Estamos a 11 de noviembre de
2006. Aprovechando un periodo de buen tiempo completamente inusual para lo
avanzado del otoño nos dirigimos al Yelmo, mole granítica emblemática de La Pedriza por cuya cara sur surca la
vía Calavera. La ruta fue abierta en 1974 por Paco Aguado (ver Desnivel n º 242, pág. 62), en solitario, con sólo 16 años y, salvo en el primer largo, sin
cuerda. En la actualidad la ruta descrita en muchas guías es en realidad una
variante posterior que atraviesa de este a oeste la cara sur. Es impresionante
pensar cómo Paco Aguado pudo salir del Yelmo por sus propios medios, con botas
y sin asegurarse, tras haberse equivocado de vía para dejarnos en legado esta
espléndida clásica.
La Calavera es una vía
emblemática del Yelmo por varias razones, la llamativa forma en que fue
abierta en 1974 y el hecho de que se trata de una ruta que exige el uso de
fisureros y friends, algo poco habitual en las placas de la cara sur. Además,
siguiendo la tónica general de la zona es una vía expuesta, y no sólo para el
primero, también para el segundo al haber bastante travesía. La dificultad, sin
embargo, es bastante asumible (V, del Yelmo), eso sí, ¡con pies de gato!
Formamos dos cordadas, Luis
Sebastián con Javi (un amigo suyo gallego con el que también comparte afición
por los cañones) y Miguel Merlo y Pablo Parrón. Luis irá colocando los seguros
que utilizaremos las dos cordadas y rápidamente se mete en el diedro del primer
largo (IV, y V al final) por el que se asciende hasta su final para dar algunos
pasos un tanto rarillos hacia la derecha hasta la visible reunión.
El diedro por el que comienza la vía |
El segundo largo (IV+) hace una
travesía expuesta por una vira hacia la izquierda (tratar de colocar algún
friend a la salida porque luego es difícil). Chapamos una reunión intermedia de
otra vía y un poco más adelante trepamos un metro para continuar por otra vira
hasta la reunión (un pequeño nicho).
El tercer largo (IV+, y V en el
resalte) sigue hacia la izquierda ligeramente ascendente hasta un resalte en el
que encontramos un bendito parabolt. El resalte es preferible superarlo de
frente (tienes la chapa al lado y si te caes no pasa nada) pero también se
puede subir unos metros por la fisura hasta que el resalte, al ser más bajo,
pueda ser superado con mayor facilidad. Esto es lo que hice yo, y me metí en un
fregao de mal agüero. Realmente, si se opta por la segunda opción, lo único que
se consigue es tener que superar el resalte con una tirada considerable de
cuerda hasta el último seguro y con casi la misma dificultad para, además ir a
parar a una placa muy expuesta desde la que hay que hacer una travesía muy
delicada hasta la reunión. ¡Pero para esto están los amigos! Afortunadamente
para mi, Luis Sebastián, que va por delante y ya se ha subido a la gran laja
del cuarto largo puede pararse, tirarme un cabo de cuerda (escalamos con
cuerdas dobles), asegurarme al hombro, y permitirme hacer la travesía sin la
presión psicológica de tener bajo mis pies demasiados metros de cuerda hasta el
último seguro (el parabolt del dichoso resaltito). En cualquiera de las dos
opciones, una vez superado el resalte vemos claramente la reunión a nuestra
izquierda, bajo una gran laja.
El cuarto largo (IV+) supera una laja muy divertida que se protege con friends y luego sigue por terreno fácil (setas) hasta un nicho muy cómodo.
La lajita resultona del cuarto largo, divertida bavaresa |
Para iniciar el quinto largo
(V), vemos de frente un parabolt a la derecha de una marcada chorrera negra. El
seguro es de otra vía (bastante más difícil), pero aprovechamos para chaparlo y
seguir por un diedro justo a la derecha que parece muy tumbado y fácil pero
luego se las trae, por el que sigue la Calavera. El diedro es muy abierto e
impide la colocación de ningún seguro. Aproximadamente hacia su mitad hay un
agujero que permite agarrarse bien y meter algún friend mediano. También se
puede meter un fisurero mediano en un estrechamiento justo encima del agujero.
Desde aquí hasta el final es muy difícil colocar nada. El largo acaba en una
mini praderita con un árbol que se utiliza para montar la última reunión.
Ritual de recogida de cuerdas al terminar la escalada |
El descenso se hace por la vía Valentina, por la vertiente oeste del Yelmo, en unos 15 minutos, con precaución y sin quitarse los pies de gato hasta el final. También se puede bajar por la chimenea de la normal de la cara norte para luego rodear el Yelmo y volver a la pradera de la cara sur.
Datos prácticos:
¿Cómo llegar a La Pedriza?
Desde Madrid lo
mejor es salir por el norte para tomar la carretera de Colmenar Viejo y seguir
las indicaciones hasta Manzanares el Real. Según salimos del pueblo veremos el
cartel que indica la entrada a la Pedriza. Para llegar al parking de
Cantocochino en fines de semana la barrera suele estar abierta hasta las nueve
de la mañana. Hay que recordar que el número de coches está limitado y una vez
superado el cupo sólo se puede entrar cuando salga alguno. Desde hace un par de
años en verano y fines de semana un autobús gratuito hace el recorrido.
Dificultad: V (expuesta).
Longitud: 190 metros.
Material: cintas para lacear setas, un
juego de friends y fisureros. Casco.
Más información:
- La Pedriza - Guía de Escalada, deJ.Ignacio Luján y David A. Zapata, editada por Barrabes Editorial, págs.
239-240.
- Pedriza – Escaladas fáciles (tomo I), de Tino Núñez, editada por Desnivel Ediciones, págs. 30-31.
- Guía de escaladas en La Pedriza
de Manzanares, de la Federación Madrileña de Montañismo, editada por Desnivel
Ediciones, págs. 69 y 71.
- Desnivel nº 242, pág. 71
(artículo muy interesante sobre aperturas, vida y reseñas de Paco Aguado,
aperturista de la vía Calavera).
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