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LOS TERCEROS TAMBIÉN EXISTEN – MALLO LA MORA - PEÑA RUEBA

En el Prepirineo encontramos una concentración de escuelas de escalada que se caracterizan por su peculiar roca de conglomerados, destacadamente los Mallos de Riglos, los Mallos de Agüero y Peña Rueba. Esta última, cada vez más visitada, ofrece un buen número de vías en las que podemos explorar nuestros límites sin miedo a meternos en un marrón de consecuencias imprevisibles, gracias a su buen equipamiento, con distancias entre seguros más que razonables, y sobre todo a la concepción con que los equipadores han desarrollado las líneas, concebidas la mayoría para poder pasar en artificial los pasos de dificultad superior al V grado.

Como no estamos escalando mucho últimamente y alguna lesión en proceso de cura nos impide forzar demasiado (para nosotros un sexto ya lo es), nos dirigimos a la pared sur de Peña Rueba, donde queremos repetir la vía “Los terceros también existen”. Aunque el nombre de la ruta sugiere una simple trepada, la realidad es que algunos pasos de cuarto y quinto grado vamos a encontrar, eso sí, puntuales y siempre perfectamente asegurados, lo que la hace muy recomendable para cordadas que estén empezando en la escalada de largos. 

Los terceros también existen” fue abierta y equipada en el año 2004 por la prolífica cordada Sendero Límite formada por Julio Benedé y Luis Royo, a quienes agradecemos una vez más el esfuerzo realizado. Como otras vías de Sendero Límite, el equipamiento es excelente y no encontraremos ningún paso superior a V+ que no pueda ser superado en artificial sencillo, aunque en el caso de la vía que hoy nos ocupa tampoco nos importa demasiado porque en ningún momento sobrepasa el quinto grado. La vía acaba en la cima del Mallo La Mora, desde donde podemos si queremos continuar otros dos largos sencillos hasta la cima de Peña Rueba o iniciar el descenso.

La aproximación desde el último aparcamiento en la pista de acceso, al lado de una gran balsa de agua, no ofrece dificultades ya que la pared está justo enfrente y a la vista. Desde el aparcamiento andamos por la pista unos quinientos metros hasta que veamos un poste de madera con una flecha y la inscripción “Peña Rueba”, desde el que sale un caminito que nos va aproximando hacia la parte occidental de la pared sur de la tapia. Cuando ya estamos cerca de la pared tendremos que girar hacia la derecha para recorrer su base por alguno de los caminos que la surcan e ir acercándonos hasta el comienzo de nuestra ruta. Si damos con los caminos correctos veremos alguna piedra con la inscripción “III E” indicando el punto de partida de la escalada. Una piedra con la misma inscripción veremos justo en el pie de vía. Tardaremos una media hora.

El primer largo (IV) tiene buena roca y muchos parabolts para asegurar, así como algunos cables en puentes de roca, igual que el segundo (III), y esta será la tónica de toda la ruta, en la que sólo alejan un poco en los tramos muy sencillos. El tercer largo (V) tiene en sus primeros metros los pasos más difíciles de la vía, verticales pero muy bien asegurados y en roca de buena calidad. Sale hacia la izquierda y superados los metros más duros no queda más que seguir los seguros con tendencia hacia la derecha hasta la reunión. El cuarto largo (II) es de trámite hasta la siguiente reunión, donde comienza el quinto largo (IV+) en el que la salida vuelve a ser bastante vertical y tiene unos pasitos curiosos y bien asegurados. El resto del quinto largo mantiene la tónica de III de la mayoría del recorrido hasta llegar a la reunión y seguir con el sexto largo (III), ya en la arista que sube directa en otros tres largos sencillos (III-III+) hasta la cima del Mallo La Mora.

 

El descenso se podría hacer rapelando pero es fácil que suba más gente, a la que molestaríamos con las cuerdas, y la bajada por la vía ferrata sur es muy bonita y sería una pena perdérsela. Desde la cima del Mallo La Mora vemos claramente el cable que se utiliza para subir o bajar desde la cima de Peña Rueba pero dadas las fechas y el calor que hace emprendemos directamente el descenso destrepando unos metros hacia el norte para enlazar con el cable de la ferrata por una canal a la derecha poblada de enebros y vegetación. Siguiendo el cable y a tramos algún hito para enlazar los puntos sin cadena llegamos al camino que recorre la ladera al pie de Peña Rueba, que seguiremos en sentido contrario a la venida hasta llegar al aparcamiento. Calcular una hora para la bajada.

Actividad realizada por Beatriz Peña y Pablo Parrón, el 14 de junio de 2025.
      

Datos prácticos:

Aproximación: desde Huesca hasta Murillo de Gállego por la A132. Son 40 kilómetros que haremos en poco más de media hora. Al final de Murillo de Gállego vemos a nuestra izquierda una zona de aparcamiento con zona de recreo y merendero en el que tiene oficina una empresa de aventura. Desde la zona de recreo sube una calle asfaltada (calle Barella), por la que ascendemos hasta una curva de 180 grados desde la que sale hacia la derecha una pista de tierra. Continuamos por la pista, apta para todo tipo de vehículos aunque tiene algún tramo en el que hay que ir con cuidado, unos dos kilómetros hasta una primera balsa de agua que veremos a nuestra izquierda. Poco más arriba una señal de prohibido el paso para vehículos no autorizados nos obliga a dejar el coche en un aparcamiento de tierra junto a otra balsa de agua, desde donde vemos perfectamente la cara sur de Peña Rueba.

Dificultad: IV, III, V, II, IV+, III, III+, III, III. Unicamente los primeros metros del tercer largo están por encima del IV grado. La vía está muy bien equipada con parabolts y bastantes cordinos y cables en puentes de roca. La roca es bastante buena en general y todas las reuniones están equipadas con parabolts con anillas, o cáncamos y anillas con maillón, con lo que son rapelables en caso de necesidad.

Longitud: unos 250 metros. Con cuerdas de 60 metros se pueden hacer los largos de dos en dos. En nuestro caso llevamos una cuerda de 70 metros y unimos los largos 1-2, 3-4 y 5-6. También empalmamos los tres últimos largos, pero por muy poquito no llegamos a la última reunión y tenemos que enredar un poco, con lo que hacemos la ruta en 4 largos.

Material: con unas 15 cintas es suficiente pero si empalmamos largos habrá que dejar sin chapar unos cuantos seguros en cada tirada.

Más información:

Como no podía ser de otra forma, tratándose de una vía de baja dificultad, bien equipada, con buena roca y ambiente propio de otras de mayor envergadura, podemos encontrar muchas reseñas en la web. Destacamos dos, por razones obvias la de los propios aperturistas, y por parecernos la que mejor detalla la actividad y con mejor criterio, la del blog de Amuso:

- La reseña de los aperturistas.
- Reseña del blog de Amuso, de las mejores que encontrarás en la web.
- Riglos Vertical, de Chema Agustín y Miguel Carasol, págs. 350-351. Editada por Desnivel.

 

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