Sexta etapa: Champagny en Vanoise – Tignes-Refuge du Col de Palet (desnivel positivo: 1263 m., desnivel negativo: 148 m.). Travesía.
Etapa de travesía pura y dura de unos 13 kilómetros de distancia, en la que prácticamente todo es ascenso. Sólo quitamos las pieles al final, para una bajada muy cortita que nos llevará al encantador Refugio du Col du Palet. Como el pueblo es pequeño no nos será difícil localizar la noche anterior la parada de la navette gratuita que nos llevará, siguiendo la carretera D91B hasta el aparcamiento de Le Bois, en Champagny Le Haut (1470 m.), donde comenzamos la jornada.
Comenzamos a foquear por las pistas de la estación de esquí nórdico Vallon de Champagny le Haut, respetando las huellas para no estropear la actividad de los fondistas. El recorrido es fácil de seguir, simplemente adentrándonos en el valle, dominado al fondo por la Grande Motte (3656 m.) y un poco adelantada, a su derecha, la Grande Caisse (3855 m.), cuya cara norte, dominada por varios glaciares y una impresionante y larguísima arista, podremos contemplar con deleite en los últimos kilómetros de la jornada.
El recorrido es prácticamente llano hasta llegar al Refugio de Le Laissonay (1560 m.), a partir del cual entramos en el espacio protegido del Parque Nacional de La Vanoise, y comienza a haber más pendiente. Unos tres kilómetros más adelante, tras atravesar derrubios de aludes que hacen la progresión menos cómoda, llegamos al Refugio de la Glière (1980 m.), que dejamos ligeramente a la derecha. Unos metros más adelante llegaremos a una ermita desde la que podemos percibir, cubierto por la nieve, el Lago de la Glière. En este punto, giramos decididamente hacia la izquierda (norte), sin necesidad de seguir las amplias curvas que hace el camino de verano que llevamos grabado en el GPS, ya que con los esquís podemos acortar ganando altura en menor tiempo. Al final de la loma llegamos al Chalet du Plan de Seil (2260 m.), en el que hacemos una parada para tomar algo y contemplar la brutal pared norte de la Grande Caisse con su afilada arista. También podemos ver alguna torre de los remontes de la estación de Tignes, bajo la cima de la Grande Motte.
Desde el Chalet du Plan de Seil lo habitual es seguir hacia el este, por las pendientes más sencillas, perdiendo incluso algo de desnivel, hasta afrontar el último tramo más empinado antes de llegar al Col de la Croix des Frêtes (2660 m.). En nuestro caso, como el riesgo de aludes es muy bajo, preferimos continuar en dirección noreste, sin perder altura, para bordear la falda de la Aiguille Noire (pared de roca que queda a nuestra izquierda) y llegar al Col de la Croix des Frêtes, desde el que ya vemos el Refugio du Col du Palet (2587m.), del que nos separa una breve bajada que será la única de la jornada, en la que habrá que visualizar bien el recorrido para que no nos toque remar, en todo caso poco.
El edificio es un clásico refugio de montaña guardado, desde el que, pese a su cercanía a la estación de Tignes, podemos disfrutar de la soledad característica de las montañas que tanto nos gusta, el único alojamiento de nuestra travesía en el que no podremos ducharnos pero en el que, sin duda, mejor sabe la cerveza, muy bien situado para hacer múltiples actividades y descensos sencillos y de compromiso, al gusto de cada cual. Los guardas son très sympha!, y hablan español. Además, cuenta con un baño seco muy bien cuidado y con un sistema de obtención y almacenamiento de energía verde a través de una pila de hidrógeno que ilusionará a los entusiastas de la energía del futuro y dará pie a saludables conversaciones al calor de su chimenea.
Nota: tras haber realizado esta etapa nos daremos cuenta de que es ideal para hacerla en el sentido contrario al aquí propuesto, con esquiadores noveles en el esquí fuera de pista, ya que con un nivel físico y técnico mínimo, nos retornará un disfrute de los que crean aficción. Eso sí, deberemos preveer un largo retorno por carretera.
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