Cuarta etapa: Les Contamines – Bourg Saint-Maurice (desnivel positivo: 1560 m., desnivel negativo: 1674 m.). Travesía.
La etapa de hoy nos va a brindar la mejor nieve virgen que hemos pisado hasta el momento. Con buen desnivel y una distancia de 24 kilómetros, descubriremos pendientes perfectas para el esquí de travesía de las que invitan a repetirla con calma para descubrir poco a poco todos sus secretos, y alejados de las zonas más concurridas en invierno, una auténtica delicia. Con sólo decir que recorre tramos del Tour del Mont Blanc y que el comienzo es parte del acceso al histórico Refugio de Conscrits, que permite una ruta de acceso al Mont Blanc muy poco recorrida, podemos hacernos una idea. Cualquiera que haya leído las aventuras de Rebuffat y otros clásicos sabrá de lo que hablamos.
Justo en la curva donde se sitúa el Chalet del CAF podremos coger una navette gratuita que nos lleva a la Estación de Esquí de Fondo Les Contamines, donde empezamos la ruta. Aunque veamos una señal indicando que sólo puede accederse a las pistas de fondo si se está en posesión del forfait, los empleados no nos pondrán ninguna pega siempre que, lógicamente, respetemos la huella marcada para los fondistas. Llanearemos varios kilómetros por las pistas de fondo, sin pérdida pues sólo hay que adentrarse hacia el fondo del valle, hasta enlazar con una antigua calzada romana, a la altura del parking de Notre Dame de la Gorge, donde termina la estación. Poco después comienza la subida adentrándose en el bosque y alcanzamos un puente romano (1425 m.) que permite atravesar una imponente garganta. Este tramo suele ser bastante delicado porque es frecuente encontrarlo completamente helado, hasta el punto de que ni siquiera las cuchillas serán suficientes y los crampones serán la opción más segura. Pese a no ser terreno difícil, una caída aquí puede suponer un accidente serio y de hecho, los habituales de la zona, conocedores del terreno, no dudan en echarse los esquís a la espalda hasta el final de la subida. Todo dependerá de la cantidad de nieve y la dureza del hielo.
Más arriba llegamos dejamos a la izquierda el desvío hacia los refugios de La Tete y de Conscrits, y llegamos al Refugio de Nant Borrant, ya en la Reserva Natural Contamines-Montjoie. El bosque termina y se abre hacia un precioso valle ideal para el esquí, dominado por los planos de La Rollaz (1535 m.). Ya divisamos a lo lejos el Refugio de La Balme (1706 m.), por el que pasamos, volviendo a empinarse el camino, obligando a trazar buenas zetas y quizás a poner cuchillas. La ruta va girando hacia la derecha (suroeste), hasta un farallón rocoso muy evidente porque por su verticalidad siempre está descubierto de nieve. Debemos pasar por detrás del farallón y subir por alguna de las amplias canales que veremos, cuanto más al fondo del valle menos empinadas pero mayor distancia a cubrir, enfilando ya directos hacia el Col du Bon Home, que veremos al fondo. En el Col du Bon Home (2329 m.) las vistas son magníficas. Encontraremos un pequeño abrigo, caseta bien aislada en la que en caso de mal tiempo caben sentadas unas seis personas. Desde el col la subida se suaviza pero continúa hacia el sureste, obligando a hacer un flanqueo delicado en caso de nieve dura por la caída que presenta a nuestra derecha, aunque no es difícil y con buena nieve se pasa sin problemas. Llegamos así al Col de la Croix du Col du Bonhome (2479 m.), aunque en muchos mapas no aparece representado. El viento suele pegar fuerte así que quitamos pieles rápidamente y en un minuto bajamos hasta el Refugio de la Croix du Col du Bonhome (2433 m.), perfectamente visible desde el collado. Está cerrado pero permanece abierta la zona de invierno, perfectamente preparada con todo lo que podamos necesitar siempre que dejemos en el bote la merecida compensación por el trabajo de los guardas.
Tras un breve descanso y un café que nos ofrecen unos franceses instalados en el refugio, comenzamos el que probablemente sea el mejor descenso de la travesía, casi mil metros de bajada por buena nieve poco transformada por su orientación norte a pesar de no haber caído nada desde hace días (más otros quinientos metros de descenso esquiando por carretera). El descenso es siempre en dirección sur, y en caso de dudas hacia la izquierda (sureste), dejando a la derecha el Ruisseau de la Raja, aunque la tentación sea fuerte por los espectaculares merengues de nieve que cubren el terreno, hacia los Chalets de la Raja, en los que encontraremos un puente para cruzar el arroyo y seguir hacia el Refugio-Albergue de La Nova (1543 m.), y finalmente alcanzar la carretera D902, con seguridad cubierta por la nieve hasta bastantes kilómetros más abajo. Toca seguir esquiando por la carretera, a ratos remando, a ratos deslizándonos, en nuestro caso unos 7 kilómetros, hasta que la falta de nieve lo impida. El resto con los esquís a la espalda acortando las curvas de la carretera entre el bosque hasta la barrera que impide el paso de vehículos, en la estación de aguas de Boneval Les Bains (1050 m.), desde donde la carretera está despejada. Desde allí, unos en nuestro coche de apoyo y otros haciendo autostop recorremos los casi cuatro kilómetros que nos separan hasta el hotel que tenemos reservado en Bourg Saint-Maurice (815 m.). Ha sido una jornada memorable, con una sola transición de pieles, buen tiempo, un descenso espectacular y en la que hemos descubierto las inmensas posibilidades de la zona para volver algún día con más calma.
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