nos hemos metido en un pequeño fregao para alcanzar su base. Para llegar al pie
de la Alaiz y comenzar la escalada hay que dirigirse al Pico de la Miel por el
camino habitual (ver el apartado “aproximación”, más abajo, en los “datos
prácticos”) y tomar al final el desvío que se dirige a la parte izquierda de la
pared, hasta llegar al punto de inicio de la vía Piloto. Un pequeño pasito en
el que hay que apretar por granito muy lavado nos deja al pie de la Piloto y en
una especie de zócalo desde el que, tras andar unos metros hacia la derecha,
podemos coger una canalilla con varios pasos de tercero al comienzo, para
llegar al pie de vía (común para la Altieri, la Alaiz y el Diedro Loquillo).
Cuidado en esta posición pues realmente estamos a la altura del tercer largo
del Espolón Manolín y una caída hacia abajo podría ser más larga de lo
deseable…
El primer largo (6b) está protegido en los primeros metros con
cuatro parabolts, hasta alcanzar la tremenda fisura por la que sigue la vía.
Desde el principio la dificultad es mantenida en torno al 6a, aunque se hace
bien y se protege sin problema gracias a los parabolts que hay antes de llegar
a la fisura. La cosa se pone emocionante al pasar del tercer parabolt al cuarto
y aunque hay quien dice que es el paso más difícil del largo (6b) la verdad es
que la fisura es también fuertecilla y si contamos con que hay que ir colocando
los seguros no conviene relajar hasta llegar a la reunión (tres parabolts con
argolla). Largo memorable donde los haya para el que es aconsejable vendarse
las manos.
Entrando en la vía, en busca del fisurote de la Alaiz |
Secuencia del primer largo. En la última imagen se aprecia la verticalidad mirando hacia el suelo. |
El segundo largo (6a+) es cortito y atraviesa una placa protegida con tres parabolts en su parte más difícil, los primeros metros, en la que es inútil buscar agarres y no queda otra que la fe ciega en la adherencia de nuestros gatos, lo que no es fácil en este granito, cuya adherencia no tiene nada que ver con la de la cercana Pedriza… En todo caso, está bien protegida y a pesar del grado es un verdadero descanso entre los dos largos clave de la ruta. Los últimos metros son más sencillos (IV+) y de hecho sólo encontraremos otro parabolt, con aleje considerable, antes de llegar a la reunión (tres parabolts con argolla).
La placa del segundo largo antes de empezar (izquierda), en plena faena (centro) y vista desde arriba (derecha) |
El tercer largo (6a+) va por la clásica fisura de la Esteban Altieri, de calidad excepcional, larga y bien protegible. Conviene llevar el arnés bien cargadito de friends de todos los tamaños. Es otro de los largos memorables del Pico de la Miel y si vamos justos de grado no debemos asustarnos pues el recurso al artificial será posible en todo momento. Desde la reunión hacemos una travesía fácil (IV) hacia la base de la fisura, donde podemos aprovechar para chapar un parabolt con argolla de la reunión que veremos a nuestra izquierda (con un buen alargue en la cinta para que luego no de problemas). Los primeros metros la fisura es pequeña y va justa para los dedos. Con friends pequeños puede protegerse hasta llegar a un clavo en buen estado a unos tres metros. Ahora toca dejar la fisura y salirnos a la derecha, donde encontramos buenos agarres, para a continuación retomar la línea, que se va agrandando, hasta un pequeño desplome en el que habrá que volver a apretar y que antiguamente solía hacerse con ayuda de una pedaleta. Se protege bien con friends medianos-grandes y nada mas superarla sorprende ver que aún quedan bastantes metros hasta la reunión. Pero la cosa ya mejora notablemente (V) y el disfrute hasta el grupito de encinas que pone fin a la tirada es total. Podemos montar la reunión con un lazo en el tronco que veamos más seguro o aprovechar una instalación con argollas al final del conjunto de encinas.
La espectacular fisura de la Altieri, llegando al desplomito, su paso más duro. Abajo a la derecha, saliendo del pequeño desplome aun quedan unos cuantos metros de fisura hasta la reunión en el árbol |
El cuarto largo (V) no debe llamarnos a engaño pues también nos obligará a apretar y tiene un paso bastante más difícil de lo que aparenta nada más salir de la reunión. Se trata de una fisura de dedos totalmente lisa a ambos lados que exige adoptar buena posición para superar airosos. Como se encuentra cerca de la reunión, no se protege excesivamente mal y es muy cortita la graduamos de V pero sin reparos habrá quien piense que nos quedamos cortos… Lo que queda es sencillo hasta la reunión montada con argollas que encontraremos en los bloques cimeros del Pico de la Miel. El día que escalamos se presenta muy húmedo y nublado con lo que la roca ofrece poca confianza. ¡Habrá que probar en mejores condiciones y de buena gana lo haremos pues se trata de una vía diez!
Saliendo de la reunión en el último largo. A la derecha la fisura que le da el grado, más fina de lo que parece |
El descenso se hace por los bloques del lado izquierdo (oeste) del Pico de la Miel hasta dar con el caminito que en unos 20 minutos nos lleva al inicio de la vía. Dada la gran afluencia de escaladores a esta escuela es casi imperativo evitar el descenso rapelando, con lo que evitaremos molestar a nadie, minimizaremos el riesgo de accidentes y además haremos una bajada mucho más rápida y segura. También es posible descender por el lado este del pico, por el Callejón Soyermo, aunque encontraremos un pequeño destrepe que si no conocemos bien puede poner a prueba nuestros nervios.
Actividad realizada por Adam Tipluica y Pablo Parrón, el 29 de octubre
de 2015.
Datos prácticos:
Acceso: Desde Madrid hay que coger la Carretera de Burgos (A1) hasta la salida 57 en la que veremos la señal del
pueblo de La Cabrera. En total unos
60 kilómetros. Enseguida entramos en la Calle
de los Colegios, que seguiremos varios metros, hasta un callejón sin
asfaltar a mano derecha (Calle de la
Sierra), en la que dejamos el vehículo. También es posible seguir por la A1 hasta la salida 60 y aparcar en el bar-restaurante del Cancho del Aguila, opción cada vez más habitual.
Desde aquí sube un camino que debemos seguir con tendencia hacia
la derecha hasta un rellano desde el que sale un camino entre las jaras a la
izquierda (hay que ir atentos porque es fácil pasárselo). Este camino enfila ya
directo a la base del Pico de la Miel.
Antes de llegar a la base el camino se bifurca en dos. El de la derecha se
dirige hacia el callejón Soyermo y
debe tomarse para acercarse a la base de las vías Ezequiel, Espolón Manolín, etc. El de la izquierda nos lleva a
la base de la vía Piloto, desde donde accedemos con facilidad al zócalo donde
comienza la escalada. Si hemos aparcado en el Cancho del Aguila subiremos por el caminito que pasa al lado de una
valla alambre y en escasos cinco minutos nos lleva al citado rellano.
Dificultad: 6b, 6a+, 6a+, V. El primer
largo es duro y conviene vendarse o llevar guantes para no dejarse la piel en
el intento. La placa del segundo largo es exigente porque la adherencia del
granito no es equiparable al de otras escuelas de la zona centro. El tercer
largo hay que hacerlo al menos alguna vez, aunque sólo sea por lo mítico que es
en esta escuela, pero no sólo por eso, es de lo mejorcito sin paliativos. El
último largo todavía reserva un pequeño apretoncito.
Longitud: 110 metros aprox.
Horarios: Unos 30 minutos desde el
coche al comienzo de la escalada, entre dos y tres horas para la vía y 20
minutos para descender desde la cima del Pico
de la Miel hasta las mochilas.
Material: un juego de friends y
fisureros. Casco. Todas las reuniones están montadas y son rapelables. Hay
cuatro parabolts al comienzo del primer largo pero el resto exige un buen juego
de friends. La placa del segundo largo está protegida con cuatro parabolts y
poco más podrás meter. Lo difícil se hace sin jugarse el tipo. El tercer largo
cuenta con un clavo y también podemos aprovechar un parabolt de una reunión al
principio de la fisura. Aquí no hay que cortarse y llevar el arnés bien
cargado.
Más información:
- Clásicas de la zona centro, de Daniel Alcojor, Desnivel Ediciones. Págs. 120-121 (reseña de la
Esteban Altieri).
- Guía de escaladas en la Sierra de la Cabrera. Federación Madrileña de Montañismo.
Desnivel Ediciones.
- Escaladas en la Comunidad de Madrid y alrededores, de Tino Núñez, Desnivel Ediciones. Págs.
112-113 (reseña de “La Combinación”, que coincide con la vía aquí tratada
sustituyendo el primer largo de la Alaiz por el famoso, y algo más sencillo,
Diedro Loquillo).
- Las 100 mejores escaladas de la zona centro, Pablo Aguado y David Gómez, Barrabés
Editorial. Págs. 124-125 (reseña de la combinación Diedro Loquillo-Alaiz).
- 100 Clásicas de España, de Alfredo Merino y José Luis Rubayo, Desnivel Ediciones. Págs. 265-270 (reseña de la Esteban Altieri).
- 100 Clásicas de España, de Alfredo Merino y José Luis Rubayo, Desnivel Ediciones. Págs. 265-270 (reseña de la Esteban Altieri).
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