Las pendientes de los montes Shele y Miketi son la imagen más icónica que vemos desde las pistas de esquí de Gudauri, objeto de culto para los freeriders de la zona. Sin embargo, a pesar de la temible inclinación que sus laderas aparentan cuando las vemos desde las pistas, la realidad es mucho más amable y no superan los, para nada despreciables, 30-35 grados. El mayor peligro que presentan es con seguridad la exposición a las avalanchas, hasta el punto de que con cierto riesgo lo más aconsejable es descartar totalmente tanto la subida como el descenso por cualquiera de sus palas, o al menos limitarse a las zonas menos expuestas del Shele.
Como la subida a cualquiera de las dos cumbres exige un esfuerzo nada desdeñable, no son pocos los esquiadores que recurren a la ayuda del helicóptero, de hecho, cuando las condiciones son buenas veremos como la empresa Caucasus Heliski hace unos cuantos viajes a lo largo de la jornada desde su base en Gudauri.
Desde el punto de la pista de acceso en el que dejemos el coche, conviene mirar en el track GPS de la ruta el punto en el que se cruza el rio Aragvi, ya que es normalmente el más aconsejable, y aun así hay que contar con que en ciertos momentos, según el caudal, puede ser inevitable tener que meter los pies en el agua, aunque lo habitual será poder salvar el torrente con un par de saltos sobre piedras.
Una vez sorteado el curso de agua avanzamos hacia el collado que vemos al fondo, bastante claro porque es la única zona en la que no hay árboles. Vamos haciendo zetas por una buena pendiente, normalmente barrida por algún alud, hasta alcanzar el collado, por el que pasamos al otro lado y vemos un valle oculto desde cualquier otro punto, por el que seguimos hacia la derecha flanqueando una pendiente pronunciada sin perder ni ganar altura. El valle se va abriendo y tenemos a nuestra izquierda un riachuelo en el que podemos coger agua de ser necesario. Más adelante vemos un banderín naranja clavado en la nieve que marca el punto de recogida de los clientes del heliski, a la vez que el giro a la izquierda que debemos realizar para afrontar lo que queda de subida, por donde lo veamos menos empinado, hasta el collado que separa el Sheli del Miketi. En nuestro caso, desde el collado seguimos por el cordal hacia la izquierda hasta la cima del Sheli. Una pirámide de metal señala el punto más elevado de la loma, perfecto para tomar algo antes del descenso y deleitarnos con una de las panorámicas más hermosas de la zona.
Para la bajada la única regla fundamental a seguir es atravesar de uno en uno y con las debidas precauciones cualquier punto que nos parezca susceptible a desencadenar cualquier colada o alud. Por lo demás, la pendiente es bastante uniforme y podemos afrontarla por donde mejor nos parezca que está la nieve, sin miedo a grandes saltos o barrancos inesperados. Todos las bajadas acabarán de una u otra forma en el banderín de recogida del heliski. Aún nos quedan casi 500 metros de descenso. Tendremos que volver a recorrer el valle oculto que nos lleva al collado que da paso a las pendientes finales hasta el punto de partida, para lo cual deberemos volver a hacer equilibrismos y cruzar el río Aragvi hasta la pista de acceso en la que habremos dejado nuestro vehículo o el taxi contratado para la vuelta. Si la nieve acompaña habremos hecho uno de esos descensos que no se olvidan fácilmente.
Datos prácticos:
Acceso: desde Gudauri cogemos la carretera en dirección Tblisi y en la última curva cerrada hacia la izquierda la abandonamos por una pista a la derecha que debemos seguir unos cuatro kilómetros o hasta que las condiciones lo permitan. Normalmente está habilitada una pequeña zona para dejar el coche. La entrada a la pista es inconfundible porque suele estar llena de quads aparcados de una empresa de turismo activo. Aunque se puede recorrer la pista con un coche normal con ruedas de invierno, según el estado puede ser más o menos complicado.
Dificultad: se trata de pendientes bastante mantenidas pero no superan los 30 grados ni tienen saltos o barrancos que las interrumpan, con lo que a pesar de su aparente verticalidad vistas desde Gudauri la actividad se puede considerar de dificultad media. Otra cuestión es la exposición por el riesgo de aludes, menor en general cuanto más nos acerquemos al Monte Shele, el que queda a la izquierda desde el collado.
Desnivel: unos 900 metros de desnivel positivo hasta la cima del Monte Shele (2550 m.) y hasta 300 metros más si subimos por la arista hacia el Monte Miketi (2850 m.).
Horarios: unas tres horas subiendo con calma al Monte Shele y una hora para la bajada.
Material: esquís, bastones, pieles, arva, pala y sonda.
Más información:
VOLVER AL ÍNDICE (GUDAURI - GEORGIA - EL CAÚCASO)
Actividad realizada el 8 de marzo de 2025 por Francisco Briones, Angel Santamaría, Raúl Montes y Pablo Parrón.
No hay comentarios :
Publicar un comentario