El fin de semana
del 11-12 de julio de 2009 se celebraba un concierto de Miguel Ríos, inicio de
su gira de despedida, en Hoyos del Espino, justo en la zona situada en los
alrededores de la carretera que lleva a la Plataforma. A pesar del ajetreo que
es previsible en la zona con motivo del concierto el viernes 10 por la tarde
salimos desde Madrid Luis González, Eduardo, Cristian y Pablo Parrón, con
intención de dormir plácidamente en la Plataforma y al día siguiente escalar el
Espolón de los López en el Almanzor (2.592 m.).
El jolgorio que
hay en la Plataforma a las 12 de la noche parece que se va desvaneciendo
suavemente mientras me duermo en un saco fino mirando las estrellas, o quizá
precisamente mientras me adormezco dejo de oír las voces de los que todavía
remolonean antes de dar por finalizado el día. La cuestión es que dormimos de
fábula. La temperatura agradable va tornándose más fresca.
La musiquita del
móvil de Luis empieza a dar la lata y nadie sabe cómo cuando por fin asomamos
la cabeza y estiramos los brazos ha pasado más de hora y media desde el horario
que habíamos previsto. Se está tan bien en el saco que no damos por perdido el
tiempo y salimos hacia la Laguna Grande por la amplia calzada que comienza al
final del gran aparcamiento que es, ni más ni menos, la plataforma, a las 7,00
h.
La subida hasta
los barrerones coincide con la transición entre la noche y el día. El viento
fresco que corre ayuda a mantener el ritmo y en poco menos de dos horas estamos
tomando un café en el Refugio Elola. El personal siempre amable del refugio nos
deja ojear una reseña de la escalada y nos confirma que la integral del Circo
de Gredos, que pretendemos hacer de vuelta, desde el Almanzor para no pasar por
el refugio y tener que volver a subir hasta los barrerones, no presenta ninguna
dificultad y se puede hacer “corriendo”. También nos despeja las dudas sobre el
paso clave del espolón y nos dice que tiene clavos donde hace falta.
Sobre las 9,30 h.,
después del café y aprovechar los servicios del Elola para hacer alguna otra
cosilla…, empezamos la fuerte subida por la ruta normal del Almanzor de la
Portilla del Crampón. Muchos bloques y algún que otro nevero y ya tenemos a la
vista la entrada de la vía. Es aconsejable subir por la Portilla del Crampón hasta
que estemos a la altura de la base del Almanzor. Con una travesía hacia la
derecha llegaremos a la entrada, en la cara este. También su puede tirar recto
por el zócalo del Almanzor.
Desde el Elola
tardamos en llegar a pie de vía 1,30 h. Escalamos los cuatro juntos haciendo
sólo uno los largos de primero. El segundo y el tercero con cuerdas de 9 mm.
que van al primero. Y el tercero sube enganchada al arnés una cuerda simple
para ir recogiendo al cuarto mientras el segundo asegura al primero abriendo
otro largo.
A esta altura, a
pesar de estar en pleno mes de julio, no sobra un forrito fino para no quedarse
pelao. Luis González empieza el primer largo (6a o V/A0). Una fisura oblicua
que sube hacia la derecha lleva a la base de una placa con una fisura que no se
puede proteger. En la fisura un par de clavos permiten superar la placa en
artificial si el cuerpo no da para otra cosa. Por encima de la fisura una placa
con un clavo obliga a hacer una travesía ascendente hacia la izquierda hasta la
base del espolón. Dos clavos para montar reunión. Cuando Luis nos grita desde
arriba que subamos me agarro emocionado al canto de la fisura oblicua para ir
subiendo hasta los clavos. El terreno me parece muy resbaladizo y de hecho se
me van los dos pies juntos en una ocasión, sin que llegue a tensar la cuerda
que me asegura desde arriba sólo porque la mano derecha aguanta atenazada a la
fisura. Siempre voy muy ilusionado pero desde que oí hará unos quince minutos a
Luis al hacer el paso que tira de los clavos no tengo la más mínima intención
de intentar subir por aquí de otra forma. No hace falta conocer bien a Luis
para saber que por aquí no paso. Un pequeño tirón y rápidamente atravieso la
placa y llego a la reunión.
Eduardo recoge a
Cristian, que todavía está abajo, y Luis me pasa los cacharros y me asegura en
el segundo largo (V). A partir de este punto y después de haber consultado en
casa todas las reseñas que he podido no tengo nada claro si el recorrido que
seguimos es el del clásico Espolón de los López o si, por el contrario, lo
dejamos a nuestra izquierda. Un pequeño paso de decisión al principio y se sube
a una placa con agarres muy pequeños y buena adherencia. Por la placa progreso
hacia la derecha hasta un diedro que parece más fácil y hasta el que parece
imposible colocar ningún seguro. Con más miedo que vergüenza doy los últimos
pasos de la placa, de unos cinco o seis metros, consciente de que todavía no he
podido poner nada desde la reunión, y llego al diedro para comprobar que
necesitaría una pieza muy pequeña para poder asegurar. El caso es que he leído
que es mejor no traer piezas grandes que luego no se podrán utilizar pero no
llevamos ningún microfriend o fisurero muy pequeño y arrepentirse ahora vale de
poco.
Bueno, subir por
el diedro es más fácil y enseguida puedo meter un friend del 2, más testimonial
que otra cosa, pero para la cabeza vale. Luis me mira desde abajo moviendo la
cabeza y pregunta si ya he puesto algo con esa voz calmada que suele gastar y
que se contagia rápidamente, algo que ahora agradezco. Dos metros por encima
del friend una pequeña debilidad de la roca me deja colocar un excéntrico
pequeño. Paso la cinta, pego un tironcito, ahora un tirón, no hay duda, a
prueba de bombas, y rápidamente mosquetoneo las dos cuerdas. Cuando grito a
Luis que ya he metido algo decente noto como las dos cuerdas que me unen a él
se destensan ligeramente. Es evidente que ha pegado el mismo respiro que yo.
Más tranquilo
sigo por el diedro hasta que parece factible abandonarlo por la derecha. Me
asomo y se ve una buena repisa en la que debería haber montado reunión. Pero
veo una cinta cochambrosa y que aparenta llevar ahí bastante tiempo. A la
derecha de la repisa sale un diedro que en unos cinco metros lleva a la cinta,
que rodea un bloque. Sigo y paso una cinta nueva por el bloque. Reunión. Para
la forma en que estamos escalando la reunión resulta ser muy incómoda para
cuatro, incluso para dos, y además un bloque enorme al lado parece seguro pero
tampoco indestructible. En definitiva, que la reunión mejor en la repisa.
Cuando Cristian
llega a la reunión asegurado por Eduardo confirma lo que imaginaba, el friend
casi salió solo y el excéntrico le entretuvo un ratito. Mientras, Luis ya está
empezando el tercer largo (V+), un diedro taponado por dos techos de los que el
primero lo pasa ligeramente a la izquierda y el segundo de frente por un paso
desplomado con buen agarre y muy sucio. Hace sudar. Superado el desplome Luis
apura la cuerda entre bloques fáciles hasta que decide donde le apetece montar
la reunión.
El cuarto largo (III+) lo hago lo más rápido que puedo apurando también la cuerda. Es trepada fácil y lo que queda parece igual así que el quinto largo (III+) lo hacemos ya desencordados. Tras otros 50 o 60 metros de bloques alcanzamos la cima del Pico Almanzor y nos unimos al nutrido grupo de montañeros que suben y bajan por la ruta normal. Las fotos, un vistazo al cresterio que desde el Almanzor atraviesa el Cuchillar de las Navajas, el Casquerazo, los Tres Hermanitos, La Campana… y así hasta el Morezón, y para abajo.
El descenso del
Almanzor puede hacerse por varios sitios. Hoy optamos por el destrepe directo
(III) desde la cima hacia las canales oscuras, pero recuerdo una bajada más
fácil por una corta chimenea por debajo de los bloques cimeros. Cualquiera que
sea la opción escogida en unos 30 minutos estamos otra vez de vuelta en las
mochilas. Con la alegría de la bajada por la Portilla del Crampón no conviene
olvidar que al final tenemos que desviarnos a la izquierda hacia la entrada del
Espolón, de lo contrario nos tocará volver a subir hasta las mochilas.
Son casi las
cuatro con lo que ya llevamos danzando unas nueve horas pero Luis y yo nos
vemos con ganas para volver por la integral, mientras Eduardo y Cristian
prefieren bajar al refugio para volver a la Plataforma por los barrerones. Una
particularidad del acceso al Circo de Gredos es que la vuelta supone hacer el
mismo desnivel positivo que a la ida, cuando lo más habitual es que sea una
bajada, con lo que siempre conviene no hacer la vuelta muy tocado. Apostamos
unas cervecitas a ver quien tarda menos y nos ponemos en marcha.
A media ladera,
sin perder altura, nos dirigimos hacia la cuerda de la integral que sube al
Casquerazo. Como nos comentaron en el refugio no encontramos ningún obstáculo
importante y los hitos nos guían por la fácil cresta. Los hitos a veces no se
distinguen bien pero el avance es siempre posible hasta que cuando dejamos
atrás el casquerazo de repente los perdemos. Tenemos la cresta a nuestra
izquierda y varias canales parecen practicables para seguir, aunque no es
seguro que no acaben en precipicio. Finalmente optamos por una en la que vemos
un papel y que resultó ser buena. Al salir de la canal tenemos a nuestra izquierda
los Tres Hermanitos y la Placa del Perro que Fuma. Nos acercamos y llegamos a
un collado desde el que volvemos a ver el Circo de Gredos con el Elola y la
Laguna Grande al fondo. Desde este punto Luis ya conoce el camino por haberlo
hecho antes y nos cruzamos con una pareja que nos aconseja seguir los hitos que
veamos más pegados al borde de la cresta. Pasamos los vivacs al pie de los
Hermanitos y la Campana y volvemos al otro lado de la cresta. Ya estamos viendo
la cima del Morezón bien cerquita cuando no se cómo volvemos a estar metidos
entre brezos y rocas. Hemos vuelto a perder el camino pero atrochamos como
podemos y cuando giramos la cabeza hacia atrás ya hemos pasado el Morezón y
reconocemos fácilmente la bajada que este invierno hemos esquiado varias veces.
En vez de nieve, prados de yerba y rastros de camino cada vez más definidos nos
llevan a la ruta normal de los Barrerones y la Plataforma.
Cuando llegamos,
Eduardo y Cristian ya se están tomando una cerveza fresquita a nuestra salud
sentados en el asfalto. Llevan ya 30 minutos. Son las 19,30 h. así que la
vuelta nos ha llevado casi cuatro horas y toda la actividad unas trece.
Datos prácticos:
¿Cómo llegar al Circo de Gredos?
Desde Madrid por
Avila y el Puerto de Menga o bien por Talavera y el Puerto del Pico. Luego
hacia Navarredonda de Gredos y Hoyos del Espino, desde donde sale la carretera
que lleva a la Plataforma de Gredos. Unas dos horas.
Dificultad: 6a (V/A0), V, V+, III+,
III+. Por la altura a la que se desarrolla la escalada, 2.400 m. al pie de vía,
es recomendable en los meses de verano.
Longitud: 200 metros.
Horarios: Desde la Plataforma hasta el
Refugio Elola, 2 h. Desde el refugio hasta pie de vía, 1,30 h. Para la vía 3 h.
El descenso 30 m. La vuelta hasta la Plataforma por la integral del Circo de
Gredos, 3,30 h. Entre paradas y descansos calcular en total entre doce y quince
horas.
Material: cintas largas, un juego de friends
y otro de fisureros, sobre todo pequeños y medianos y algún micro, anillos. Casco.
Cuerdas de 60 m. Para la bajada por la Portilla del Crampón conviene subirse
calzado adecuado.
Más información:
- Circo de Gredos. Escaladas en hielo, nieve, mixto y roca, de Raúl Lora del Cerro, editada por Desnivel
Ediciones, pág. 192.
- Escaladas en el Sistema Central. Madrid, Ávila, Salamanca, Segovia, de Tino Núñez, editada por Desnivel
Ediciones, págs. 240-241.
- Las 100 mejores escaladas de la zona centro, de Pablo Aguado y David Gómez, editada por Barrabés Editorial,
pág. 260.
- Desnivel nº 197, abril 2003. Pág.
60.
- Revista ilustrada de alpinismo Peñalara nº 553, III trimetre 2015. Especial Almanzor. Corazón de roca, de David Esteban
Resino. Págs. 553 y siguientes. Probablemente el mejor trabajo del Almanzor publicado
hasta la fecha.
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