Aunque parezca
sorprendente es posible seguir practicando el esquí de travesía en fechas muy
cercanas al verano, tan cercanas como mediados de junio. Y lo mejor es que no
se trata de una rareza excepcional pues es habitual que pueda hacerse casi
todos los años. Si además se trata de años en que la temporada invernal ha sido
frugal, podría ser posible incluso al comienzo de la época estival.
Probablemente el lugar más adecuado para encontrar las condiciones necesarias
sea la cara norte de los Pirineos, concretamente en el Macizo del Neouvielle,
donde la nieve se mantiene incluso cuando las temperaturas en España no son
soportables sin la ayuda del aire acondicionado.
Las fotografías
que acompañan esta reseña dan fe de que no estamos locos, a pesar de que los
vecinos estén convencidos de ello cuando salimos por el portal de casa con los
esquís en la mano…
El 8 de
junio de 2018 salimos de Madrid hacia Pirineos, para atravesar al lado francés
por el Tunel de Bielsa, desde donde en menos de media hora estamos en el
parking que hay al final de la carretera que lleva al Lac d’Aubert, ¡pisando
nieve! Estamos a 2150
metros de altura y llegamos en manga corta pero en
cuanto bajamos del coche tenemos que empezar a sacar ropa de abrigo.
El
parking es grande y al lado hay un refugio libre, donde inicialmente pensamos
que podríamos dormir, pero está completamente cerrado y no tiene ni tejadito,
ni porche ni nada que se le parezca para poder vivaquear, así que echamos los
aislantes al suelo y nos disponemos a dormir al raso confiando en que las nubes
amenazantes sobre nuestras cabezas nos respeten el descanso. Por debajo de la
presa del lago hay una zona en la que está permitido vivaquear con tienda
siempre que se desmonte a primera hora pero no hemos tenido la precaución de
traerla. Podemos descansar un par de horas hasta que las gotitas que empiezan a
caer nos obligan a meternos en el coche para mal dormir hasta el amanecer.
Por la
mañana, aunque no hace frío ni viento, el tiempo no pinta nada bien y las nubes
cubren el valle pero no está lloviendo y no desaprovechamos la ocasión de hacer
la última esquiada de la temporada.
El
camino sale del mismo refugio no guardado, desde donde no se tarda más de cinco
minutos en cruzar la presa del Lac d’Aubert y si tenemos suerte con la nieve,
como es nuestro caso, podemos ya calzarnos los esquís. De todas fornas, en el
peor de los casos, lo normal es que hasta bien entrado junio, no haya que
portear más de una hora, un auténtico chollo…
Comenzamos
el ascenso en dirección suroeste, hasta un pequeño llano en el que en estas
fechas normalmente hay un pequeño laguito. Aquí giramos hacia la derecha
(noroeste) para remontar hasta la cresta de Barris d’Aubert, que desciende
desde la cima del Neouvielle, y que se atraviesa por rocas durante unos
cincuenta metros, tras los cuales ya la nieve será continua y abundante hasta
el final. Tenemos enfrente la Brecha
Chaussenque, muy característica por un afilado gendarme a su
izquierda, hacia la que hay que dirigirse. Nada más pasar la cresta hay que
tener precaución durante unos doscientos metros, sobre todo con nieve dura, por
la caída a la derecha hacia el Lac d’Aubert. Antes de llegar a la Brecha Chaussenque vemos ya a
nuestra izquierda (de nuevo suroeste) las rampas que ascienden a la cima del
Neouvielle.
Este
último tramo se empina bastante, y supone aproximadamente la mitad del desnivel
que nos queda hasta la cima. El ascenso es evidente y puede hacerse con esquís
hasta que afloran las primeras rocas de la cresta. La cresta de acceso a la
cima es corta, bonita y fácil, un final perfecto para este magnífico tres mil
pirenaico (3091 m.)
que nos permite esquiar casi hasta el verano. Si no hay hielo puede hacerse
trepando con las botas sin mayor problema aunque como esto no lo sabemos de
antemano no pueden faltar en la mochila los crampones y el piolet.
Tenemos
suerte y el cielo se despeja justo cuando hacemos cumbre, lo que nos permite
contemplar el extraordinario paisaje alrededor de la montaña. Nos espera un
descenso por el mismo camino de subida, de 900 metros de desnivel,
sencillo si la nieve no está dura. Si hemos subido los esquís hasta las rocas
de la cresta, sólo los primeros metros son realmente empinados. El resto es muy
divertido y nos sorprende el buen estado de la nieve hasta el final, pese a la
temperatura y el color descafeinado que le da la arena acumulada encima propio
de la nieve vieja. No es nieve polvo pero para acabar la temporada ¡no se puede
pedir más!
Actividad
realizada por Beatriz Peña, Luis González y Pablo Parrón, el 9 de junio de 2018.
Datos prácticos:
Acceso: el parking del Lac d’Aubert, a 2150 metros de altitud,
se alcanza desde España atravesando el Túnel de Bielsa, por la A138, que pasa a denominarse
D173 en el lado francés. No hay más que seguirla unos 15 kilómetros hasta la
población de Aragnouet-Fabian, donde veremos un cártel a la izquierda que
indica el acceso a la Reserva Natural de Neouvielle.
Seguimos por la D929
hasta el Lac d’Oredon, donde hay un refugio guardado, el edificio de
información de la Reserva
y un gran parking. Quedan 6
kilómetros por la
D177 hasta el Lac d’Aubert. La D177 tiene el acceso limitado desde las 9,30 h.
hasta las 18,00 h. en la época de mayor afluencia pero no suele haber problema
para usarla al final de la primavera. Suele despejarse de nieve y quedar
abierta a más tardar a finales de mayo, cuando comienza la temporada de pesca. La Reserva Natural
bien merece la protección que se le ha dado, pues es de las zonas más bonitas
de Pirineos, con multitud de lagos y un entorno para pasear y disfrutar de la
naturaleza como pocos.
Dificultad:
La subida con
esquís es fácil. Sólo exige atención un corto tramo tras atravesar la cresta de
Barris d’Aubert por la caída que tiene hacia el lago, y en las últimas zetas
antes de llegar a las rocas de la cresta de la cima del Neouvielle (aunque nada
nos obliga a apurar con los esquís y podemos dejarlos donde nos parezca antes
de la cresta). El descenso también es muy agradecido. La primera pala es empinada
pero no es expuesta si la nieve no está dura. Al final del descenso es normal
que los regueros formados en la nieve por la lluvia dificulten los giros pero
si esquiamos al final de la primavera seguro que lo hacemos con gusto.
Desnivel: 930 metros de desnivel
positivo y otros tantos de descenso.
Horarios: la subida se hace bien en
2,30 horas, y el descenso en 1,30 horas.
Archivos: puedes descargar el track del GPS desde Wikiloc.
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