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MICKEY MOUSE – MONDALINDO – BUSTARVIEJO

En cuanto nos enteramos de que durante el segundo semestre de 2024 se ha abierto una nueva vía en el Cancho del Mondalindo, con la firma de Luis A. Santos y Rocío L., no dudamos en ponernos en contacto con ellos, quienes amablemente nos pasan la información necesaria para repetirla. 

 

Se trata de una ruta muy atractiva al situarse en una de las zonas de escalada menos masificadas de la sierra madrileña, en la que normalmente no encontraremos grandes aglomeraciones. Aunque las paredes del Mondalindo no tienen la continuidad del cercano Pico de la Miel, ofrecen igualmente tramos muy verticales, placas de adherencia con distintas inclinaciones y longitudes superiores a los cien metros.

Los característicos agujeros que podremos contemplar al acabar la escalada han dado nombre a la vía, a sugerencia de la hija de los aperturistas, que muy acertadamente vio representada la cara de Mickey Mouse. Se trata de una escalada de cuatro largos semiequipada, aunque será necesario completar la protección con medios propios en algunos tramos.

Desde el aparcamiento que encontraremos al final de la Urbanización La Pesquera, en el municipio de Bustarviejo, el acceso es evidente, en unos veinte minutos, hasta el sector occidental de las paredes, punta de partida de la Mickey Mouse. Una buena referencia para localizar el primer largo es el Espolón Sorpresa (del que hay muchas referencias en la web), ya que la Mickey Mouse comienza unos 40 metros a la izquierda, por una placa con una sola línea de parabolts.

El primer largo (V-) supera una placa de adherencia muy bien protegida con parabolts en su totalidad, obligada pero siempre a distancias más que razonables para que la escalada sea segura. Aunque hay algunas zonas con musgo, no dificultan para nada la progresión. En general es bastante asequible y va tumbando según se gana altura, hasta llegar a la reunión, claramente visible ligeramente a la derecha, al pie de un pequeño resalte (dos parabolts, sin argollas).

El segundo largo (V+) se inicia escalando el resalte vertical en el que está situada la reunión. Sin ser excesivamente difícil, requiere colocarse bien para que no se nos atragante (V+) y alcanzar rápidamente un parabolt perfectamente emplazado para evitar un factor dos en caso de caída. Veremos el siguiente seguro unos metros por encima y hacia la izquierda, lo que nos obliga a meternos en una placa lisa bastante peleona en sus primeros metros. Es posible colocar un friend mediano entre los dos parabolts, más que aconsejable si el terreno está húmedo. Seguimos la línea de parabolts, ya por placa más sencilla, hasta que tumba tanto que ya no puede vernos el compañero desde la reunión. En la segunda parte del largo es probable que tengamos dudas de por dónde continuar pero no queda más que seguir lo más evidente, con tendencia hacia la izquierda, hasta llegar a la reunión (dos parabolts sin argollas).

El tercer largo (6b, o 6a/A0) es el largo clave de la vía. Está bien protegido pero conviene llevar tres o cuatro friends variados para acortar algún aleje entre chapas, y sobre todo para proteger la sencilla travesía del final y evitar un posible péndulo peligroso a los segundos de cordada. Seguimos la línea de seguros por una bonita placa, bastante asequible al comienzo, hasta que en los últimos metros se empina decididamente y incrementa la dificultad hasta el 6b. Es posible escalar los metros más difíciles a la izquierda de la línea de chapas, lo que reduciría la dificultad a 6a y obligará a estirarse bastante para asegurarse en los parabolts, ya que no hay otra alternativa de aseguramiento. Terminado lo más duro, iniciamos una travesía sencilla hacia la izquierda, perfectamente protegible con friends, hasta alcanzar la reunión (dos parabolts con argollas).

 

El cuarto y último largo (6a+) probablemente sea el más bonito. Una salida apretada (V+), porque es el típico paso que te echa hacia el lado contrario al que quieres ir, pero bien asegurada, da paso a una placa a nuestra izquierda que a vista parece dificilísima y los aperturistas gradúan como 6a+. No podemos corroborarlo porque es posible ascender por una bonita canal a la derecha (V+) fácilmente protegible aprovechando los seguros de la placa. A la salida de la canal quedan dos tramitos de placa muy adherente (V+) hasta llegar a la reunión (dos parabolts con argollas). A un par de metros de la reunión podemos contemplar los agujeros con la forma de Mickey Mouse que dan nombre a la vía.

El descenso se hace andando hacia la izquierda (oeste), en dirección al camino de subida, o bien de forma más directa hasta el pie de vía, para lo que habrá que buscar el mejor itinerario con cuidado, sobre todo si la roca está mojada.

Actividad realizada por Luis González, Luis Martínez y Pablo Parrón, el 2 de noviembre de 2025.


Datos prácticos:

Acceso: desde el pueblo de La Cabrera, a 60 kilómetros de Madrid por la A1, seguimos hacia Valdemanco por la M610, bonita carretera que recorre la falda de la sierra, y continuamos otros dos kilómetros y medio hacia Bustarviejo, desviándonos a la derecha por la Urbanización La Pesquera, donde aparcamos justo enfrente del Mondalindo. Un camino empinado en la parte final nos deja al pie de la pared en poco más de 20 minutos.

Dificultad: V-, V+, 6b (o 6a/A0), 6a+ (o V+).

Longitud: 150 metros aproximadamente. Todos los largos son de unos 30 metros, menos el segundo, que es casi el doble.

Horarios: la subida al pie del Mondalindo desde la Urbanización la Pesquera unos 20 minutos. Un par de horas para la escalada y media hora larga para el descenso hasta el coche.

Material: vía bastante equipada aunque es aconsejable llevar varios friends medianos. Reuniones equipadas con parabolts, las dos últimas con anillas para poder rapelar.

 

SCUZZULETTA – PUNTA MACAO – BAVELLA - CÓRCEGA

De entre las numerosas zonas de escalada que podemos encontrar en la isla de Córcega, la zona de Bavella deberíamos considerarla como imprescindible, ya que en unas vacaciones normales será imposible visitarlas todas. Se encuentra en el centro-sur de la isla y permite escalar en uno de los mejores granitos del mundo, rodeados de paisajes de ensueño hacia los cuatro puntos cardinales, y en todas las modalidades que podamos desear, desde deportiva bien equipada a cinco minutos del coche hasta vías de aventura de gran longitud con duras aproximaciones. 

Hace años escalamos en la Punta Macao, y el buen recuerdo, la sencilla aproximación para los estándares de la zona, y la posibilidad de experimentar la gratificante sensación de surcar los característicos tafonis de la isla nos impulsan nuevamente a repetir esta vertical punta que obliga a escalar para alcanzar su punto más elevado. Además, tendremos sombra gran parte del día, incluso en verano.

El Col de Bavella se encuentra en el centro-sur de la isla y se alcanza fácilmente desde muchos puntos, según la ruta que estemos haciendo. Propriano, Porto Vecchio o Solenzara son buenos puntos de partida. Si llegamos desde la vertiente occidental de la isla, pasando por Zonza, a la derecha del collado hay un parking de pago y a la izquierda otro junto a un albergue, con entrada algo delicada para los vehículos.

En el collado es bien visible la estatua a la virgen de Notre Dame des Neiges, tras la cual se extiende una bonita pradera. Desde la pradera que hay detrás de la virgen dirigirse hasta el final y abandonarla por la derecha en el sentido de la marcha dejando atrás los sectores de deportiva y más adelante el Pilastru di l’Alba. Tendremos que ir eligiendo los caminitos más evidentes, que en algunos puntos no lo son tanto, y pocos minutos más tarde llegaremos al pie de la Punta Macao. En total unos 20 minutos de aproximación.

En la pared se han abierto tres vías hasta la fecha, de izquierda a derecha Aïoli Bar, Occitanista y finalmente, Scuzzuletta, la que hoy pretendemos escalar. 

El primer largo (V+) comienza en una clara chimenea-fisura unos cuatro metros a la derecha de dos parabolts que pertenecen a la primera tirada de Occitanista, fácilmente localizable bajo un techo característico hollado por varios agujeros. La chimenea puede hacerse encajado, aunque para quien se atreva es más sencillo hacerla ligeramente por fuera, hasta que se va estrechando y llega a un árbol que normalmente tiene un cordino alrededor de su pequeño tronco, visible desde el suelo, en el que podemos asegurar. Por encima del árbol aparece a la derecha un estético muro repleto de tafonis por el que continuamos la escalada hasta que al perder verticalidad permite ver un arbolito que alcanzaremos tras algunos bloques y pequeñas placas. Podemos montar la reunión en el arbolito, aunque pincha de lo lindo y también es posible llegar hasta una instalación visible a pocos metros después de atravesarlo.

El segundo largo (V) comienza saliendo de la reunión hacia la derecha, donde enseguida veremos algún cordino en puentes de roca, y asciende superando bonitos tafonis que ofrecen agarres inmejorables para las manos y puentes de roca normalmente laceados para indicar el recorrido. Montamos la reunión con un lazo en un bloque que no queda muy bien y reforzamos triangulando con dos friends pequeños en un pequeño nicho bastante cómodo y con hierbita para los pies.

El tercer y último largo (V-) sale de la reunión nuevamente hacia la derecha, para no meternos en el último largo de Occitanista, del que probablemente veamos alguna chapa a nuestra izquierda. Sigue superando preciosos tafonis que ofrecen tantas posibilidades para la escalada que nos costará elegir el trazado, aunque ya sin pérdida y con tendencia hacia la izquierda al final hasta alcanzar la cima de la Punta Macao. Montamos reunión laceando un bloque.

Si durante el ascenso las vistas que disfrutamos en todo momento del mar, la impresionante Tafunata di Paliri, y gran parte de las agujas de Bavella son espléndidas, la llegada a la cumbre las magnifica aún más cuando vemos las tremendas canales y paredes de la vertiente opuesta a nuestra subida, todo bañado por los preciosos bosques de pinos y maquis característicos de Córcega. Toda una delicia para los sentidos que hará de nuestra escalada una experiencia inolvidable.

El descenso se hace rapelando por las tres reuniones de Occitanista. Las tres tienen dos parabolts unidos con cordinos y un maillón para rapelar. Es más que aconsejable hacer los tres rápeles, bajando atentos para no pasarnos ninguna instalación, porque de lo contrario, la forma de la pared y la multitud de formas caprichosas de los tafonis hacen que sea altamente probable tener problemas serios para recuperar las cuerdas.

Actividad realizada por Beatriz Peña y Pablo Parrón, el 20 de septiembre de 2025. 

Datos prácticos:

Horarios: la aproximación 20 minutos y la escalada y el descenso en rápel unas tres horas. A nosotros se nos complicó la bajada para recuperar las cuerdas y tardamos bastante más.

Longitud: 100 metros aprox. Los largos tienen unos 30 metros y conviene no hacerlos más largos para evitar problemas con las cuerdas. 

Dificultad: V+, V, V-. Escalada fantástica, con predominio de los tafonis, que ofrecen multitud de agarres. La adherencia del granito es realmente sorprendente. Los tafonis son agujeros en la roca que se forman por la separación de un cristal que deja un hueco posteriormente horadado por la acción del viento y el agua cargada de sal propios de la isla. Forman un paisaje muy bonito y característico de muchas escaladas en Córcega.

Material: vía totalmente desequipada, aunque encontraremos muchos lazos en puentes de roca que indican el itinerario correcto, y muchos otros en los que lacear nuestros propios seguros. Las reuniones las montamos con friends y/o puentes de roca. En consecuencia, llevar un buen puñado de cintas largas, y un juego de friends. Aconsejable doble cuerda. Casco.

Más información:

- Bavella, la isla montaña.
- Falaises de Corse. 1700 voies sur 50 sites, editada por CR FFME, B. Maurin y T. Souchard. Págs. 94-95.
- Bavedda. Aiguilles entre ciel et torrents. Escalade – Rando – Canyon, de Jean-Louis Fenouil y Jean-Paul Quilici, Editorial Vtopo. Págs. 38-39 (atención, en el croquis, donde dice Occitanista debe decir Aïoli Bar, los nombres están cambiados. Scuzzuletta va a la derecha de Occitanista). Este libro es una pequeña joya sobre Bavella, muy buenas fotografías y bonitas acuarelas para ilustrar los itinerarios. Para tenerlo en la biblioteca y soñar de vez en cuando.

 

LOS TERCEROS TAMBIÉN EXISTEN – MALLO LA MORA - PEÑA RUEBA

En el Prepirineo encontramos una concentración de escuelas de escalada que se caracterizan por su peculiar roca de conglomerados, destacadamente los Mallos de Riglos, los Mallos de Agüero y Peña Rueba. Esta última, cada vez más visitada, ofrece un buen número de vías en las que podemos explorar nuestros límites sin miedo a meternos en un marrón de consecuencias imprevisibles, gracias a su buen equipamiento, con distancias entre seguros más que razonables, y sobre todo a la concepción con que los equipadores han desarrollado las líneas, concebidas la mayoría para poder pasar en artificial los pasos de dificultad superior al V grado.

Como no estamos escalando mucho últimamente y alguna lesión en proceso de cura nos impide forzar demasiado (para nosotros un sexto ya lo es), nos dirigimos a la pared sur de Peña Rueba, donde queremos repetir la vía “Los terceros también existen”. Aunque el nombre de la ruta sugiere una simple trepada, la realidad es que algunos pasos de cuarto y quinto grado vamos a encontrar, eso sí, puntuales y siempre perfectamente asegurados, lo que la hace muy recomendable para cordadas que estén empezando en la escalada de largos. 

Los terceros también existen” fue abierta y equipada en el año 2004 por la prolífica cordada Sendero Límite formada por Julio Benedé y Luis Royo, a quienes agradecemos una vez más el esfuerzo realizado. Como otras vías de Sendero Límite, el equipamiento es excelente y no encontraremos ningún paso superior a V+ que no pueda ser superado en artificial sencillo, aunque en el caso de la vía que hoy nos ocupa tampoco nos importa demasiado porque en ningún momento sobrepasa el quinto grado. La vía acaba en la cima del Mallo La Mora, desde donde podemos si queremos continuar otros dos largos sencillos hasta la cima de Peña Rueba o iniciar el descenso.

La aproximación desde el último aparcamiento en la pista de acceso, al lado de una gran balsa de agua, no ofrece dificultades ya que la pared está justo enfrente y a la vista. Desde el aparcamiento andamos por la pista unos quinientos metros hasta que veamos un poste de madera con una flecha y la inscripción “Peña Rueba”, desde el que sale un caminito que nos va aproximando hacia la parte occidental de la pared sur de la tapia. Cuando ya estamos cerca de la pared tendremos que girar hacia la derecha para recorrer su base por alguno de los caminos que la surcan e ir acercándonos hasta el comienzo de nuestra ruta. Si damos con los caminos correctos veremos alguna piedra con la inscripción “III E” indicando el punto de partida de la escalada. Una piedra con la misma inscripción veremos justo en el pie de vía. Tardaremos una media hora.

El primer largo (IV) tiene buena roca y muchos parabolts para asegurar, así como algunos cables en puentes de roca, igual que el segundo (III), y esta será la tónica de toda la ruta, en la que sólo alejan un poco en los tramos muy sencillos. El tercer largo (V) tiene en sus primeros metros los pasos más difíciles de la vía, verticales pero muy bien asegurados y en roca de buena calidad. Sale hacia la izquierda y superados los metros más duros no queda más que seguir los seguros con tendencia hacia la derecha hasta la reunión. El cuarto largo (II) es de trámite hasta la siguiente reunión, donde comienza el quinto largo (IV+) en el que la salida vuelve a ser bastante vertical y tiene unos pasitos curiosos y bien asegurados. El resto del quinto largo mantiene la tónica de III de la mayoría del recorrido hasta llegar a la reunión y seguir con el sexto largo (III), ya en la arista que sube directa en otros tres largos sencillos (III-III+) hasta la cima del Mallo La Mora.

 

El descenso se podría hacer rapelando pero es fácil que suba más gente, a la que molestaríamos con las cuerdas, y la bajada por la vía ferrata sur es muy bonita y sería una pena perdérsela. Desde la cima del Mallo La Mora vemos claramente el cable que se utiliza para subir o bajar desde la cima de Peña Rueba pero dadas las fechas y el calor que hace emprendemos directamente el descenso destrepando unos metros hacia el norte para enlazar con el cable de la ferrata por una canal a la derecha poblada de enebros y vegetación. Siguiendo el cable y a tramos algún hito para enlazar los puntos sin cadena llegamos al camino que recorre la ladera al pie de Peña Rueba, que seguiremos en sentido contrario a la venida hasta llegar al aparcamiento. Calcular una hora para la bajada.

Actividad realizada por Beatriz Peña y Pablo Parrón, el 14 de junio de 2025.
      

Datos prácticos:

Aproximación: desde Huesca hasta Murillo de Gállego por la A132. Son 40 kilómetros que haremos en poco más de media hora. Al final de Murillo de Gállego vemos a nuestra izquierda una zona de aparcamiento con zona de recreo y merendero en el que tiene oficina una empresa de aventura. Desde la zona de recreo sube una calle asfaltada (calle Barella), por la que ascendemos hasta una curva de 180 grados desde la que sale hacia la derecha una pista de tierra. Continuamos por la pista, apta para todo tipo de vehículos aunque tiene algún tramo en el que hay que ir con cuidado, unos dos kilómetros hasta una primera balsa de agua que veremos a nuestra izquierda. Poco más arriba una señal de prohibido el paso para vehículos no autorizados nos obliga a dejar el coche en un aparcamiento de tierra junto a otra balsa de agua, desde donde vemos perfectamente la cara sur de Peña Rueba.

Dificultad: IV, III, V, II, IV+, III, III+, III, III. Unicamente los primeros metros del tercer largo están por encima del IV grado. La vía está muy bien equipada con parabolts y bastantes cordinos y cables en puentes de roca. La roca es bastante buena en general y todas las reuniones están equipadas con parabolts con anillas, o cáncamos y anillas con maillón, con lo que son rapelables en caso de necesidad.

Longitud: unos 250 metros. Con cuerdas de 60 metros se pueden hacer los largos de dos en dos. En nuestro caso llevamos una cuerda de 70 metros y unimos los largos 1-2, 3-4 y 5-6. También empalmamos los tres últimos largos, pero por muy poquito no llegamos a la última reunión y tenemos que enredar un poco, con lo que hacemos la ruta en 4 largos.

Material: con unas 15 cintas es suficiente pero si empalmamos largos habrá que dejar sin chapar unos cuantos seguros en cada tirada.

Más información:

Como no podía ser de otra forma, tratándose de una vía de baja dificultad, bien equipada, con buena roca y ambiente propio de otras de mayor envergadura, podemos encontrar muchas reseñas en la web. Destacamos dos, por razones obvias la de los propios aperturistas, y por parecernos la que mejor detalla la actividad y con mejor criterio, la del blog de Amuso:

- La reseña de los aperturistas.
- Reseña del blog de Amuso, de las mejores que encontrarás en la web.
- Riglos Vertical, de Chema Agustín y Miguel Carasol, págs. 350-351. Editada por Desnivel.

 

DEDA ENA DESDE EL PASO DE LA CRUZ (JVARI PASS)

El Deda Ena es visible prácticamente desde cualquier punto en el entorno de Gudauri, además de inconfundible por su forma de pirámide perfecta, poco prometedora a primera vista para el esquí de travesía.

Sin embargo, la realidad es que tan perfecta pirámide aloja uno de los circos que mejor conservan la nieve polvo gracias a su orientación noreste y a la protección frente a los vientos que su orografía permite. Es unos de los mejores descensos de esta zona del Cáucaso, y si lo bordamos con la cumbre, también de los mejores recorridos de esquí-alpinismo de la región.

El recorrido es variado, desde las primeras pendientes poco pronunciadas que nos van adentrando en el valle, pasando por las pendientes más apretonas de la parte media, hasta la pendiente inmediatamente anterior al collado del Deda Ena, en la que a veces será incluso más cómodo y seguro descalzarse los esquís y ascender unos metros a pie.

A partir de la mitad del recorrido, cuando alcanzamos el gran plano intermedio de la excursión habrá que estudiar con calma el estado de la nieve y el trayecto menos comprometido para evitar posibles avalanchas. A la izquierda veremos un pico con antenas y a su lado otro más puntiagudo que muchas veces se sube como alternativa al collado del Deda Ena, bien para evitar un mayor desnivel, bien para evitar entrar en la zona más expuesta a los aludes de la subida al Deda Ena, bien simplemente porque es tan estético que algunos preferirán su cumbre. Pero si nuestro destino es el Deda Ena debemos afrontar la subida hacia la derecha, por terreno expuesto, hasta un plano por el que avanzaremos hasta girar a la derecha para emprender la pendiente final, con los últimos metros muy empinados, en los que quizás sea más cómodo y seguro descalzarse los esquís hasta que la inclinación disminuye, dando paso a los metros finales hasta el collado del Deda Ena.

La bajada admite muchas variantes e inclinaciones, según nos plazca, aunque normalmente lo mejor será ir pegados a la derecha del circo (en sentido de bajada), donde por orientación encontraremos mejor nieve para disfrutar de los giros hasta llegar nuevamente a la carretera y completar otro de los increíbles descensos que ofrecen las montañas del Cáucaso

Datos prácticos:

Acceso: desde Gudauri cogemos la carretera en dirección a la frontera rusa hasta el Paso de la Cruz (Jvari Pass), donde dejaremos el coche. Realmente es mejor avanzar unos cientos de metros más, hasta el punto de partida del track GPS, pero aquí el espacio es pequeño y sólo se pueden dejar aparcados tres o cuatro vehículos. En el trayecto de acceso no nos pasará desapercibido el monumento a la amistad entre Georgia y Rusia.

Dificultad: el recorrido esquiable no es particularmente difícil y además es fácil que encontremos una nieve de ensueño, que lo permite todo y perdona cada fallo. Sería una dificultad media. Si optamos por subir hasta la cumbre del Deda Ena hay que contar con algún paso de escalada, no muy difícil pero recomendable asegurarlo por los riesgos evidentes de una potencial caída.

Desnivel: unos 920 metros de desnivel positivo hasta el collado del Deda Ena (3250 m.). Si seguimos por la arista hasta la cima tendremos que superar otros 250 metros de desnivel.

Horarios: un par de horas para la subida (hasta el collado del Deda Ena) y una hora para disfrutar con calma la bajada. Si subimos hasta la cima contar con al menos media hora más para subir por la arista y otro tanto para bajarla.

Material: esquís, bastones, pieles, arva, pala y sonda. Si subimos hasta la cima habrá que llevar piolet, crampones y cuerda.

Más información:

Track GPS en Wikiloc.

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Actividad realizada el 9 de marzo de 2025 por Angel Santamaría, Raúl Montes, Manuel López y Pablo Parrón.

SHELE MOUNTAIN DESDE EL PUEBLO ABANDONADO DE GUDA, AL PIE DEL RIO ARAGVI

Las pendientes de los montes Shele y Miketi son la imagen más icónica que vemos desde las pistas de esquí de Gudauri, objeto de culto para los freeriders de la zona. Sin embargo, a pesar de la temible inclinación que sus laderas aparentan cuando las vemos desde las pistas, la realidad es mucho más amable y no superan los, para nada despreciables, 30-35 grados. El mayor peligro que presentan es con seguridad la exposición a las avalanchas, hasta el punto de que con cierto riesgo lo más aconsejable es descartar totalmente tanto la subida como el descenso por cualquiera de sus palas, o al menos limitarse a las zonas menos expuestas del Shele.

Como la subida a cualquiera de las dos cumbres exige un esfuerzo nada desdeñable, no son pocos los esquiadores que recurren a la ayuda del helicóptero, de hecho, cuando las condiciones son buenas veremos como la empresa Caucasus Heliski hace unos cuantos viajes a lo largo de la jornada desde su base en Gudauri.

Desde el punto de la pista de acceso en el que dejemos el coche, conviene mirar en el track GPS de la ruta el punto en el que se cruza el rio Aragvi, ya que es normalmente el más aconsejable, y aun así hay que contar con que en ciertos momentos, según el caudal, puede ser inevitable tener que meter los pies en el agua, aunque lo habitual será poder salvar el torrente con un par de saltos sobre piedras.

Una vez sorteado el curso de agua avanzamos hacia el collado que vemos al fondo, bastante claro porque es la única zona en la que no hay árboles. Vamos haciendo zetas por una buena pendiente, normalmente barrida por algún alud, hasta alcanzar el collado, por el que pasamos al otro lado y vemos un valle oculto desde cualquier otro punto, por el que seguimos hacia la derecha flanqueando una pendiente pronunciada sin perder ni ganar altura. El valle se va abriendo y tenemos a nuestra izquierda un riachuelo en el que podemos coger agua de ser necesario. Más adelante vemos un banderín naranja clavado en la nieve que marca el punto de recogida de los clientes del heliski, a la vez que el giro a la izquierda que debemos realizar para afrontar lo que queda de subida, por donde lo veamos menos empinado, hasta el collado que separa el Sheli del Miketi. En nuestro caso, desde el collado seguimos por el cordal hacia la izquierda hasta la cima del Sheli. Una pirámide de metal señala el punto más elevado de la loma, perfecto para tomar algo antes del descenso y deleitarnos con una de las panorámicas más hermosas de la zona.

Para la bajada la única regla fundamental a seguir es atravesar de uno en uno y con las debidas precauciones cualquier punto que nos parezca susceptible a desencadenar cualquier colada o alud. Por lo demás, la pendiente es bastante uniforme y podemos afrontarla por donde mejor nos parezca que está la nieve, sin miedo a grandes saltos o barrancos inesperados. Todos las bajadas acabarán de una u otra forma en el banderín de recogida del heliski. Aún nos quedan casi 500 metros de descenso. Tendremos que volver a recorrer el valle oculto que nos lleva al collado que da paso a las pendientes finales hasta el punto de partida, para lo cual deberemos volver a hacer equilibrismos y cruzar el río Aragvi hasta la pista de acceso en la que habremos dejado nuestro vehículo o el taxi contratado para la vuelta. Si la nieve acompaña habremos hecho uno de esos descensos que no se olvidan fácilmente.

Datos prácticos:

Acceso: desde Gudauri cogemos la carretera en dirección Tblisi y en la última curva cerrada hacia la izquierda la abandonamos por una pista a la derecha que debemos seguir unos cuatro kilómetros o hasta que las condiciones lo permitan. Normalmente está habilitada una pequeña zona para dejar el coche. La entrada a la pista es inconfundible porque suele estar llena de quads aparcados de una empresa de turismo activo. Aunque se puede recorrer la pista con un coche normal con ruedas de invierno, según el estado puede ser más o menos complicado.

Dificultad: se trata de pendientes bastante mantenidas pero no superan los 30 grados ni tienen saltos o barrancos que las interrumpan, con lo que a pesar de su aparente verticalidad vistas desde Gudauri la actividad se puede considerar de dificultad media. Otra cuestión es la exposición por el riesgo de aludes, menor en general cuanto más nos acerquemos al Monte Shele, el que queda a la izquierda desde el collado.

Desnivel: unos 900 metros de desnivel positivo hasta la cima del Monte Shele (2550 m.) y hasta 300 metros más si subimos por la arista hacia el Monte Miketi (2850 m.).

Horarios: unas tres horas subiendo con calma al Monte Shele y una hora para la bajada.

Material: esquís, bastones, pieles, arva, pala y sonda.

Más información:

Track GPS en Wikiloc.

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Actividad realizada el 8 de marzo de 2025 por Francisco Briones, Angel Santamaría, Raúl Montes y Pablo Parrón.


 

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