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ANETO CON ESQUÍS

El invierno de 2009 ha sido el mejor en unos cuantos años para la práctica del esquí de travesía. De hecho, ha sido tan bueno que habré acumulado más de 25.000 metros de desniveles positivos y algún compañero de los habituales ha superado los 40.000. Vamos que hemos estado todo el invierno dándole bien. Ha sido hasta ahora el mejor de mi vida.

Animados por Luis Martínez y sin hacernos de rogar mucho nos ha dado por participar en alguna competición. Aunque entiendo que la competición es totalmente ajena a los valores fundamentales de la montaña, es otra faceta más que me ha resultado muy divertida y aconsejo a cualquiera. El ambiente es en general muy bueno y he conocido travesías muy bonitas en distintas montañas a las que de otra forma probablemente no hubiera ido nunca.

Empezamos con la XII Cronoescalada Nocturna de Pas de la Casa, organizada por el Club Alpì Andorrà la noche del 13 al 14 de diciembre de 2008. Luego vino la Altitoy 2009 los días 31 de enero y 1 de febrero de 2009, altamente recomendable y que seguro repetiremos. Más cerca de casa participamos en la prueba organizada por el Club Candás en Navacerrada valedera para el Campeonato de Madrid el 14 de febrero. El 28 de febrero, también en Navacerrada, la IV Cronoescalada Rasca patrocinada, como otras, por el Rincón de la Montaña. Y, por último, la penúltima prueba del Campeonato de Madrid, el V Trofeo del Club AlpinoTajahierro, en la estación de Alto Campoo el 15 de marzo de 2009. Pudieron haber sido más pero la Travesía Tres Circos en la Sierra de Gredos al final no se celebró y alguna que nos saltamos porque hay que hacer un poco de todo. Entre medias varias salidas a Pirineos, Picos de Europa, Sierra de la Demanda, Gredos.

Para acabar la temporada planteamos subir al Aneto por la vía normal de la Renclusa y el Portillón Superior y bajar luego por el Glaciar de Aneto y el Forau de Aigualluts, la ruta con esquís más clásica de los Pirineos. Sin ser en ningún momento difícil sí es dura pues acumula casi 1.700 m. de desnivel de subida y otros tantos de bajada. El descenso, si tenemos suerte de cogerlo con buena nieve, sería para repetirlo mil veces. Nos sentimos en forma y para disfrutar más el descenso decidimos hacerlo en el día con poco peso aunque también se puede dividir en dos etapas, durmiendo en el Refugio de la Renclusa.

Aprovechando el puente del 1 de mayo, bendito día del trabajo, salimos el día de fiesta de Madrid hacia Benasque (unas seis horas) Miriam López, Eduardo, Luis Martínez, Luis González y Pablo Parrón. Nos tomamos el viaje con calma y comemos tirados en una especie de parquecillo a la salida de Huesca unos bocatas con pan recién comprado. Llegamos tranquilamente a Benasque y damos una vuelta por el pueblo cayendo en la tentación de entrar en alguna tienda. Antes de que anochezca llegamos al Camping Municipal de Benasque. Aunque no está abierto se puede pasar la noche bajo unos buenos techos en un edificio a la entrada, aunque también hay bastante gente con furgonetas y alguna tienda. El camping está en el desvío de la pista que va al Valle de Ballibierna, mejor acceso para el Corredor Estasen o la normal del Aneto por este valle hasta el Collado de Coronas, más entretenida que la normal por la Renclusa y muchísimo menos frecuentada.

El tiempo no está nada claro y cuando nos metemos en los sacos se levanta algo de viento. Enrollado en el saco de plumas doy alguna vuelta para contemplar las estrellas cada vez más tapadas por las nubes. A lo largo de la noche hay ratos en los que un tintineo suave despierta los sentidos, está lloviendo pero es muy suave y no parece que vaya a más. Siete horas durmiendo mejor que en casa y a las 6,00 h. suena la alarma.

Empieza a amanecer y está muy nublado pero no llueve ni hace frío. Desayunamos rápidamente y nos montamos en el coche para subir hasta los Llanos del Hospital. Desde aquí mismo más de un metro de nieve cubre la pista y empezamos nuestra excursión.

Con las pieles bien colocadas desde la noche anterior, comenzamos por la pista en suave ascenso al lado de las huellas de esquí de fondo. Un placer de esta travesía es que no hay que hacer ningún cambio de pieles. Desde el principio hasta la cima del Aneto, donde se quitan las pieles, y directo hacia abajo hasta el punto de partida, sin tener que volver a colocar las pieles ni una sola vez. Son casi las ocho y, aunque no cae ni una gota, está tan nublado que no podemos dejar de pensar en la posibilidad de que en cualquier momento se jorobe el tema y haya que darse media vuelta.


La pista lleva hasta un llano amplio, el Plan de Están. Nada más empezar el llano giramos ligeramente hacia la derecha para ganar altura en travesía ascendente. Tras una zona de pinos llegamos directos al Refugio de la Renclusa (2.140 m.). Si hay buena huella no hay problema pero si no es difícil acertar con la salida directa al refugio y a poco que nos descuidemos saldremos más arriba. Hoy, dos de mayo, un buen reguero de esquiadores nos precede, muchos ataviados con monos de competición que dan un alegre y colorido tono al recorrido. Hasta aquí unas dos horas y 400 metros de desnivel.


El pequeño refugio al lado de la Renclusa, casi imperceptible por la enorme masa de nieve que lo engulle, da idea de la masa blanca que nos rodea. Tomamos unas barritas y algún caramelo y en poco más de diez minutos salimos en dirección SO camino de un gran bloque que destaca entre la nieve y que se conoce como la Piedra del Marqués. La pendiente se va pronunciado poco a poco y seguimos en dirección SO hasta el paso del Portillón Superior (muy raro sería que no hubiera huella), una brecha que da acceso al Glaciar del Aneto (2.850 m.). Un buen atasco para bajar por el Portillón nos entretiene una buena media hora. Con los esquís a la espalda y cada cual como mejor lo ve unos bajan con crampones, otros con piolet y todas las combinaciones posibles, y siempre con precaución. Son unos 40 metros de destrepe sencillo en un ambiente totalmente pirenaico, hasta llegar al Glaciar del Aneto, desde donde ya se ve claramente la larga travesía que queda hasta la cima. Desde que salimos del refugio hasta aquí las nubes se han ido disipando y ahora luce un sol radiante, cosas de la naturaleza, pero no más que nuestras caras al ver la bajada que nos espera.

Hace ya un rato que Eduardo nos ha abandonado porque en una mala pisada en la nieve profunda se ha hecho daño en la rodilla y prefiere volverse. El compañero sube con raquetas y hay tanta nieve que prácticamente nadie sube hoy sin esquís o raquetas, la subida a pelo es una pequeña proeza y si las raquetas son pequeñas tampoco deben hacer buen apaño.

Después de todas las salidas de esta temporada subimos fuerte y no tardamos mucho en empezar a sudar como pollos, hasta que llegamos a la entrada del Paso de Mahoma, donde nos quitamos los esquís y nos ponemos a la cola de la auténtica muchedumbre que estamos aquí reunidos. Uno por uno vamos pasando los bloques horizontales de la fina línea que nos separa de la cima del Aneto y que vemos claramente. Si bien el paso no es difícil (II-), la verticalidad de los precipicios que se abren a cada lado puede hacer aconsejable el uso de la cuerda, pues un mareo aquí no sería buena cosa. Como tampoco es buena cosa la impaciencia cuando alguien va más lento, causa de accidentes absurdos o malos ratos, cuando aquí todos venimos a lo mismo, a disfrutar. Y quien no quiera aglomeraciones tiene unas cuantas recetas para llegar hasta este punto por otras rutas (véase Corredor Estasen o cresta Salenques-Tempestades).


En la cima el tiempo es perfecto y nos tomamos nuestro tiempo para tirar unas cuantas fotos y disfrutar de la panorámica. Vuelta otra vez por el Paso de Mahoma y antes de comenzar el descenso aprovechamos para comer algo. Nos esperan 1.600 metros de desnivel, todo descenso por nieve virgen. A pesar de las numerosas trazas de gente que ha bajado antes, siempre es posible ir por zonas sin huella y el descenso es evidente, primero por el Glaciar de Aneto y luego hacia Aigualluts donde la pendiente se relaja y no queda más que seguir hasta La Besurta y tomar la pista, ahora inexistente por la nieve, hasta los Llanos del Hospital, de donde partimos hace unas 10 horas. Se dice que es el mejor descenso en esquís del Pirineo y se puede hacer hasta junio o incluso julio en años excepcionales, si bien al final de temporada hay que prever que la nieve nos abandonará normalmente a la altura de Aigualluts.


Disfrutamos el largo descenso como corresponde al último grande de una temporada perfecta con una nieve polvo de envidia. Al final la nieve se presenta más paposa por el efecto del calor que nos ha acompañado casi toda la jornada y un par de enganchones a toda velocidad me hacen dar sendas vueltas de campana al más espectacular estilo free ride con aterrizaje de emergencia incluido. Con nieve hasta las orejas después de cada revolcón lamento haber subido tan rápido y no haber reservado más fuerzas para la bajada, algo que no olvidaré para la próxima porque esta actividad es de las de repetir más de una vez.

Datos prácticos:

¿Cómo llegar a Benasque?

Desde Madrid por la Nacional II hasta Zaragoza y luego desvíos sucesivos hasta Huesca, Barbastro, Graus y, por fin, Benasque. Desde Benasque continuar la carretera recto dejando a la derecha el desvío a las pistas de esquí de Cerler y tomando más adelante el desvío hacia el Hospital de Benasque. Si la pista está abierta, normalmente a final de temporada, se puede seguir hasta la Besurta. En total, unos 550 kilómetros y entre seis y siete horas de viaje.

Dificultad: Las únicas dificultades técnicas en la ascensión al Aneto por la ruta normal de La Renclusa las encontraremos en el descenso del Portillón Superior, con los esquís a la espalda y, según las condiciones, crampones y/o piolet (normalmente una escalera de nieve poco difícil), y el Paso de Mahoma (II), no difícil pero con un patio impresionante a ambos lados, en el que no hay que dudar si no se ve claro en usar la cuerda. En lo que toca al esquí, la bajada no es difícil y las caídas normalmente no serán expuestas. Algo más de cuidado en el tramo desde el Paso de Mahoma hasta las cercanías del Collado de Coronas, es decir, al principio. Apto para cualquiera con un nivel mínimo aunque de ello dependerá en gran medida el placer de la actividad (BEA-S2).

Desnivel: Desde el Hospital de Benasque hasta el Refugio de la Renclusa unos 400 metros. De la Renclusa a la cima del Aneto unos 1200 metros. Todo del tirón unos 1.600 metros de desnivel. Lo mejor de hacerlo en una etapa es que podemos ir con el material de excursión de un día y disfrutar el descenso con menos peso. Además, si se hace noche en La Renclusa hay que contar con que a la bajada no pasamos por allí, con lo que habrá que cargar el día siguiente con el mismo peso. Lo peor, que es una paliza soberana si no se está algo entrenado.

Horarios: Desde el Hospital de Benasque hasta la Renclusa 1,30-2 h. Desde la Renclusa hasta la cima entre 4 y 6 horas. Unas dos horas para el descenso hasta la Besurta y una media hora más hasta el Hospital de Benasque. Nosotros tardamos diez horas. En general, contando descansos, prever entre 10 y 14 horas.

Material: crampones, arva, pala, sonda, y casco para el descenso. Aunque el piolet no es imprescindible, pues vamos con los esquís y bastones, podemos añadir piolet ligero, y arnés y cuerda o cordino (de 30 metros más que suficiente) para el Paso de Mahoma.

Más información:

- Desnivel nº 198, mayo 2003. Pág. 58.

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