Séptima etapa: Tignes-Val d’Isère – Boneval Sur Arc (desnivel negativo: 9901 m.). Pistas de esquí alpino y travesía.
Hoy toca el último tramo de la travesía que el compañero Fermín ha trazado sobre el mapa con todo detalle para que nada falle. En la etapa esquiaremos más de 85 kilómetros (remontes incluidos) por las pistas de las estaciones de Tignes y Val d’Isère, de los cuales 10 kilómetros y 1000 metros de desnivel serán fuera de pista, abandonando la estación de Val d’Isère por el Col de l’Iseran para bajar hasta Boneval Sur Arc, donde dormiremos en el Chalet del CAF y daremos por terminada una semana fantástica en la que no hemos parado de mover el cuerpo.
Hemos dormido en el Refugio du Col du Palet (2587 m.), porque no nos ha sido posible encontrar ningún alojamiento en Tignes a precios razonables debido a la alta ocupación en la zona, de lo cual no nos hemos arrepentido en absoluto pues el ambiente en el refugio ha sido magnífico. Para empezar esta última etapa toca comenzar poniendo pieles para remontar los escasos 70 metros de desnivel que tenemos hasta el Col du Palet (2652 m.), aunque al ser temprano normalmente serán necesarias las cuchillas, o directamente subir con crampones. La recompensa es que seremos los primeros en pisar las pistas de la mítica estación, totalmente solos, para bajar hasta la urbanización de Val Claret, a unos dos kilómetros de Tignes, donde hemos dejado nuestro coche de apoyo. Nos quitamos todo el peso que hemos necesitado ayer para dormir en el refugio (que debido a la pandemia del Covid no podía proveer mantas para dormir) y sacamos el forfait conjunto para la estaciones de Tignes-Val d’Isère (63 euros) porque la idea es atravesar las dos estaciones hasta acabar en el Col de l’Iseran (2762 m.), el puerto pavimentado más alto de los Alpes, desde donde abandonaremos las pistas y, por el valle opuesto, bajaremos hasta Boneval Sur Arc (1810 m.), al final siguiendo el recorrido de la carretera D902, hasta que se acabe la nieve. Dada la orientación norte de la ladera por la que baja esta carretera, normalmente bajaremos esquiando bastante tramo, no siendo infrecuente que podamos llegar hasta el mismo pueblo con las tablas en los pies. Debido a la habitual alta innivación del valle y a la multitud de aludes que la barren toda la temporada, está cerrada como mínimo siete meses al año.
En cuanto al esquí en el dominio Tignes-Val d’Isère cabe destacar que hay una gran diferencia en entre las dos zonas. En Tignes se esquía muy rápido y con gran nivel. El casco es siempre indispensable pero aquí más, si cabe. El telecabina de la Grande Motte nos deja a 3456 metros de altura, con lo que podemos imaginar los largos descensos que nos esperan y la abundancia de nieve en casi cualquier época del año. Suelen abrir en octubre y la temporada se extiende con facilidad hasta bien entrado el mes de mayo. Además, es posible esquiar en glaciar incluso en pleno verano. Por su parte en Val d’Isère la gente es más tranquila pero todo lo demás es prácticamente igual, incluso la mayor altura que podemos alcanzar con remontes desde el Col de l’Iseran, con el Telesilla Cascade y luego el Telesquí Montet hasta más de 3200 metros. En conjunto, el dominio suma 163 pistas con 300 kilómetros esquiables, sin contar con las mil posibilidades de hacer fuera de pista, en fin, para quedarse a vivir.
Para el descenso final fuera de pista conviene no infravalorarlo porque el cambio de nieve pisada a nieve no tratada puede ser muy acusado si llegamos cansados y en los primeros kilómetros, tras cruzar un puente de la carretera, hay un par de flanqueos con caída importante a la derecha que con nieve dura imponen respeto. Finalizamos así una travesía que calificaré, como mínimo de intrépida, con etapas de travesía muy duras, algunas agradables, y etapas de pista aptas para todos los públicos, según lo que queramos complicarnos, por las mejores estaciones de los Alpes. ¡Inmejorable!
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