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COMBINACIÓN ANÓNIMA (JIMÉNEZ-GUTIÉRREZ)/PATAPALO – AGUJA SIN NOMBRE – LA CABRERA

Escalar confinados en la Comunidad de Madrid, en plena pandemia mundial causada por el Covid-19, se ha convertido en una auténtica aventura para evitar la masificación que el encierro ha producido en todas las zonas naturales del territorio autonómico. Si las agujas de la Sierra de La Cabrera son ya de por sí bastante solitarias en comparación con su risco más emblemático, el Pico de La Miel, el hecho de elegir además una vía prácticamente desconocida y rara vez repetida nos garantiza la aconsejada soledad que la situación sanitaria exige.

La cara este de la Aguja Sin Nombre cuenta con varios itinerarios, de los que sólo uno (la vía Este) tiene una entrada que no admite confusión, pues está marcado por una placa de la asociación Escalada Sostenible y los servicios forestales de la Comunidad de Madrid. El resto de vías abiertas en esta cara se repiten poco, muy poco, por lo que los intrépidos que las recorran encontrarán escaso equipamiento fijo, roca delicada en algunos tramos y abundante musgo y liquen en otros, lo que las convierte en pequeñas aventuras al alcance de cordadas curtidas. La orientación aconseja escalar por las mañanas en invierno y por las tardes en verano (sombra asegurada a partir de las 14,00 h.).


De todas las vías de la cara este hay una que ni siquiera tiene nombre, pues se desconoce tanto la fecha de su apertura como la identidad de los autores. Sólo una mención en el croquis de la vía Maceta publicado por Víaclásica.com, da fe de su existencia. Pretendemos hoy escalar la primera parte de esta ruta, cuya dificultad nos es desconocida, para seguir hasta la cima por el trazado de la vía Patapalo, abierta en octubre de 1994 por Alberto Gil y Eduardo Tejerina, de la que sí podemos encontrar cierta, aunque concisa, información.

Al llegar a la Aguja Sin Nombre, identificamos con facilidad el extraordinario Diedro de la Deportiva en su cara sur. Si recorremos el pie de la aguja por su parte derecha (este) veremos enseguida la plaquita de la Comunidad de Madrid que marca el comienza de la vía Este, y si seguimos avanzando unos cuarenta metros veremos una característica placa totalmente lisa al lado de una encina. Por la izquierda de esta placa comienza la vía Patapalo, y a la derecha de la encina comienza la vía anónima. Además, desde el suelo, es visible la reunión, justo por encima de un techito fisurado, en la que finalizaremos el primer largo.

El primer largo (V+/A2) se inicia a la altura de la encina, montándonos en una laja separada de la pared que forma una pequeña repisa por la que tenemos que hacer una travesía de un par de metros hacia la izquierda y que, para ser el comienzo, ya tiene su gracia. Seguimos recto, por una fisura musgosa, en dirección al evidente techito sobre el que se encuentra la reunión. Aunque no podemos confirmar la dificultad en libre, con seguridad ronda el sexto grado en terreno delicado, y cuando la cosa se pone difícil toca tirar de estribos hasta alcanzar los cochambrosos buriles que permiten llegar al techo. Antes de llegar al primer buril habrá que colgarse de uno o dos friends, cuya colocación hay que buscar bien (motivo por el que graduamos como A2). Los buriles nos servirán como apoyo para progresar pero es indispensable seguir colocando cacharros por la fisura de la izquierda porque el estado de los mismos, y de las chapas caseras que abrazan no es garantía de nada. Tras el tercer buril toca abandonar los estribos para hacer travesía hacia la izquierda hasta alcanzar la reunión. La omnipresencia de musgo y liquen, que dificulta todos los pasos, y las pequeñas travesías del largo, no lo hacen aconsejable para un segundo sin cierta experiencia.


El segundo largo (V+) corresponde ya a la vía Patapalo. La salida es clara pues hay que dirigirse hacia un parabolt a un par de metros con un pequeño apretón que podemos proteger con un friend mediano y que supone el paso más difícil del largo (V+). El resto no supera el IV grado pero requiere atención para dirigirse hacia unas encinas en las que montaremos la reunión. La dificultad estriba más en escoger el itinerario, pues se trata del típico terreno que admite el paso por cualquier parte, y en sortear los bloques sueltos y lajas inestables que caracterizan esta parte de la pared. La ausencia total de cordinos o cualquier otro vestigio de reunión en el grupo de encinas al que llegamos es testigo claro de lo poco que se recorren estas vías.


Un tercer largo (IV+) de transición y con tendencia hacia la izquierda nos lleva al conocido como “paso del bocadito” en el que confluyen todas las vías del risco, donde montamos una reunión rápida para esperar el paso de una cordada que nos precede tras haber escalado el Diedro de la Deportiva, para hacer el último largo (IV+) que nos lleva a la antecima de la Aguja Sin Nombre, donde encontramos el rápel que permite el descenso por la cara oeste. Otra opción para llegar al rápel y/o subir hasta la estrecha cima del risco puede consultarse en la reseña de la vía Este.


El descenso se hace rapelando por la cara oeste unos 30 metros y destrepando la parte final, algo expuesta (IV), o bien alargando el rápel unos 10 metros más hasta enlazar con el caminito de bajada, si bien esta opción puede dificultar la recogida de las cuerdas. En no más de diez minutos estamos de vuelta para recoger las mochilas.

Actividad realizada el 12 de diciembre de 2020 por Luis Martínez y Pablo Parrón.


Datos prácticos:

Acceso: por la A1 salimos desde Madrid hasta el kilómetro 57, salida a La Cabrera. Atravesamos el pueblo y al final, a la izquierda está la calle de los Colegios, donde normalmente dejamos el coche para subir al Pico de la Miel. Para las agujas es mejor, desde aquí, localizar la calle Encerrada y seguirla hasta que se convierte en pista y llega a una explanadita donde podemos aparcar. Las agujas están enfrente y si vamos con atención un senderito a veces poco claro llega hasta ellas en media hora larga y de cuesta empinada.

Dificultad: V+/A2, V+, IV+, IV+.

Longitud: aproximadamente 90 metros.

Horarios: un par de horas para la vía, 30-40 minutos la aproximación y 30 minutos la vuelta.

Material: un juego de friends y fisureros. Estribos. Casco. En toda la vía encontraremos tres buriles muy deteriorados en el primer largo, y un parabolt a la salida del segundo largo. Sólo están montadas la primera y la última reunión (que además es el rápel de bajada). Las reuniones intermedias se montan con facilidad pasando un lazo por los arbolitos que encontraremos. 

Más información:

Poca información encontraremos de esta vía. Únicamente una mención en el croquis de la vía Maceta publicado por Víaclásica.com, y el croquis de la vía Patapalo en la imprecisa Guía de Escaladas en La Sierra de La Cabrera, de la Federación Madrileña de Montañismo, publicada por Desnivel Ediciones, pág. 85. 

Nota:

Con fecha 28 de octubre de 2021, Emilio Gutiérrez, uno de los aperturistas de la vía que en esta reseña denominamos “Anónima”, indica el nombre correcto y fecha de apertura de la misma en un mensaje en la web Viaclasica.com, que reproducimos literalmente:

“En el croquis de la vía Maceta de la Aguja sin Nombre, figura otra vía situada entre la patapalo y el diedro chileno, marcada como anónima. Esa vía la abrimos Manuel Jiménez (Manolín) y yo en el año 1975-76, la llamamos vía Jiménez-Gutiérrez”. 

 

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