A pesar de haber
estado en Los Galayos en múltiples ocasiones cada nueva visita resulta tan
emocionante como la primera. Sus agujas puntiagudas, las intrincadas canales,
las corrientes de aire que surcan sus pasillos refrescando el ambiente en
cualquier época del año, a menudo en exceso, el eco de las rocas chocando
brutalmente unas con otras cuando su sostén cede a la fuerza de la gravedad, un
ambiente extremo que nos hacer vivir el presente con una intensidad especial,
sobre todo al escalador que repite escenario conocedor del rigor de sus rutas,
con nulo o ínfimo equipamiento. Terreno de aventura en su máxima expresión, el
reino del fisurero en el que el olfato resulta indispensable para localizar la
línea correcta, retomarla cuando se ha perdido o montar la reunión en el lugar
idóneo y con el material que el caprichoso terreno recomiende. Y es que, para
escalar en Galayos no vale con ser escalador, hay también que ser montañero, alpinista,
senderista y amante de la naturaleza, soñador, aquiescente con las privaciones
y compañero de todo ser viviente que por allí se deje caer.
Como las
posibilidades son infinitas es difícil recomendar una sobre cualquier otra pero
si se me permite me gustaría aconsejar la travesía que recorre el cresterio
entre la Punta María
Luisa y el Torreón, en el mismo corazón del Galayar.
La forma más
sencilla de alcanzar la
Punta María Luisa pasa por ascender la Rivas-Acuña, abierta
por la excepcional cordada que le da nombre en el año 1960. Son en total 130 metros de escalada
repartidos en cuatro largos con una dificultad máxima de V en el penúltimo. El
primer largo se inicia en la parte derecha del vivac que hay al pie de la
pared. El segundo largo continúa hasta el final del gran gendarme adosado a la
pared. El tercer largo sale recto para enseguida dar con el conocido como “paso
de decisión”, una sencilla travesía hacia la izquierda de un solo paso para
cambiar entre dos fisuras, fácil pero mejor sin mirar hacia abajo… El cuarto
largo sigue por lo más evidente hasta la cima. En toda la vía no encontraremos
más que algún clavo pero el terreno admite la autoprotección sin ningún
problema.
Desde la cima
hay que destrepar en dirección al Torreón (II-III) hasta un colladito en el que
están situados los rápeles de bajada que será uno si bajásemos hacia la canal
de la Aguja Negra,
o dos si lo hacemos por la vertiente que da al Refugio Victory. Sin embargo,
nuestro camino por la cresta traspasa la brecha y por la vertiente del refugio,
en gradas de III-III+ sube por lo más evidente hasta la Punta Conchita. No
es difícil el destrepe de la punta por la derecha (vertiente opuesta al
refugio) y a poco que nos descuidemos, como nos sucedió en esta ocasión,
dejaremos atrás la Punta
Lirios por una portilla estrecha en la que los más grandes
tendrán que quitarse la mochila. Desde el otro lado de la portilla divisamos ya
la ruta Sur del Torreón, de la que realmente nos separaría un pequeño rapel de
unos 30 o 40 metros.
Pero nuestro objetivo es ahora escalar la Punta Innominada
por la fisura más evidente que tenemos delante. Con cuidado, pues no es terreno
muy transitado y puede haber bloques inestables comenzamos de nuevo a escalar
asegurando, pues desde la
Punta Margarita hasta este punto hemos llegado en ensamble.
En un largo de unos 40
metros, IV grado al principio y algo más duro al final
(IV+/V), llegamos a la cima.
La Punta Innominada
se rapela desde un mallón colocado en viejos cordinos que conviene reforzar.
Son unos 7 metros
de rapel hasta una especie de cueva desde la que tenemos una buena toma del
refugio. También se podría destrepar, con sumo cuidado, por la parte que da al
refugio. El destrepe se ve claro cuando estamos abajo pero si no lo conocemos
es preferible el rápel. Abandonamos la cueva por la derecha (el lado opuesto al
refugio) en otro largo que hacemos asegurando (algún paso de IV+). Son unos
treinta metros en travesía ascendente hasta llegar un poco por debajo del
último largo de la Sur
del Torreón. Sólo queda ascender hasta la cima y lo hacemos en un solo largo de
55 metros
por el espectacular diedro que nos deja en la cima más representativa del
Galayar, emblema del escudo de la propia Federación Española de Deportes de
Montaña y Escalada. Encontraremos algún clavo cochambroso que más vale
completar con friends y fisureros.
Desde la cima
del Torreón se desciende en un rápel de 60 metros volado por la
cara norte hasta las terrazas que luego habrá que destrepar para alcanzar el
refugio y dar por terminada tan singular travesía.
Actividad realizada por Luis Martínez, Beatriz Peña y
Pablo Parrón el 7 de julio de 2012
Datos prácticos:
Acceso: desde
Madrid tomamos la A5,
carretera de Extremadura, hasta el kilómetro 91, donde cogemos el desvío hacia
Arenas de San Pedro. En Arenas de San Pedro una señal indica hacia Guisando y
El Hornillo. Tenemos que ir a Guisando, unos tres kilómetros, y desde aquí
hasta la plataforma del Nogal del Barranco (otros tres o cuatro kilómetros),
donde dejamos el coche. En total, casi 180 kilómetros que
se hacen en unas dos horas o dos horas y media.
Desde la plataforma del Nogal del Barranco (1.240 m.) parte un camino
empedrado por el que en aproximadamente una hora y media llegamos a la base de la Punta María Luisa, muy
próxima al Refugio Victory.
Dificultad: la Rivas-Acuña a la Punta María Luisa
tiene cuatro largos de IV, IV+, V, IV+.
El tramo de la María Luisa
hasta la base de la
Punta Innominada hay que ir buscándolo siendo la dificultad
variable según el camino elegido, no teniendo porque ser superior a III-IV. El
largo de escalada a la
Punta Innominada oscila entre el IV/IV+ con un paso un pelín
más duro al final (sobre todo mucho cuidado con los bloques sueltos al llegar a
la cima). Tras el rápel de la
Innominada viene otro largo en travesía ascendente a la
derecha con un pequeño paso de IV+. Sólo queda la parte final de la Sur del Torreón (V+).
Longitud: 130 metros de la Rivas-Acuña a la Punta María Luisa más
otros 400 metros
de cresta hasta la cima del Torreón.
Horarios: muy variable según la
experiencia de la cordada. En esta ocasión tardamos 6 horas, una buena parte
esperando en las reuniones de la
Rivas-Acuña porque iban cordadas por delante. Desde la punta
poca gente hace la travesía y ya pudimos ir más rápido. Hay desde quien se lo
ventila en 4 horas hasta cordadas a las que se les complica la cresta y le
echan más de diez horas pero estimamos que un horario de entre 6-8 horas debe
estar al alcance de una gran mayoría.
Material: un juego de friends y
fisureros. Cordinos para lacear rocas y por si hay que montar algún rápel.
Casco, siempre indispensable, en Galayos no llevarlo es una temeridad
imperdonable. La experiencia demuestra que en esta zona siempre conviene llevar
algo de ropa de abrigo, cualquiera que sea la época del año, y más si la
actividad que vamos a realizar va a suponer más de un par de horas.
Más información (sólo encontraremos reseñas
de la Punta María
Luisa):
- Escaladas en el sureste de la Sierra de Gredos. Riscos de Villarejo, Galayos y Torozo, de Gabriel Martín. Desnivel Ediciones, págs. 44-45.
- Las 100 mejores escaladas de la zona centro, de Pablo Aguado y David Gómez. Barrabés Editorial. Págs. 210-211.
- Clásicas de la Zona Centro, de Daniel
Alcojor. Desnivel Ediciones. Págs. 214-215.
- El mejor croquis de la cresta que he encontrado es el que publican en su blog los hermanos Cano
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