Los sectores central y derecho de la cara sur del Pico de la Miel concentran la mayor
parte de los itinerarios de escalada trazados en su magnífico granito. Sin embargo, la zona izquierda (sector
suroeste) tiene una serie de trazados interesantes, muchos de los cuales han
sido equipados por Wimbor, destacado escalador y equipador al que desde aquí
agradecemos la desinteresada labor realizada en beneficio de toda la comunidad
escaladora.
Cuando recorrí la vía Paloma, hace ya unos meses, me llamó la
atención una interesante línea que surca el espolón que hay justo a su derecha.
La evidente dificultad del trazado me hizo descartarlo pero luego, tras
estudiar los croquis publicados de la zona, me animé a recorrerlo al existir la
posibilidad de completar los pasos más difíciles, que son muchos, con los
estribos. De hecho, gran parte de la vía está concebida como escalada
artificial, de la que una buena parte posiblemente no pueda ser liberada en
forma alguna, aunque esto, visto lo visto y los tiempos que corren, lo digo con
prudencia…
Después de tomar un café en el bar de camioneros del Cancho del
Aguila, al que se entra directamente tomando la salida 60 de la A1, emprendemos la subida por el
caminito que, saliendo por detrás, nos lleva directos a la base del Espolón Manolín. Antes de llegar a este punto debemos tomar el camino hacia la
izquierda que recorre la pared en dirección oeste y nos deja al pie de las vías
Julito, Rivas-Acuña, etc. El techo característico de la vía Cabrero Capri puede
ser una buena referencia para llegar al pie de la Murciélagos,
inconfundible cuando veamos la sucesión de chapas del primer largo.
El primer largo (A1/V+) comparte los primeros metros con la vía
Paloma. Sin ser difícil requiere precaución ya que por la morfología de la
pared nada más empezar a escalar nos situamos a unos cuantos metros del suelo.
Aunque parece posible remontar directamente por una fisura en forma de media
luna que se dirige a la primera chapa, perfectamente visible desde el suelo, la
distancia que nos separa de ella aconseja recorrer unos metros en travesía
hacia la izquierda para enseguida superar el abombamiento, que podemos proteger
con un friend mediano, y luego seguir hacia la derecha en busca de la chapa.
Hasta el siguiente seguro una plaquita fácil y en la tercera ya podemos ir
colocando el primero de nuestros estribos. El resto del largo remonta el bonito
y difícil (en libre) espolón por la
sucesión de chapas que lo protegen. Entre los seguros tercero y cuarto, el
artificial pasa del A0 al A1, con dos fisuras horizontales para colocar un
friend pequeño-mediano. En la primera fisura hay que atinar y en la segunda queda a
prueba de caídas. En todo caso, la cercanía de la última chapa templa los
nervios a los más temerosos. Por encima encontraremos algún paso más de A1, e
incluso cuando la pared parece que tumba, cambiarse al libre da su cosilla y puede
tirarse de algún otro cacharrito para, ya sin problema aunque con demasiado musgo,
recorrer los últimos metros hasta la reunión (dos parabolts con argolla).
El segundo largo (V+/A1e) empieza en una bonita placa, de
exquisito granito, bien protegida, hasta una gran brecha que ni siquiera
podemos intuir desde la reunión. Una reunión con parabolts y habitualmente un
cordino gordo puede servirnos para destreparla asegurados, aunque no es del
todo necesario, si no vemos claro continuar por la Murciélagos. Yendo
unos metros a la izquierda desde el fondo de la brecha podemos enfilar una fisura
grande que nos lleva a la segunda reunión. Pero lo interesante es seguir por la Murciélagos, para lo
que hay que echarle valor y tirarse, con los pies al borde de la brecha, hacia el
muro que tenemos de frente, donde un parabolt estupendamente emplazado nos
permite asegurar, colocar el estribo, y remontar la panza para coger una buena
fisura, más estrecha y algo más difícil que la que hemos citado a la izquierda,
protegible con friends medianos-grandes, hasta la reunión (dos parabolts con
argolla).
Llegados a este punto, a José Luis los pies de gato, casi de
estreno, le tienen tan martirizado, que decidimos tirar por lo rápido para
evitarle el sufrimiento de calzarlos mucho tiempo en tramos de artificial y
hacemos el tercer largo (III) por la conocida como “la conexión”, un tramo
sencillo y sucio que prácticamente interrumpe la escalada propiamente dicha, y
nos lleva a la tercera reunión (otros dos parabolts con argolla). En todo caso,
el largo propio de la
Murciélagos haría una travesía-destrepe hacia la izquierda,
cuya viabilidad no acabamos de ver, para afrontar un techo equipado que se ve
muy pero que muy entretenido.
El cuarto largo (V+) sale hacia la derecha, remontando el muro
por la parte que veamos más asequible, normalmente unos metros por encima de la
reunión, siendo este su tramo más difícil. Pasamos un clavo y seguimos por
terreno muy sucio, fácil pero de necesaria precaución para evitar un mal
resbalón, dejando a la derecha la placa con parabolts (6a) por la que sigue la Murciélagos, desde la que
se aprecia el espectacular artificial de su último largo. Será para otra vez y
ahora toca salir por el último largo (V+) de la Chupacabras, un V+
duro, por un muro genial protegido con un par de parabolts que al final nos
resulta lo más entretenido de la vía. Reunión en dos parabolts unidos con una
cadena y maillón grande en uno de ellos, común con la vía Embrujo.
El descenso se hace
por los bloques del lado izquierdo (oeste) del Pico de la Miel
hasta dar con el caminito que en unos 10 minutos nos lleva al inicio de la
vía. Nuestro compi, de maltrechos que lleva los pies, no duda en bajarlo
descalzo…
Actividad realizada por José Luis, Luis Martínez y Pablo Parrón el 18 de
junio de 2016.
Datos prácticos:
Acceso: Desde Madrid hay que coger la Carretera de Burgos (A1) hasta la salida 57 en la que veremos la señal del
pueblo de La Cabrera. En total
unos 60 kilómetros.
Enseguida entramos en la Calle de los Colegios, que seguiremos varios
metros, hasta un callejón sin asfaltar a mano derecha (Calle de la Sierra),
en la que dejamos el vehículo. También es posible seguir por la A1 hasta la salida 60 y aparcar en el bar-restaurante del Cancho del Aguila, opción cada vez más habitual.
Desde aquí sube un camino que debemos seguir con tendencia hacia
la derecha hasta un rellano desde el que sale un camino entre las jaras a la
izquierda (hay que ir atentos porque es fácil pasárselo). Este camino enfila ya
directo a la base del Pico de la Miel.
Antes de llegar a la
base el camino se bifurca en dos. El de la derecha se dirige hacia el callejón
Soyermo y debe tomarse para acercarse a la base de las vías Ezequiel, Espolón Manolín, etc. El de la izquierda nos lleva al
sector suroeste del Pico de la
Miel, donde encontraremos la vía Murciélagos en su extremo
izquierdo, compartiendo salida con la clásica Paloma. Si hemos aparcado en el Cancho del Aguila subiremos por el
caminito que pasa al lado de una valla alambre y en escasos cinco minutos nos
lleva al citado rellano.
Dificultad: V+/A1, V+A1e, III, V+, V+.
Longitud: 150 metros aprox.
Horarios: Unos 30 minutos desde el
coche al comienzo de la escalada, la vía se hace bien en unas tres horas aunque
lo que tardemos dependerá mucho de lo que nos entretengamos en los tramos de
artificial. Diez minutos para descender desde la cima del Pico de la Miel
hasta las mochilas.
Material: un juego de friends. Estribos.
Casco. La vía está bastante equipada y todas las reuniones con parabolts con
argolla. No obstante hay que hacer algo de artificial con friends y acortar
algún aleje.
Más información:
- Croquis de
escaladorescabrera.com
No hay comentarios :
Publicar un comentario